martes, 26 de marzo de 2013

CASTANEDA Y EL NAGUALISMO... UNA VEZ MÁS ENTRE LOS MAYAS


El investigador, conferencista y escritor Claudio Obregón Clairin nos sorprende gratamente una vez más con el descubrimiento de una extraordinaria escultura que él interpreta -y bien- que es un Chamán. Reúne las características "normales" en este tipo de representaciones, que se repiten una y otra vez en Mesoamérica: los colores rojo y negro ("...los toltecas, los sabios de la tinta negra, la tinta roja"), el cuerpo con evidentes trazas de estar si no totalmente, en varios lugares de color negro (rasgo que "delata" al hombre-dios, al chamán, al nagual) y para variar, la presencia felina y hasta de la serpiente emplumada, sin olvidar que trae el "antifaz" característico también, del numen del nagualismo por excelencia, N.S. Tezcatlipoca.

Como siempre he sostenido, Castaneda nos mostró su literalmente encontronazo con el nagualismo, al que he calificado -muy pobremente- como la filosofía perceptual-conciencial-energética más impresionante de todos los tiempos: el Nagualismo. Y esta clase de descubrimientos, que se suman a varios más a lo largo y ancho de nuestra república, nos muestra que Don Carlitos (si bien algunos sostienen que mintió en su totalidad o se lo inventó todo) en el preciso tema del nagualismo Tolteca, no lo hizo. Por todo México aparecen vestigios tanto ancestrales como modernos de que el nagualismo existe, que está más vivo que nunca y que no tiene trazas de desaparecer...

En esta dirección http://literaturaymundomaya.blogspot.mx/2013/03/secretos-revelados-de-la-gruta-de_14.html?showComment=1364320314369#c1102267801590422380 podemos apreciar el artículo completo y está im-per-di-ble la respuesta de Don Claudio a un comentario que le hice.

lunes, 25 de marzo de 2013

ME PREGUNTAN...

Charla amistosa en un Sanborn´s del DF, primavera de 2013.

Don Julio, en ciertos sitios, dos especialmente dedicados al nahualismo, es frecuente leer ataques, insultos, acusaciones, polémicas, en fin, muchas cosas negativas de usted. ¿Qué me dice sobre esto?

Bueno, como bien dice la canción de Cuco Sánchez, uno "no es monedita de oro" para complacer a todos. Siempre habrá gente que sienta tirria, molestia y rencor contra uno. Es una ley de la energía. Lo que le puedo decir es que existen varias decenas de sitios avocados a ese "tema" del nahualismo, por lo que en simples y fríos números, que solamente en dos me dediquen una "devoción negativa" ni siquiera cae dentro de una estadística decente.

¿"Devoción negativa"? ¿Qué quiere decir con esto?

Es obvio, estimada: cuando alguien o "alguienes" le dedican grandes cantidades de su valioso e irrecuperable tiempo a una persona en particular, para insultarlo, crearle falsas reputaciones, calumniarlo, etc. hay una "devoción" detrás, oculta. Hay una atracción energética con esa persona. Y nuevamente, en términos energéticos, la "víctima" (o sea, yo) se fortalece más, recibe mucha energía gratuita, que aunque negativa, tengo la forma de transmutarla en sumamente rica y purificante. ¡No se imagina la enorme cantidad de amistades y fervientes admiradores (as) he conseguido gracias a aquellas "malas" referencias!

¿Y porqué no se defiende últimamente, porqué no contesta y aclara su reputación?

La reputación va y viene. Hoy eres un santo y mañana un demonio, dependiendo de la calidad de la percepción de la gente. Me explico: una persona como yo desde hace rato que (por mi entrenamiento e intento inflexible) ya no está al alcance de los "magos negros" como decía el Maestro Castaneda. Me refiero a que eres muy libre y ahorras inmensas cantidades de energía cuando dejas de estar prisionero de la "mirada" de la gente. Ahora, soy prisionero consciente de MI propia mirada. Y sólo ante mí mismo debo rendir cuentas. Me llevó un tiempo lograr esto, digamos unos 6 años, pero los preparativos fueron más de 15 años. Es el tiempo promedio que te lleva romper tus cadenas energéticas y apartarte del mundo... permaneciendo en él.
Pero, tengo una puerta sin llave que cualquiera puede abrir y es que quien quiera preguntarme (tal como tú lo estás haciendo) sobre el tema de mi reputación, mi caminar sobre la Tierra y mi comportamiento en sociedad, es libre de hacerlo. Sorprendentemente, tú eres la segunda, en más de 20 años, que lo hace. Los demás, optaron por creerse todo lo que de mí, malamente, se dice.

Pero se dicen de usted cosas horribles...

Depende de tu capacidad de credulidad y criterio propios. Tú me acabas de conocer en persona, aunque llevamos poco entre estos cafecitos tan ricos que estamos disfrutando, ¿crees que soy la persona que han descrito los "magos negros"?

Tiene razón... no, para nada. Usted se me hace muy dulce e interesante, un perfecto caballero con una buena "vibra" fenomenal.

¡Pondré eso en mi blog! (risas de ambos).
Todo es relativo y debo reconocer que "los magos negros" han hecho un buen trabajo, eso sí bastante oneroso para ellos pues me han dado toneladas de energía, que aunque tuve que destilarla, y filtrarla (la técnica proviene del Pantli, el tercer kuekueyo) a la postre no he sufrido daño alguno. Estoy entero, increíblemente fuerte y poderoso (sin falsas modestias) y sumamente "joven" para las 53 primaveras que me cargo.

(Risas nerviosas) ¿53? ¡Yo le calculaba unos 40 ó 45! Wow, se ve que lo que "predica" lo aplica a sí mismo, Don.

¡Gracias"! ¿Qué te tomas?, juar,juar,juar. Ya en serio, el Camino del Guerrero, especialmente el poner mucho énfasis en el Ensueño, te rejuvenece, o por lo menos retrasa la vejez. Es que quien verdaderamente ensueña, siempre se energetiza. Es una ley. 

Cierto, se ve. Me dio gusto preguntarle y mayor gusto el que me haya invitado a este cafecito tan divertido y aclaratorio. A partir de esto, leeré las feas críticas contra usted burlándome interiormente de esa pobre gente, maligna e inútil.

Bueno, yo te sugiero que ni siquiera los leas. ¿Para qué? No ganas nada y más ahora que sabes que simplemente mienten...

jueves, 21 de marzo de 2013

HOMBRE-JAGUAR (TLAKAOSELOTL)


Los felinos surgieron hace unos 40 millones de años en la Tierra. Son seres majestuosos, con un físico impecable y una perfecta armonía con la naturaleza. Hay cuatro grandes representantes: el león, el tigre, el jaguar y los dos leopardos: el conocido como tal y el de las nieves.

En América, el jaguar representa el espíritu del Nagual. En Anawak y en Tawantisuyu es la coesencia de los verdaderos naguales.

Su poder es inmenso, su impiedad es legendaria, su andar sigiloso y solitario es sinónimo del Silencio Interior. 

La presencia del jaguar catalizó uno de los más grandes imperios de la historia; pero "grande" en el aspecto del Espíritu y el Intelecto... los Tenoselome, los Hombres del Labio de Jaguar... los Olmeka.

Pronto... "Los Hombres-Jaguar hablan"

jueves, 7 de marzo de 2013

EL ESPÍRITU ES IMPERSONAL

Frecuentemente algunos afirman que no puedes ser un chamán o nagual, si no eres de raza indígena... o nativo de algún pueblo perdido o alejado de las grandes ciudades. Incluso llegan a decir que "un nagual no escribe en internet, no tiene blogs y vive en la montaña o la selva".
Nada más erróneo y prejuiciado, incluso racista. ¿Es necesario entonces que para ser un chamán seas moreno, indio o mestizo y andes con cabello largo, ropa de cuero y emplumado?
O peor aún: tienes que tener perro, caballo y ser un herrero o estar relacionado con la metalurgia (¿?), como dice otra persona. Y no falta el que diga "si eres blanco y de otra cultura no puedes ser chamán o nagual". 
¿De dónde sacan tamaña tesis? Simple: de lecturas de novelas o cómics estereotipados. O de películas de "vaqueros".
Yo digo que el Espíritu es impersonal. No tiene características humanas, luego entonces ofrece, da, dona, "comanda" la energía. Y ésta está a disposición de todo aquel guerrero que pueda y quiera tomarla y usarla, así de sencillo, sea de dónde sea el guerrero en cuestión no importando su extracción social, y su color de piel. Ergo, hay naguales y chamanes en todos lados.
Con todo respeto... he dicho.

lunes, 4 de marzo de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Acotaciones Finales"

Si desmenuzamos hasta sus últimas consecuencias las implicaciones semánticas de los términos "revelación" y "auténtico", no puede haber objeción en sostener que la obra de Castaneda constituye, para la Espiritualidad de nuestros días, una "auténtica revelación".

Si nos basamos en un código de valores que otorgue prioridad a las informaciones que arrojen luz sobre la naturaleza del cosmos y el ser humano, cosa que por desgracia no es lo habitual en una estirpe tan superflua como autodestructiva, y en general sobre ese concepto tan ambiguo pero tan denso que llamamos "el sentido de la vida", hay que reconocer que la obra de Castaneda es un verdadero "regalo" para la humanidad.

La obra de Castaneda ha actualizado el lenguaje espiritual. Su dialéctica literaria ha traducido los viejos conceptos de la teología en términos que cualquier persona del mundo actual puede comprender y digerir, cosa que desde luego no ocurre con los tratados cristianos, o de las clásicas escuelas orientalistas o gnósticas, obsoletas y desfasadas.

Como, en una actualidad tan "globalizada", ya prácticamente no nos damos cuenta de hasta qué punto el esquema teológico cristiano (un Dios personal, creador, bueno, que premia o castiga, que escucha las oraciones, etc) lo tenemos inscrito, desde nuestra más tierna infancia, en la médula de nuestras convicciones ideológicas, no reparamos tampoco hasta qué extremo el sistema revelado en la obra de Castaneda constituye una "alternativa" radical y gnoseológicamente completa a ese esquema. Incluso los ateos lo son en relación a ese Dios genéticamente enseñado. Y el debate en cuanto a las clases de Religión también demuestra que no se conciben más alternativa. Pues tanto en el Islam como en Oriente también se maneja el mismo esquema. O Dios existe o Dios no existe, pero no se contemplan más alternativas. Pues bien, ya sea por el milenario aislamiento del continente americano, ya sea por la efectividad del hermetismo tolteca, el hecho es que la obra de Castaneda nos plantea una verdadera alternativa, y es de agradecer: Dios existe, sí; pero no tiene nada que ver con el esquema del Dios manejado en las religiones oficiales. Es un Dios tan radicalmente distinto que no se le puede llamar como tal. Y, de hecho, esa palabra, Dios, jamás se usa en la obra de Castaneda. Tanto Don Juan como él eran conscientes del ireparable arraigamiento semántico de ese término en nuestra cultura global.

Por todo lo cual, la obra de Castaneda nos ofrece un sistema de creencias realmente "independiente", que decididamente no reproduce los endémicos parámetros, que la oficialidad desearía sempiternos, del cristianismo, la filosofía griega, o el imperio generalizado de los esquemas teológicos occidentales, a estas alturas ya totalmente impuestos, con mayor menor sutileza, sobre las aparentes diferencias del Islam o las religiones orientales. Incluso sobre la Teosofía y el Esoterismo. Incluso sobre el mismo satanismo.

Académicamente hablando, y sin ningún tipo de tapujos, ofrece sobradamente los tres elementos que ha de contener un sistema de creencias cabal: una explicación del mundo (o "cosmología"), un sistema moral exhaustivo ("ética"), y una batería de procedimientos técnicos detallados para acceder al sistema ("metodología práctica").

Su descripción del mundo es intachablemente completa y comprende todos los grandes temas de las Cosmologías al uso: qué es el universo, la materia, la realidad, la percepción; cuál es la naturaleza del ser humano, de dónde venimos y hacia dónde vamos; qué es el mundo, las realidades paralelas, los seres invisibles, los estamentos sociales, y la muerte.

Su ética, el camino del guerrero, es una norma de conducta que goza de una consecuencia interna indiscutible. Es un auténtico código moral, especialmente poderoso en el terreno de la auto-superación. Una verdadera obra maestra como reglamentación del comportamiento, con un nivel de aplicabilidad que no tiene nada que envidiar al de las religiones oficiales.

Sin ritualismos ni liturgias, su metodología abunda en infinidad de ejercicios y prácticas concretas para acceder a las experiencias directas de los elementos y realidades que preconiza su sistema de creencias.

Aunque es difícil elucidar si Castaneda, en este punto, echó mano de conocimientos previos o no, en principio es un gran acierto definir la videncia como la capacidad de percibir la naturaleza esencialmente energética de la realidad. El manejo que del término "energía" hace el sistema es tan actual que brinda incontables y sugestivas pistas para los estudiosos de la metafísica e incluso de las partículas elementales.

Igual consideración podría hacerse sobre muchos de los conceptos claves de la obra. La riqueza de matices y perspectivas nuevas que introduce sobre aspectos clásicos de la Cosmología, como quizás el Espíritu (con su interesante asociación con la filosofía de la Intencionalidad) o la Muerte o el misterio de la Percepción o de la Razón o del Silencio Interno, por citar algunos de ellos, son siempre de agradecer. Pero quizás el concepto más realzado en el conjunto de la obra, y no puede negársele su acierto, es el de Libertad. Éste es quizás el valor fundamental en todo el sistema. Un valor que, Don Juan mismo lo reconoce, ha ido depurándose a lo largo de milenios de ensayo y error. La libertad total es la marca, la meta, la esencia última del Conocimiento de los nuevos videntes. Por muy inalcnzable que parezca. ¿Para qué sirve, en efecto, la mismísima inmortalidad, o el poder o la sabiduría, si no somos libres?

La obra de Castaneda ha dado voz y peso al verdadero mensaje del continente americano. La enorme tradición y sabiduría milenaria que destapan sus obras rellena el vacío que dejó la represión conquistadora, y le da una dimensión escalofriante a la revolución que supuso el descubrimiento del Nuevo Mundo. Es éste un mérito del que rara vez se habla en otros estudios sobre la obra de Castaneda, pero que a nosotros nos parece de especial relevancia. Sobre todo si, en consonancia con nuestra convicciones ecologistas, unimos la filosofía de la Naturaleza con el desarrollo histórico de la Espiritualidad. Algo que Teilhard de Chardin analizó magistralmente. Seguro que él tampoco se podría substraer a la intuición de la innegable oportunidad histórica de esta tradición que nos llega ahora desde el continente americano. Estaría de acuerdo en que un diseño ulterior lo mueve todo. Avatares, noosfera y revelaciones se unen en una super-estructura dinámica, inteligente, y de caracter evolutivo. Justo en la frontera del auto-exterminio. Desde luego, si para la tradición tolteca existe un "Dios" con el que nos podamos mínimamente comunicar, ése sería el planeta Tierra, antes que cualquier otra divinidad inalcanzable en su natural indiferencia. Somos parte interesada. Y habría que estar ciegos para no ver que ese monumental organismo nos está intentando decir algo.

Se trata de un mensaje global. Y aquí podemos hablar de otro mérito. Pues aunque hay razones de peso para asociar de manera sustancial el Esoterismo con el secreto (Ocultismo; Hermetismo), ya sea por los inquisitoriales celos de la ortodoxia como por la irresistible tendencia a la corrupción que implican los "poderes" paranormales, el hecho es que la obra de Castaneda ha sacado a la luz pública la última gran tradición iniciática que se escondía tras los velos del Ocultismo. Quizás para la tradición en sí esto haya sido un handicap. El tiempo lo dirá. Pero para nosotros ha sido un servicio, y negarlo dándose ahora golpes en el
pecho, sería una hipocresía. ¿Para qué necesitaríamos preservar la pureza de una tierra virgen si nunca hubiera podido ser visitada por nadie? Por eso, y aunque el papel de Castaneda al respecto tenga mucho que ver con la traición, o el destino capricorniano de ser el "chivo expiatorio" (curiosa la relación entre "chivo" y "chivato"), es suyo el mérito de haber acabado con el hermetismo.

Y de todas las revelaciones hechas públicas, a nuestro juicio la más importante es la del "ensueño".  Sin lugar a dudas. La obra de Castaneda ha devuelto a los sueños su verdadera significación dentro de nuestro destino como seres vivos. Una significación, por cierto, muy distinta de la que se estaba imponiendo en los manuales esotéricos a partir, sobre todo, del psicoanálisis. Los sueños no son símbolos ni recreaciones mentales. Los sueños son experiencias reales. Sobre todo a partir del momento en que “despertamos” dentro de ellos. Ése es el objetivo último de nuestras funciones oníricas. Podemos llegar a despertar, movernos y vivir dentro de nuestros sueños con la absoluta y acertada conciencia de que estamos dormidos en el mundo real, en nuestra cama habitual, domicilio, hora, etc. Esto transforma radicalmente nuestra idea del mundo, y convierte a esta experiencia (que Castaneda llama ensueño, y otros autores sueños lúcidos) en el principal método de iniciación, abriendo la perspectiva más natural, espectacular y democrática que jamás ha tenido el hombre para experimentar no solo otros mundos, otras realidades, sino sobre todo las inmensas e insospechadas posibilidades de la percepción y el conocimiento humanos.

La obra de Castaneda le da una nueva dimensión, trascendental, a la salud humana dentro del marco de la psicología evolutiva. El hecho de que Don Juan (rezo por el día en que esta referencia desbanque, en las prioridades del acervo cultural, a su homónimo Tenorio, mil veces más intrascendente) fuera un anciano física y muscularmente excelente, que muere voluntariamente y en plenitud de facultades, entierra definitivamente el nefasto dualismo de la ascesis cristiana, y confirma uno de los pilares inconscientes básicos de la espiritualidad actual: el ser humano es un conjunto integral de espíritu y materia, y han de desarrollarse unidos y en armonía. La enfermedad no es inevitable. No es el final lógico del ser humano. La vejez pasa a ser un período de plenitud y no de degeneración.

Es ingente la cantidad de terapias alternativas, escuelas de artes marciales, intereses ecologistas, etnológicos, psicotrópicos y literarios que deben su éxito a la plataforma subliminal de posibilidades que ha suscitado la obra de Castaneda. Un éxito que roza incluso el oportunismo. La obra de Castaneda ha tocado una raíz profunda de la intuición humana, y son infinidad los autores y escuelas que deberían pararse a examinar la deuda contraída antes de criticar en voz alta las inconsistencias del sistema.

Quizás una forma más impersonal de expresar lo anterior es llamar la atención sobre la ingente cantidad de temas polémicos abiertos en la comunidad científica, filosófica, religiosa o política que, gracias a la nueva perspectiva de la obra de Castaneda son estimulados de nuevo para el debate, la revisión o los cambios de enfoque teóricos.

De hecho, y aunque Castaneda mismo no diera demasiadas muestras, en su postrer testimonio personal de vida, de ser un ecologista a ultranza, el aporte que su filosofía ha dado al concepto de un planeta Tierra entendido como un organismo consciente y vivo, autorregulado e intencional, en consonancia con la ya popular idea de Gaia, o con la siempre reivindicable obra del visionario Theilhard, es diáfano y rotundo, hasta el extremo, incluso, de la deuda moral, por parte del ecologismo hacia la obra de Castaneda.

En el tema de la droga, la aportación de la obra de Castaneda ha sido especialmente capital. Sus primeros libros demostraban que se podía hacer un uso místico de los psicotrópicos, como han hecho todas las tradiciones ancestrales. Luego, se ha cuidado de insistir en la contingencia de estas sustancias dentro del conjunto total del Conocimiento. Así que, en prinicipio, le debemos las dos actualizaciones: la de poner la droga en su sitio, contextualizándola antropológicamente, y la de señalarnos por qué es mucho más importante controlarla y elegir la sobriedad.

Aunque dialécticamente redunda en un tautologismo implícito, el de explicarlo todo en base a los movimientos del “punto de encaje” (chakra de la percepción), se ha de reconocer también a la obra de Castaneda el valor de constituirse en una nueva y consistente Psicología de la Percepción. Sus disertaciones acerca de los sentidos, el lenguaje, las interpretaciones semánticas y el proceso educativo tienen cuerpo suficiente para ello.

En cuanto al trato con la gente, a la fusión de lo místico con lo social, la obra de Castaneda introduce una estrategia, el arte del acecho, especialmente sugestivo y liberador. La mitología cinematográfica ha jugado también inconscientemente con esta intuición durante décadas: llevar una doble vida, borrar la historia personal, hacer arte del teatro con que protegemos nuestra intimidad, romper rutinas, etc. Por fin somos libres para manejar la verdad y la mentira, pues al fin y al cabo la malicia con que los profanos persiguen a los buscadores es tan antigua como destructiva, y tenemos el derecho y el deber de defendernos. Esto no significa que volvamos a la Ley del Talión, justifiquemos la venganza o invalidemos las profundas estrategias de la no-violencia. Especialmente éstas últimas constituyen recursos que, bien entendidos, son sutiles y efectivas armas de guerrero. Lo que queda invalidada es nuestra supuesta obligación de entregarnos a nada.

La fuerza destructiva de los opresores, explotadores, criminales, acosadores y violentos también puede ser, precisamente para ser vencida, estratégicamente utilizada para potenciar el temple y el control de los guerreros, sin contemplar en ningún momento, desde luego, la posibilidad de que este uso revierta en una redención de estos tiranos hacia la oportunidad del Conocimiento. Por principio, nunca la tendrán. Su destino como opresores es tan inalterable como el de sus víctimas, pero mucho más funesto. Saberlo convierte la lucha de clases en algo con más sentido.

Aunque el "plus" más especialmente esperanzador, y contrario al cristianismo, de las premisas del sistema con respecto a la lucha social es incluso más fundamental: ese desatino, esa errática conducta, esas deplorables condiciones que caracterizan nuestra sociedad no son en realidad culpa nuestra. La "caída" del hombre no fue el producto de una mala elección, sino de la invasión, en toda regla, de una especie "alienígena", de conciencia superior, que se adueñó de nuestras mentes al nivel más sutil imaginable: sustituyéndolas por otras estructuras mentales convenientes a sus intereses predatorios. Nunca fuimos libres.
Es ahora cuando empezamos a serlo. Y no se puede negar que este cambio de perspectiva introduce repercusiones morales y psicológicas de primer orden.

Desde luego, también es un gran mérito implícito de la obra de Castaneda, causa o efecto de su éxito editorial, es la ingente cantidad de personas que encontraron en su lectura la respuesta íntima definitiva a sus profundos interrogantes sociales y existenciales. Cierto es que el auge de los libros coincidió con unos años particularmente convulsos y necesitados de respuestas: el primer libro cayó en medio de la revolución hippy y el mayo del 68 francés. Pero no se puede obviar el hecho, mil veces constatado a través de testimonios y pareceres personales, de que los libros acertaban en las exigencias intelectuales clave de miles y miles de personas altamente cualificadas, por muy en crisis que estuvieran sus valores. Castaneda fue el primer sorprendido de su éxito. Había tocado una llaga intuitiva muy profunda en el lectorado, y la conclusión honesta es que algo también muy profundo tenía que estar diciéndose en aquellas páginas.

Finalmente, un tesoro inestimable de la obra de Castaneda es el profundo sentido del humor con que sus personajes acometen la tarea del Conocimiento. Una irreverencia que no desdibuja la épica grandeza de lo que tenemos entre manos, pero que desmitifica y allana muy gratificantemente todos los babosos e intocables presupuestos de nuestra cultura espiritual. Este punto es, quizás, el que más credibilidad brinda al testimonio de Castaneda. Don Juan se parte de risa con los errores de sus discípulos, con los disparates de nuestra cultura racional, con las miserias de su propia naturaleza, y hasta con las rimbombantes manifestaciones del terror. Ningún farsante se arriesgaría a lanzar tan sublimes mensajes pareciendo tan humano.

En suma, una obra maestra, todavía no totalmente asimilada por los intelectuales que se creen dueños de lo que debemos creer o pensar. Siendo que sería tan sencillo como ponerse a practicar lo que este genio nos transmite: la ancestral "brujería" Tolteca.

(Nota Final) Todos los mensajes que llevan por nombre "Filósofo Tolteca Don Juan Matus" están basados en la obra de Sete Goytre, "Lector de Castaneda".

sábado, 2 de marzo de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Comentarios sobre el Ensueño"

Partiendo de la base de que el verdadero "Conocimiento" no es el que se adquiere a través de la razón, o del lenguaje pedagógico escolástico-materialista sobre el que funciona la ciencia occidental desde Aristóteles, sino de la experiencia directa de nuestra percepción con la esencia energética de nuestra realidad, accesible solo desde el control mental del "silencio interno", un estado perceptivo que las diversas tradiciones suelen llamar genéricamente "trance",  podemos decir que el Ensueño es, en primer lugar, la forma más "natural" de acceder a él.
Psicotrópicos,  arrebatos, mantras, actos repetitivos, rituales, hipnosis, proyección astral, y sobre todo la Meditación han sido y son los procedimientos más habituales para conseguir ese estado de "trance", cuya profundidad tiene un abanico de "grados" especialmente amplio. Pero todos ellos son más artificiales y forzados que el Ensueño. Todos suponen una disciplina y esfuerzo de voluntad tan arduo como antinatural. Mirémoslo de esta forma: el Espíritu se multiplicó en las miríadas de criaturas del universo para vivir la experiencia de la conciencia desde todas las ópticas posibles. Pero hubiera sido una crueldad sin sentido impedirnos categóricamente recordar nuestra verdadera identidad. A través de los sueños se aseguraba una oportunidad infatigable de retomar el contacto con la fuente. Sin la parafernalia tendenciosa, manipulable, egoica, mental, técnica de los métodos para el trance ideados por la ansiedad humana. Lo irónico del caso es, pues, que siempre hemos tenido el Conocimiento "a mano". Todas las noches. De la manera más "natural". Nuestro destino siempre ha sido crecer espiritualmente, sin esfuerzo ninguno, por el simple hecho de nacer, moverse, cansarse, dormir. Ha sido nuestra inesperada estupidez la que ha torcido las cosas endiabladamente, convirtiendo un don sencillo en un oscuro patrimonio de iniciados, brujos y super-hombres.

En consecuencia con lo anterior, de la misma forma es cierto que el Ensueño es la manera más "democrática" de acceso al Conocimiento. Como todo el mundo duerme, y sueña, no hay ni puede haber discriminación ninguna en los sujetos con acceso al trance. Ricos y pobres, tontos y listos, grandes y pequeños, cultos o analfabetos, incluso sanos y enfermos: si estás vivo, duermes; y si duermes, sueñas; y si sueñas es solo cuestión de conciencia convertir tus sueños en experiencias de Conocimiento. Ocurre, incluso, que personas aparentemente más marginadas del conocimiento racional, como pueden ser los parias, enfermos, indígenas, e incluso enfermos mentales, disfruten del verdadero Conocimiento del Ensueño con mucha más facilidad que los pudientes intelectuales de las jerarquías religiosas. Con lo cual, el Ensueño no solo resulta democrático sino incluso socialista, en el sentido más ético, más evangélico del término.

No sólo es la forma más "natural" y más "democrática" del trance, sino que también es la forma más "segura". En su doble sentido de "inocuidad" y de "garantía". Inocuo, porque nadie se muere por soñar. Al contrario: es medicinal. Soñar equilibra los procesos cerebrales, endocrinos, energéticos del cuerpo físico. Cualquier otra técnica de trance, exceptuando la Meditación, tiene probados peligros, al menos para la estabilidad mental. Como no son procedimientos "naturales" pueden ocasionar, cuando menos, obsesiones.
Soñar no tiene ningún peligro. Hasta de la más espantosa pesadilla se despierta uno. Como en la hipnosis, o
con mucha más propiedad, la mente tiene ancestrales mecanismos de defensa que impiden que nuestra integridad sufra ningún daño en nuestros episodios de vida onírica. Y "garantizado", porque siempre soñamos. Siempre. Es solo la falta de la más elemental costumbre o interés lo que hace que no nos acordemos. Mucha gente se duerme tan intoxicada por el alcohol o las drogas que se despiertan demasiado abotargados para acordarse de nada. Pero eso no significa que no sueñen. Si han alcanzado una fase REM, por muy breve que fuese, han soñado seguro. No podemos decir lo mismo de otras técnicas. Ni incluso de la Meditación.
Podemos sentarnos montones de veces a meditar sin llegar a tener la más mínima experiencia de "trance". Lo cual, por cierto, desanima a muchos. Pero la experiencia de los sueños está garantizada. El cuerpo de ensueño viajará todas las noches por los mundos de ensueño. Seguro. Es solo cuestión de educación que nos demos cuenta de ello y aprovechemos su potencial de Conocimiento.

¡Qué triste alarde de ignorancia exhiben los que se quejan de perder un tercio de sus vidas durmiendo! Al contrario, no hay tiempo mejor invertido. Y cualquier buscador espiritual que se precie debería luchar por prolongar lo máximo posible sus horas de sueño. Ya lo avisa el Evangelio: "Lo que el hombre aprecia, Dios lo desprecia; y viceversa". ¡Qué falta de respeto es en realidad echar pestes sobre esas horas de auténtico encuentro místico: nuestros momentos más realmente "sagrados"! Recuperar el sentido del Ensueño es volver a impregnar de sentido a ese tercio de nuestras vidas. Pues, créame, querido lector, a la hora de ingresar en los dominios de la Muerte, va a tener mucho más valor lo que hemos hecho en nuestro sueños que todas las obras y éxitos y ganancias de nuestra vida de vigilia. Morir es soñar. Es continuar con nuestros sueños. Así que, desde la óptica de los que han muerto, la verdadera pérdida de tiempo habrán sido nuestros absurdos y obsesivos afanes de la vida de vigilia. Solo a través de los sueños podremos entonces tender puentes para intentar el contacto con nuestros seres queridos (si es que es eso lo que desearemos entonces hacer, que no suele ser el caso), así que fácilmente nos parecerá aberrante entonces el desinterés de los vivos por tan única y privilegiada oportunidad.

El re-descubrimiento del Ensueño como procedimiento para la experiencia del trance tiene una repercusión de extrema importancia en la estructura de las ciencias psicológicas, y ésta es que desbanca completamente el concepto de "interpretaciones simbólicas" con que desde el Psicoanálisis, y alcanzando cotas delirantes de subjetivismo y propósito comercial, se ha venido abordando la fenomenología de los sueños, al menos desde la vertiente esotérica, o de la literatura de "auto-superación". No es de extrañar que la ciencia médica rechace tan de plano estas orientaciones. Los innumerables tratados al uso que se han venido sucediendo durante prácticamente un siglo en las estanterías de las librerías constituyen un verdadero abuso, si no claramente una estafa. Y no se puede culpar a Freud. Pues él intuyó muy válidamente el potencial psicológico de los sueños, tanto terapéutica como ideológicamente; y basta el revolucionario acierto de ser el primero en relacionar formalmente la vida onírica con la energía sexual (libido) para justificar todo el resto de sus aventuradas teorizaciones. Fueron sus seguidores quienes exageraron el papel simbólico de los contenidos oníricos para generar ese sub-género del oscurantismo psicológico que son los "diccionarios" de
interpretación de los sueños. En absoluto. Los sueños no "significan" nada. Los sueños son experiencias reales de nuestro cuerpo energético (astral, alma, cuerpo de ensueño...) en el mundo real de los sueños.
Encontrarse con una escalera en un sueño tiene la misma significación que encontrársela en la vida real, ni más ni menos. Bien es cierto que, en cierto grado, la calidad psicológica de nuestra vida de vigilia determina el cariz de nuestros sueños, el tipo de escenarios, emociones y objetos involucrados. Pero igual pasa con nuestra vida real, por simple "ley de atracción". La simbología de nuestros sueños es algo, pues, tan subjetivo y secundario que no pasa de tener carácter anecdótico. No es en absoluto lo esencial. Lo esencial es comprender, aceptar, asumir, que tenemos una vida paralela auténtica en esa fase de nuestras vidas en que estamos soñando, y actuar en consecuencia.

Naturalmente, parece también sumamente difícil aceptar que tenemos una existencia paralela. Parece más "racional" limitar la vida onírica a unas construcciones de nuestra imaginación regidas por complejos mecanismos de reparación psicológica. Y no negamos que esta cuestión es quizás la piedra de base de toda la concepción de los sueños encerrada en las enseñanzas toltecas y la práctica de los Sueños Lúcidos. A este respecto, remitimos al lector a los Recuentos previos sobre Física y Conocimiento, y Teoría de las Dimensiones, para hacerle comprender la posibilidad metafísica de la existencia real de otros mundos paralelos. Hoy día, hasta los premios Nobel de Física contemplan sin tapujos esta plausibilidad. Pero nos remitimos también a las teorizaciones de LaBerge en sus obras sobre Sueños Lúcidos para demostrar que, incluso desde una perspectiva materislista, académica, no ocultista, es lícito pensar en términos de mundos paralelos, pues la "mente" humana es algo demasiado amplio y difícil de definir, incluso si insistimos a confinarla en el órgano del cerebro. Don Juan insistía en que "todo está en el cuerpo", desde las percepciones más racionales a las más inconcebibles y estrambóticas. Nuevamente, habría que definir qué es exactamente el cuerpo humano, cuál es su verdadera naturaleza, dónde empieza y dónde acaba cada una de sus instancias.

Las tradiciones ocultistas, de hecho, definen a la mente como un "mundo" en sí mismo: el mundo mental: un plano más en el gradiente del desarrollo humano. Personalmente, tendemos a pensar que el mundo de los sueños es realmente un mundo aparte, quizás compuesto de materia exótica o neutrinos, interpenetrado con el material, porque ésa es la conclusión lógica de nuestra experiencia como "proyectores astrales": percibimos nuestra conciencia "saliendo" de nuestro cuerpo físico, tumbado en la cama, controlando un cuerpo sutil que adopta diversas formas, para vivir experiencias reales en un mundo intenso y luminoso que se parece al mundo material lo suficiente como para merecer el calificativo de "paralelo". Pero podría ser que todo ello ocurriera al fin y al cabo en el "plano mental", quién sabe, y que nuestra conciencia esté confinada a una reducida porción de vaya usted a saber qué concepto del espacio-tiempo. Sea como sea, lo que de ningún modo es aceptable es la visión mecanicista de divulgadores como Punset. El cerebro es una parte admirable pero meramente instrumental, funcional, del inabarcable misterio de la mente.

Aunque existe una notable diferencia entre nuestro mundo físico y el mundo de los sueños, una diferencia que invalida la justeza de calificar a éste último como un "mundo paralelo". El mundo de los sueños es un mundo de prodigios y milagros, de intensidad sin igual, que amplía sin límites nuestro poder, perspectivas y consecución de deseos. Podemos volar, transformarnos a voluntad, elegir los destinos instantáneos de nuestros viajes, convocar a seres queridos o maestros espirituales, realizar todo tipo de propósitos íntimos. También puede ser un mundo de pesadillas si no acertamos a enfocar adecuadamente nuestros objetivos. Y es cierto que cuesta un tiempo darse cuenta cabal de las potencialidades a las que tenemos acceso. Pero esos "poderes" están ahí, ciertamente. Podemos disfrutarlos. Es lo normal. Y una de las experiencias más gratificantes que todos los practicantes de los Sueños Lúcidos reportan al principio es la inolvidable experiencia de volar. ¡Podemos volar! Con plena conciencia. Sin diferencia ninguna, a nivel de memoria, con el hecho de haber vivido la experiencia en el plano físico. Podemos atravesar paredes, respirar bajo el agua, mover objetos con la mente, leer el pensamiento. (También hay ciertas imposibilidades extrañas, como encender la luz; el mundo es misterioso hasta en sus detalles más triviales).

El mundo de los sueños tiene sus reglas, y nadie sabe por qué. Pero eso no impide ni un ápice el disfrute de todas sus milagrosas potencialidades. Hasta la axiología es distinta. Cosas que en el mundo físico están "prohibidas", no por imposibilidad física sino por leyes sociales, pueden ser realizadas sin ninguna cortapisa. Hablamos por ejemplo de ciertas fantasías sexuales. Incluso de ciertas acciones violentas. Agresiones, riesgos o hedonismos que serían castigados en vigilia parecen no tener consecuencias aquí. Y sin embargo, otras cosas que no nos comprometen en absoluto en nuestra vida de vigilia, como hacer una promesa o verbalizar un deseo, sí generan severas y seguras consecuencias en el plano astral. ¿Por qué? Suponemos que la explicación se pierde en los ancestrales inicios del lenguaje, cuando cada palabra, cada fonema tenía una repercusión mágica. Ahora todo lenguaje está desvirtuado; pero hubo un momento en que el ser humano pudo comprobar que podía "fijar" la realidad perceptiva gracias a la conceptualización lingüística.
Aquello tuvo que ser realmente mágico para una estirpe que siempre había lidiado con el mundo desde el silencio, el instinto, el conocimiento directo.

Por supuesto, en todo esto hay involucrado un tema de fondo, harto importante, que es nuestra realización espiritual. La gente cree que estamos aquí para tener hijos y ganar dinero. Pero aprender a "ensoñar" y darse cuenta de que el sentido de la vida es el desarrollo de nuestra conciencia es una y la misma cosa. Y entonces, claro está, cada cual tiene que tomar la decisión que más se ajuste a su naturaleza personal. Si el hedonismo y el beneficio inmediato es su meta máxima en la vida, el Ensueño le satisfacerá por un tiempo, pero luego abandonará. Le remorderá la conciencia estar planteando como un juego una oportunidad tan única y profunda de desarrollo personal. Es como una falta de respeto. Tiene usted en su mano hacer de su vida un auténtico proyecto espiritual y realizarse personalmente al nivel más profundo imaginable.
Herramientas que en el plano físico están al alcance de unos pocos iluminados están aquí a su entera disposición. Es más: como ambos mundos están interconectados de manera misteriosa pero inextricable, poco a poco irá comprobando el efecto que sus acciones y actitudes tienen, a corto o largo plazo, sobre sus condiciones concretas en el plano físico. Lo cual le obligará a asumir sus responsabilidades. El mundo, la deplorable miseria de la humanidad indefensa, necesita de la labor energética de las almas conscientes en un sentido claramente positivo. Su egoísmo en los sueños puede llegar a dañar a los seres humanos, por caminos kármicos impredecibles, de manera muy concreta en la vida cotidiana. Lo más inteligente (y en el fondo lo más gozoso), pues, ya que se le abren las puertas a un Conocimiento verdadero y esencial, es aprovechar la oportunidad para crecer interiormente y dar lo máximo de sí mismo, dentro de sus limitaciones.

Todos tenemos limitaciones. Pero otra de las ventajas del Ensueño es la posibilidad incomparable de profundizar en los obstáculos psicológicos o materiales que dificultan nuestro desarrollo físico para emitir un diagnóstico mucho más completo y diseñar un plan terapéutico sin precedentes que remueva cualquiera de nuestros defectos. Esto es viable porque, si bien normalmente no podemos percibir el mundo astral desde el plano físico, sí llega un momento en que, desde el plano astral, no solo podemos experimentar otros mundos sino que también podemos ser testigos de los procesos y aconteceres de nuestra vida de vigilia, como un fantasma que espía en la sombra o detrás de un cristal. Hay diversas formas de conseguirlo. Otra es consultando a los maestros espirituales. Otra es observando el cariz de las circunstancias de nuestro mundo paralelo, pues de alguna forma éstas nos dirán cómo es en esencia nuestro espíritu y valores. El hecho es que nos podremos llegar a conocer mucho más profundamente que a través de cualquier análisis psicológico, físico, material. "Veremos" la esencia de nuestros complejos, deseos, traumas, sin ningún género de dudas, y podremos actuar en consecuencia. Ésta es una de las ventajas más indiscutibles de la práctica de los Sueños Lúcidos: nuestra personalidad física mejora, se cura, se supera. Día a día. Objetivamente.

No existe la mentira en el Ensueño. Éste es otro de los misterios con imbricaciones más epistemológicas. ¿Qué es una "mentira"? Habría que bucear muy hondo en la Filosofía de la Intencionalidad para comprender el punto de vista de los videntes. Pues sólo en el mundo físico, donde razón y lenguaje imperan a la par indistinguiblemente, puede tener sentido ocultar intencionadamente la verdad. Tal "intento" es inconcebible en el mundo de las esencias energéticas. Y si usted pregunta cualquier cosa a un ser espiritual, a un habitante del mundo de los sueños, siempre le dirá la verdad. No pueden mentir. Lo cual tiene sus sorprendentes consecuencias, como podrá comprobar. Se quedará perplejo al comparar esa característica con la aberrante naturalidad (mejor diríamos cinismo) con que aceptamos la mentira en nuestro mundo físico. Convivimos con ella como si fuera normal salir a la calle con un abrigo hecho de vísceras sangrantes. Miramos hacia otro lado, y a base de ignorarlo fingimos que no pasa nada. Pero sí que pasa, sí. El mundo de los sueños nos devuelve a la sinceridad.

No es una "realidad virtual", cuidado. No es un producto de la imaginación, como una película proyectada en alguna pantalla mental. Eso es lo que los "enemigos del hombre", seres inorgánicos o mafias esotérico-comerciales, quisieran hacernos creer. ¿Para qué "ensoñar"?, nos insisten: basta con conectar la Play Station, o currarse el Second Life o jugar Diablo I, II y III, como un idiota enajenado. Llegará un momento en que las plataformas Wii simularán escenarios tridimensionales esféricos. Pero seguirá sin ser un verdadero Ensueño. El Ensueño es una experiencia "real", total, ontológicamente verdadera. Percibimos con todos nuestros sentidos. Todo nuestro cuerpo (astral) está involucrado. Sin conexiones, sin cables, sin cuotas. Claro: eso es lo que no le interesa a esas fuerzas oscuras. El Conocimiento da libertad, y ellos quieren esclavos.

La continuidad espacio-temporal se flexibiliza en el Ensueño. Otro gran milagro. Ya no estamos en un espacio-tiempo lineal, fijo, invariable. No. En los Sueños Lúcidos llega un momento en que podemos acceder al pasado y al futuro, hacer regresiones, intercambiar historias personales, visionar profecías. Podemos acceder a la "memoria del mundo": una inolvidable experiencia que el ocultismo llama "acceder a los Registros Akásicos". Podemos viajar a cualquier lugar del espacio, sin límites. El cuerpo enegético viaja más rápido que la luz. Como explicábamos en los Recuentos cosmológicos, hay una cualidad de "entrelazamiento cuántico" entre todas las partículas del Universo que lo convierte en una entidad holográfica, interconectada de manera instantánea. Pero es por eso por lo que el disfrute de los prodigios del Ensueño está necesariamente ligado a un crecimiento místico: para hacer semejantes viajes espaciales, que son definitivamente posibles, hay que comprender que "la conciencia es Una", y que "cualquier instante es una eternidad". Y éstas no son cosas que se comprenden con solo decirlas. Para que se conviertan en vivencias operativas uno tiene antes que hacer un largo camino, como persona y como ensoñador, pero sobre todo como "buscador del Conocimiento".

Lo que sí podemos decir nosotros es que esta búsqueda "merece la pena". La vida más ostentosa, exitosa y gloriosa imaginable en el mundo físico palidece en comparación con la "intensidad" sensorial y espiritual de las experiencias del Ensueño. Es mucho más que vivir otra vida. Como el tiempo es flexible, son muchas las vidas que podemos llegar a vivir. Se dice pronto. Pero es así.

Finalmente, pues, lo que verdaderamente causa asombro, pavor, un silencioso sentimiento de terror paranoico, es preguntarse qué es lo que ha llevado al ser humano a borrar tan radicalmente de su memoria, de sus expectativas, de su educación, una herramienta tan inigualable de plenitud y felicidad. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué? ¿Quién tiene la culpa? Y ¿por qué ahora se abren las puertas? Hay algo que se nos escapa. Pues aunque la televisión y los entornos virtuales luchan en contra, basta una sola experiencia de ensueño verdadero para convencer al más materialista, al más colgado del ordenador, de que ahí está el camino, ahí están las respuestas. ¿Cómo es que unos "demonios" tan crueles y efectivos como para privar durante milenios al hombre de su identidad permiten ahora semejante escapatoria? ¿Es otra trampa? ¿O es realmente una "nueva era", gracias a la victoria energética, invisible pero irreversible, de la Magia Blanca o de la "masa crítica" de unas generaciones con "conciencia"? Ojalá fuera esto último. Pero ¿cómo confirmarlo? Precisamente lo grande de todo esto es que la respuesta está en el Ensueño. El camino al Conocimiento ha abierto de nuevo sus puertas. Exprimamos la oportunidad, antes de que otra vez se cierren.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Técnicas de Silencio Interno"

Mantras: Es la repetición incesante, fluida, flexible, firme, mental o susurrada, de una palabra de poder, un nombre, un vocablo mágico (OM, Meshico, Tolteka), o una corta frase de alto contenido personal. Es una de las técnicas más habituales en toda tradición espiritual.

Comandos cuerdos: Se trata de dictarse a uno mismo órdenes verbales silenciosas. Mantener con uno mismo un diálogo cuerdo, correcto, consciente, pausado, enérgico, constructivo, implacable, bien dirigido, que nos impida desviarnos del Propósito.

Contar: Tenemos tan automatizadas las enumeraciones que incluso concentrados en otros quehaceres perdemos difícilmente la cuenta. Contar de 1 a 10, hacia delante o hacia atrás, es una tarea extremadamente simple, pero el hecho es que interrumpe poderosamente nuestro tren habitual mental.

No-haceres: Potenciar hábitos absurdos, inútiles, como mordisquear un garbanzo, mover los dedos, girar los ojos; o introducir desacuerdos conductuales, como ponerse un calcetín mucho más largo que el otro, cambiarse los anillos, etc, actúan como recordatorios. Cosas que no llamen la atención de los demás, pero sí la nuestra.

Intento inflexible: Término basado en Castaneda. Según él, es suficiente y prioritario “intentar” con un propósito fiero estar en silencio interno. La intención es mental, pero el intento es acción; he ahí la diferencia. Mágicamente, intentar sostenidamente algo, independientemente de su posibilidad, genera a medio o largo plazo, de manera inevitable, un resultado.

Cazando distracciones: La mente es un bosque enmarañado y oscuro. Los pensamientos son fieras que irrumpen entre la hojarasca. Con la espada de la determinación los tenemos a raya. Siempre buscan devorarnos, así que el buscador de silencio lucha sin descanso, con auténtica actitud guerrera, intentando anticiparse al enemigo.

Intervalos: Se trata de segmentar el curso de los acontecimientos en unidades estratégicas, debidamente acotadas, sobre las que podamos aplicar más controladamente nuestras técnicas de silencio mental. Si prestamos atención, comprobaremos que las rutinas diarias ya están de por sí segmentadas en unidades naturales fáciles de determinar: “cruzar la calle”, “caminar por esta acera”, “comprar el periódico”, “ducharnos”, “realizar tal o cual gestión”, etc, etc. Se trata de convertir estos segmentos en intervalos de silencio en los extremos de los cuales podamos aplicar algún tipo de “cotas” identificativas, como recitar un
pequeño Mantra, o hacer un movimiento táctico, o mirarse fugazmente las manos.

Asociaciones: “Cada vez que entre en el ascensor me he de fijar en esa mancha y recordar que debo silenciar mi mente”. Es un ejemplo de esta técnica. Asociar diversos objetos o sucesos cotidianos con la alerta espiritual. Es como ir dejando notas en nuestros recorridos que nos sirvan de recordatorios.

Anagramas en la mano: Dibujarse todas las mañanas en la mano algún pequeño símbolo personal (un punto, una letra). Ya que las manos las tenemos siempre delante, nos aseguramos un recordatorio constante.

Conciencia de la muerte: Aunque suene un poco tétrico, o monástico, la conciencia constante de la muerte, como quiera que sea la forma en que imaginemos su presencia, es una herramienta magnífica para darle seriedad y urgencia a nuestra lucha contra la distracción.

Conciencia de la respiración: Es el método yogui, y también zen, por excelencia. Grandes tradiciones ancestrales avalan el poder de esta técnica. La atención siempre puesta en la respiración es un barrido de paz y silencio para nuestro disparatado diálogo mental.

Conciencia del aura o Esfera Luminosa: Nos imaginarnos a nosotros mismos como una esfera de energía perceptiva, reactiva, que interacciona con un mundo también abstracto que fluye y cambia constantemente. Esto produce resultados sorprendentes, quizás porque se aproxima a la realidad.

Conciencia de algún chakra: La tradición esotérica sostiene que existen, en nuestra envoltura energética, vórtices especiales de energía asociados con las glándulas endocrinas de nuestro cuerpo físico. Para mantener el silencio tienen especial poder el “hara” (debajo del ombligo), y los chakras del pecho y la frente.

Conciencia del fuego interno: En el centro de cada uno de nosotros hay una llama inextinguible de poder y conocimiento. Iniciáticamente, el universo entero está en el centro más profundo de cada uno de nosotros. Vivir con la atención puesta en esa fuerza nos hace realmente invulnerables.

Conciencia del Punto: La técnica de visualización más sencilla consiste en imaginar que todo lo que somos se reduce a un punto sin dimensiones que flota errante en la inmensidad. Un punto sin barreras. Dónde lo situemos es indiferente a efectos técnicos. Un punto sin atributos resiste, como una boya en el oleaje, los embates de todo sopor mental.

Darse cuenta de todo: Otra técnica muy distinta consiste en asumir el reto de atender al máximo número posible de estímulos circundantes, con el objeto de tener siempre una visión global de lo que está ocurriendo alrededor. En vez de secundar nuestra secular atención especializada, aprendemos a cultivar una percepción panorámica, contextual. Los estímulos ya no son acontecimientos aislados sino partes de un “edificio significativo”.

Enfocar: Es una de las mejores. No se trata de ver, mirar u observar. Enfocar es agarrar con la mirada. Ser conscientes de que estamos mirando algo. La atención puesta en el complejísimo fenómeno de observar, de percibir visualmente. Es una técnica poderosa y muy compatible con cualquier actividad. Difícil de concebir, pero inestimable cuando se experimenta. Entonces se da cuenta uno de que llamarlo “enfocar” es justo.

Desenfocar: Parece contrario a lo anterior, pero poner la mirada ligeramente borrosa, sin que se note exteriormente, sin llegar a bizquear, tiene el efecto instantáneo de crear silencio mental tanto en nosotros como en las personas que nos rodean. Una técnica muy efectiva en las situaciones sociales comprometidas, aunque no tanto si tenemos que trabajar delante de una computadora.

Visión abierta: El campo visual es una elipse de información luminosa atiborrada de acontecimientos. Normalmente ponemos toda la atención en el foco central, pero si dispersamos esa atención por todo el campo, incluidos los bordes, descubrimos un mundo nuevo y sugerente, plagado de extraños presentimientos.

Pantalla en blanco: Es una técnica clásica de Control Mental. Convertimos el campo visual en un inmaculado estanque de luz en cuyo borde exterior se clavan los pensamientos sin llegar a traspasarlo, sin ensuciarlo. Podemos movernos en el espacio visual a salvo de cualquier distracción.

El estímulo natural protagonista: Una técnica muy compatible con el quehacer diario es poner la atención siempre en aquel estímulo que se constituya en el protagonista natural de cada situación. Siempre hay uno. Y asegurarnos de localizarlo es una garantía de vivir realmente en el “aquí y ahora”, así como una valiosa pista para entender el mensaje oculto de los acontecimientos.

Silencio interno verificado: Muchas veces ocurre que, pese a seguir una técnica con disciplina, es dudoso o leve el estado real de silencio interno que experimentamos. Esta técnica pone el énfasis en verificar con regularidad (ayudándonos por ejemplo de la técnica de los Intervalos) que nuestro diálogo interno está realmente detenido y que la ausencia de distracciones es pura.

Atender al mundo sonoro: Poner la atención exclusivamente en la información auditiva no solo es perfectamente compatible con el trabajo, donde siempre al fin y al cabo estamos manejando estructuras verbales, sonoras, sino que nos sumerge además en un espectacular universo de sensaciones nuevas, intrigantes, profundamente musicales.

Imaginar el astral: Muchos videntes llaman “el astral” a la Otra Conciencia, al otro mundo. Con una fe suprema en nuestra intuición, en nuestras dormidas capacidades mágicas, tratemos en todo momento de hacernos una idea de la prolífica realidad energética, de la lectura esotérica que subyace en cada evento  cotidiano. La imaginación es, por definición, el ejercicio de los sentidos astrales.

Silencio en expansión: El silencio mental es una fuerza que se expande inconteniblemente, como energía radiactiva, desde el centro de nuestro ser hacia el mundo exterior. Cada conciencia reproduce, en el fondo, el misterio de un universo que explota. Potenciar esta idea no solo “empuja” hacia fuera toda intromisión amenazante, sino que amplía ciertamente el alcance secreto de nuestros sentidos. Nos convertimos en “irradiadores” de silencio.

El agujero negro: Otra orientación más, digamos, femenina, consiste en imaginar que ese punto de conciencia en que nos convertimos es una nada inconcebible que todo se lo traga: lo mental y lo perceptivo, lo positivo y lo negativo. Todo cabe en ese vacío que opta por anular irreversiblemente todo lo que devora.

El testigo: Otra técnica clásica es imaginar que somos espectadores imparciales y externos de todo lo que nos ocurre, como si fuéramos un “doble” invisible que nos observa a algunos metros de distancia. Esta técnica es un magnífico ejercicio de serenidad y desapego que también nos identifica con nuestra esencia vidente.

Sublimar malos hábitos: Una posibilidad francamente buena es aprovechar el potencial obsesivo de los vicios para disparar el propósito. Cada vez, por ejemplo, que sentimos ganas de fumar, que no son pocas para el que lo quiere dejar, establecemos la asociación con el silencio, como en la técnica de los recordatorios. Los resultados son magníficos.

Conexión con el Poder: La verdadera Conexión que un hombre debe cultivar es con el Espíritu, sea cual sea su concepto teológico o vivencial. Hemos visto que no podemos definirlo, pero todo el que lo experimenta constata que en efecto se trata de una conexión en toda regla. Intentar en todo momento esta conexión es un método infalible para sentirnos fluidos, confiados, respetuosos, y en profunda armonía con el entorno.

Vivir encendido: En una cultura cuántica, del todo o nada, es fácil aceptar que solo hay dos estados del ser: consciente o distraído, encendido o apagado. Se trata, pues, de hacer hincapié en la verificación constante de que nos hallamos en la posición correcta del conmutador: ON, encendido. De hecho, es más exacto hablar de “encendidos” que de “iluminados”.

Acción impecable: Como habrá podido comprobar el lector con las técnicas anteriores, hemos orientado este recuento hacia el imperativo de superar la dicotomía entre nuestro compromiso cotidiano con la acción y con la búsqueda de silencio interno. Se trata de vivir continuamente en conexión con la trascendencia, y no agotando por inercia la energía obtenida en los ratos exclusivos de meditación, así que es preciso encontrarle un sentido sagrado a la acción en sí misma. El tedio y la pereza son verdaderas aberraciones para un buscador de conocimiento. El Espíritu es acción. Todo se mueve. Se trata de convertir el versátil flujo de esfuerzos que inundan nuestra vida en un lenguaje de crecimiento a través, por supuesto, del inconfundible propósito de la impecabilidad, del silencio interno. Resulta extremadamente difícil traducir este concepto en palabras, pero existe una fuerza especial, como un vapor que la acción misma exuda, que se convierte en conciencia cuando esta acción es impecable.

Secuencias de poder: Se puede hacer una aplicación visual de la técnica anterior imaginando la acción impecable como núcleo estelar de un sistema de elementos que orbitan a su alrededor. Pero tiene más poder mnemotécnico establecer una secuencia de acciones con tres o cuatro elementos (preferiblemente tres) que se disparan en orden en el momento de hacer silencio. Por ejemplo, la secuencia M-A-V: el mantra, la acción impecable, y la verificación. El primero es el cimiento, el acto repetitivo (que puede ser también un movimiento, un comando) necesario para arrancarse de la distracción, que no es fácil. El segundo es la elección de la conducta más perfecta del abanico de posibilidades con que nos enfrentamos en ese momento.
Y el tercero es la verificación de que lo estamos consiguiendo, de que el silencio interno es real, de que no se nos escapa rápidamente entre los dedos.

viernes, 1 de marzo de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "La Recapitulación"

LA RECAPITULACIÓN

 Recapitular es recordar la vida de uno hasta el detalle más insignificante. (EDA)

La recapitulación es el fuerte de los acechadores, de la misma manera como el cuerpo de ensueño es el fuerte de los ensoñadores. (EDA)

Ya que la conciencia es el alimento del Águila, ésta puede quedar satisfecha con una réplica perfecta (con un recordatorio perfecto de la vida de uno). (EDA)

Una recapitulación perfecta puede cambiar a un guerrero aún más que el control total del cuerpo de ensueño. Para un guerrero es importante conocer y practicar tanto el acecho como el ensueño. Las mujeres solo pueden dominar uno de los dos artes; los hombres pueden dominar los dos, pero no llegan a obtener el nivel de eficacia que las mujeres logran en cada arte. (EDA)

La recapitulación se compone de tres técnicas o herramientas básicas:

a) La caja: Símbolo de nuestros estrechos linderos personales. Recordar se vuelve fácil si uno puede reducir el área de estimación en torno al cuerpo. Los acechadores usan cajas o ataúdes de tierra para encerrarse adentro de ellos en tanto reviven (pues no se trata solo de recordar) cada momento de sus vidas.

b) La lista de eventos: Confeccionar una lista detallada de todos los incidentes de nuestras vidas, desde el momento previo a que el acechador tome asiento en la caja, hasta , al menos en teoría, el mismo momento del nacimiento.

c) La respiración: El elemento clave. El aliento es algo mágico porque se trata de una función que da la vida. La respiración misma fomenta recuerdos cada vez más profundos. Cada sesión comienza con una inhalación moviendo la cabeza de derecha a izquierda, regresando luego a la posición frontal para exhalar. Entonces, se coge el evento que está a la cabeza de la lista, y se recuentan todos los sentimientos invertidos en él. A medida que se recuerda, se inhala lentamente de derecha a izquierda, para restaurar la energía, y se exhala de izquierda a derecha, para expulsar la energía ajena. (EDA)

El "benefactor" de Florinda estaba convencido de que una recapitulación profunda es el medio más expedito para perder la forma humana, y las tres técnicas básicas del acecho la caja, la lista de eventos, y la respiración como las tres tareas más importantes que un guerrero puede llevar a cabo. (EDA)

Hacer uso de los no-haceres del yo personal se vuelve fácil para los acechadores después de recapitular sus vidas. (EDA)

La recapitulación de sus vidas, que hacen todos los brujos, es la clave para mover el punto de encaje. Al lograr revivir los eventos mismos, consiguen mover el punto de encaje al sitio preciso en el que estaba cuando ocurrió el evento. Esto es lo que los brujos llaman acordarse. (ECS)

La información se almacena en la experiencia misma. Así que acordarse es el modo de recuperar toda la información acumulada en el movimiento del punto de encaje. Lo que los brujos almacenan es la intensidad. La intensidad es resultado automático del movimiento del punto de encaje. (ECS)

Nuestra vivencia del mundo es siempre un recuerdo de la experiencia. Estamos eternamente recordando el instante que acaba de suceder. Todo son recuerdos. (RDP)

La recapitulación de nuestras vidas no se acaba nunca, no importa qué tan bien la hagamos. (ADE)

La razón por la que la gente común y corriente carece de control y dirección en sus sueños, es porque nunca han recapitulado, y sus vidas están llenas hasta el tope de emociones densas y pesadas, de memorias, esperanzas, miedos. (ADE)

Recapitular y ensoñar van de la mano. La recapitulación libera energía aprisionada dentro de nosotros, y no es posible ensoñar sin esa energía. (ADE)

Don Juan me ayudó a recopilar una lista de todas las personas que yo había conocido en mi vida, ordenó mi lista de forma coherente, dividiéndola en áreas de actividad, y luego me guió, ordenadamente, y sin ninguna desviación, a revivir cada una de mis interacciones con las personas de mi lista. (ADE)

La recapitulación comienza cuando la mente arregla todo lo pertinente a lo que se está recapitulando. Arreglar quiere decir reconstruir el acontecimiento pieza por pieza. (ADE)

Don Juan me enseñó a acompañar la recapitulación con una respiración natural y rítmica. Me guió a exhalar profundamente, al mover la cabeza de manera lenta de derecha a izquierda, y a inhalar profundamente, al volver a mover la cabeza de izquierda a derecha. El llamaba a esto "airear lo ocurrido". La mente examina el acontecimiento de principio a fin, mientras que el cuerpo continúa aireando todo aquello en lo que la mente se enfoca. (ADE)

La exhalación sirve para expulsar la energía ajena que se quedó en uno durante el acontecimiento que se está recapitulando, y la inhalación, para traer de regreso la energía propia que uno dejó en dicho acontecimiento. (ADE)

La recapitulación es una táctica de los brujos para inducir un diminuto pero consistente desplazamiento del punto de encaje. (ADE)

La base de la recapitulación es la existencia en el universo de una inconcebible fuerza disolvente que da vida a los organismos prestándoles conciencia. Esa misma fuerza hace también que mueran, para extraerles la conciencia enriquecida por las experiencias de la vida que les prestó. Al ser una réplica de estas experiencias, la recapitulación puede satisfacer a la fuerza disolvente, que de esta forma deja libres a los brujos para que expandan su propia conciencia. (ADE)

El fin de la recapitulación es alcanzar dos objetivos fundamentales: en primer lugar, el fin abstracto de cumplir el código universal que exige renunciar a la conciencia en el momento de la muerte y, en segundo, el fin plenamente pragmático de adquirir fluidez perceptiva. (PM)

A través de la recapitulación, los chamanes adquirían un grado de control que les permitía separar las “experiencias vitales” de la “fuerza vital” que, en su opinión, no estaban unidas de manera indisoluble, sino que se juntaban circunstancialmente. Para los chamanes el “oscuro mar de la conciencia” (la fuerza disolvente, el Águila) no pretende cobrarse la vida de los seres humanos, solo quiere sus experiencias vitales, o sea, la conciencia que han realzado a través de dichas experiencias. (PM)

La recapitulación significa revivir todas o casi todas las experiencias que hemos tenido y, de este modo, desplazar un poco o mucho el punto de encaje y, por la fuerza de la memoria, llevarlo a adoptar la posición que ocupaba cuando aconteció el hecho recapitulado. El acto de desplazarse entre posiciones anteriores y la presente proporciona a los practicantes del chamanismo la fluidez necesaria para salvar obstáculos extraordinarios en sus viajes al “infinito”. (PM)

La recapitulación real del acontecimiento exige que respiremos hondo y movamos lenta y delicadamente la cabeza de un lado a otro, da lo mismo que empecemos por el lado izquierdo o por el derecho. La cabeza debe moverse tantas veces como sea necesario mientras recordamos todos los detalles a que tenemos acceso. Don Juan decía que los chamanes se referían a este acto como aspirar todos los sentimientos personales consumidos en el acontecimiento que se recuerda y espirar los estados de ánimo no deseados y los sentimientos extraños que nos dejó. (PM)

La recapitulación puede convencernos, sin el menor atisbo de dudas, de que todos estamos a merced de fuerzas que, en última instancia, no tienen ningún sentido, por mucho que a primera vista parezcan razonables. (PM)

El acto efectivo de la recapitulación es una tarea de toda la vida. Se necesitan años para agotar la lista, sobre todo en el caso de los que han conocido a miles de individuos e interactuado con ellos. (PM)

El recuento de los "sucesos memorables" de la vida de uno es de vital importancia para redistribuir la energía utilizada en vida. La mejor preparación para entrar en "el lado activo del infinito". (LAI)

Los "sucesos memorables" verdaderos son los que tienen el toque oscuro de lo impersonal. Ese toque los impregna. Lo que los hacediferentes y memorables es que nos afecta a cada uno de nosotros como seres humanos, no solo al que los ha experimentado. (LAI)

Ése es el poder de los recuentos. Por eso los utilizan los chamanes. Te ponen en contacto con algo que ni siquiera sospechabas que existía en ti. (LAI)

El universo está compuesto por campos de energía bajo la forma de filamentos luminosos. Los antiguos videntes vieron billones de ellos por donde fuera que "vieran". Son torrentes de fuerzas constantes, perennes en el universo, y el torrente de filamentos que se relaciona con la recapitulación fue nombrada por aquellos chamanes el "oscuro mar de la conciencia" o el "Águila". (LAI)

Los antiguos videntes "vieron" que, en el momento de la muerte, el "oscuro mar de la conciencia" (Águila) se tragaba, por decirlo así, la conciencia de las criaturas vivas a través de su punto de encaje. Pero tambien vieron que esa fuerza, el Águila, tenía un momento de vacilación con los guerreros que habían hecho un recuento minucioso de sus vidas. Así descubrieron una verdad gigantesca: el Águila solo quiere nuestras experiencias de vida, no nuestra fuerza vital. Por eso, gracias ala Recapitulación, podemos conservarla al morir. (LAI)

Algo en nosotros se resiste tremendamente a la disciplina de la recapitulación. Por eso, los videntes dicen que el camino queda despejado solo cuando aparece en la pantalla el recuerdo de un suceso que nos sacude hasta los cimientos con una claridad de detalles terrorífica. Los chamanes llaman a ese suceso "el acomodador", porque desde ese momento, cada suceso que tocamos no solo se recuerda sino que se vuelve realmente a revivir. (LAI)

Caminar es bueno para precipitar los recuerdos. Los chamanes creían que todo lo que vivimos queda guardado como sensación en la parte trasera de las piernas. Es como una especie de almacén de la historia personal. (LAI)

La recapitulación se fue revelando más adelante de los primeros libros como un requisito de primera mano en el camino de cualquiera que se tenga por guerrero. La tarea parece imposible desde el punto de vista racional, ya que en principio no tenemos ni tiempo ni herramientas psicológicas de regresión para semejante empresa. Pero, de todas formas, las reminiscencias esotéricas del tema en otras tradiciones, como la “retrospección” de los Rosacruces, el “examen de conciencia” cristiano, o, sin ir más lejos, ese rápido recordatorio de la vida propia que reportan muchas de las personas que han regresado de una “experiencia de muerte”, sugieren que la efectividad y verosimilitud de esta práctica descansa sobre algún principio al fin y al cabo natural en el proceso iniciático.
De hecho, no son pocas las personas que dicen haberla realizado, por su cuenta, con resultados más que satisfactorios. Lo más objetivo que podemos decir es que todo parece indicar que estamos ante un procedimiento cuya posibilidad de realización se va resolviendo por sí sola a medida que lo practicamos, por muy absurdo que nos parezca el tema antes de empezar.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Ver"

VER

La oscuridad del día es la mejor hora para "ver", para intentar "ver". (URA)

Cuando un brujo hace el intento de "ver", hace el intento de ganar poder. (URA)

Un brujo puede tener una voluntad muy fuerte y sin embargo quizás no "vea". Solo un hombre de conocimiento percibe el mundo con sus sentimientos y su voluntad, y también con su "ver". (URA)

Un hombre que "ve" no necesita ya vivir como guerrero.(URA)

Aprende a "ver", y entonces sabrás que no hay fin a los mundos nuevos para nuestra visión. (URA)

Cuando uno "ve" ya no hay detalles familiares en el mundo. Todo es nuevo. Nada ha sucedido antes. Todas las cosas se vuelven nada. (URA)

"Ver" es contrario a la brujería y sus técnicas manipulatorias, pues le hace a uno darse cuenta de la insignificancia de todo. (URA)

"Ver" no es lo mismo para todos, pero eso no significa que prevalezcan los significados de la vida. Nada es conocido cuando "vemos". (URA)

Cuando un hombre aprende a "ver", ninguna cosa es igual cada vez que la "ve", y sin embargo es la misma. Por ejemplo, cada vez que "ve" a un ser humano, "ve" un huevo luminoso, pero no es el mismo huevo luminoso. (RDP)

"Ver" es así. Uno hace afirmaciones con gran certeza, sin saber cómo. (RDP)

Un guerrero hace una pregunta, y a través de su "ver" obtiene la respuesta. El "ver" es un conocimiento directo, sin florituras visionarias. (RDP)

Percibir la energía tal y como fluye en el universo significa que la energía adopta configuraciones generales y específicas que se repiten coherentemente y que cualquiera que “vea” puede percibirlas en los mismos términos. (PM)

Esta vida que tenemos no es sino una larga visión. (SAP)

Nuestros sentidos pueden captar todo lo que nos rodea. (EFI)

Los ojos de Don Juan daban la sensación de haber visto todo lo que se pueda ver. (EDA)

Se necesita una enorme fuerza para abandonar el intento de todos los días. Pero hay maniobras que facilitan este abandono, como enfocar los ojos en el punto de la segunda atención. La razón por la que el "ver" parece ser visual es porque necesitamos los ojos para enfocar el intento. Los ojos son los convocadores del intento.(EDA)

Después de siglos de usar plantas de poder, algunos hombres aprendieron finalmente a "ver". Los más emprendedores comenzaron entonces la enseñanza de cómo "ver". Y ese fue el principio de su perdición. Aumentó el número de videntes, pero la obsesión de "ver" llegó a tal punto que dejaron de ser hombres de conocimiento. Se volvieron expertos en “ver” y en ejercer control sobre los extraños mundos que atestiguaban, pero todo ello no les sirvió de nada. El "ver" había socavado su fuerza y les había obligado a obsesionarse con lo que "veían". Sin embargo hubo videntes que escaparon a ese destino; grandes hombres que, a pesar de "ver", nunca dejaron de ser hombres de conocimiento. Es muy posible que, bajo su dirección, las poblaciones de ciudades enteras penetraran en los mundos que "veían", y de ellos no volvieron a salir jamás. (EFI)

La característica de los videntes de mala muerte es que están dispuestos a olvidar la maravilla que nos rodea. Se quedan abrumados por el hecho de que "ven", y creen que su talento es lo que cuenta. Un vidente debe ser un parangón (de impecabilidad) para poder superar la flojedad casi invencible de nuestra condición humana. Lo que hacen los videntes con lo que "ven" es más importante que el "ver" en sí. (EFI)

Todo lo que no puedes recordar está atrapado en otras áreas de tu ser total. El usar esas otras áreas es el "ver". (EFI)

"Ver" es dejar al desnudo la esencia de todo, es ser testigo de lo desconocido y vislumbrar lo que no se puede conocer. Pero ello no nos trae desahogo. Generalmente, los videntes se descalabran al "ver" que la existencia es incomprensiblemente compleja y que nuestra conciencia cotidiana la difama con sus limitaciones. (EFI)

Todos caen presa del error de que se "ve" con los ojos. Pero no te sorprendas, pues es muy normal cometer ese error. "Ver" es alineamiento. El acto de "ver", siendo el resultado de un alineamiento fuera de lo ordinario, no puede ser algo que uno simplemente vea con los ojos. (EFI)

Cuando los videntes "ven", hay algo que les explica todo a medida que se lleva a cabo el nuevo alineamiento. Es una voz que les habla en el oído. La voz del "ver". Si esa voz no está presente, el vidente no está "viendo”. (EFI)

La voz del "ver" es algo extremadamente misterioso e inexplicable. Algo que sólo pertenece al hombre, quizás porque el hablar es algo que nadie más hace, excepto el hombre. Los antiguos videntes creían que era la voz de una increíble entidad de enorme potencia íntimamente relacionada con la humanidad, un protector del hombre. Los nuevos videntes descubrieron que esa entidad, a la que llamaron el molde del hombre, no tenía voz. Para los nuevos videntes la voz del "ver" es algo incomprensible. Dicen que es el resplandor del estar consciente de ser, que toca las emanaciones del Águila como un arpista toca el arpa. (EFI)

El hombre no es lo que no se puede conocer. La luminosidad del hombre puede "verse" casi como si uno usara solamente los ojos. (EFI)

Los guerreros jamás deben tratar de "ver" sin la ayuda del ensueño. (EFI)

"Ver" es el eufemismo de mover el punto de encaje. (EFI)

La experiencia mística es un "ver" fortuito, algo que sucede una sola vez en la vida (cuando sucede), y que no tiene ningún significado porque es el resultado de un movimiento al azar del punto de encaje. Nuestra creencia en la existencia de Dios está basada en un rumor que circula y no en el acto de "ver". (EFI)

Otra cosa que de repente se me representó con claridad al recordar el evento, fue que supe automáticamente que tenía que mover los ojos para hacer moverse a mi punto de encaje. (EFI)

Para dejar de pensar hay que intentar el movimiento del punto de encaje. Al intento se le llama con los ojos. (ECS)

El no tener compasión, siendo una posición específica del punto de encaje, se manifiesta en los ojos de los brujos; es como una nube brillante y trémula que cubre el ojo. Los ojos de los brujos son brillantes. Cuanto mayor es el brillo, más intenso es su sentido de no tener compasión. (ECS)

Nuestros puntos de encaje están en constante movimiento. Son movimientos imperceptibles. Ahora, si queremos un movimiento considerable debemos poner en juego el intento. Como no hay modo de saber qué es el intento, los brujos dejan que sus ojos lo llamen. (ECS)

Los ojos están directamente vinculados al intento. Solo superficialmente, por contradictorio que parezca, están conectados con el mundo cotidiano. Su conexión más profunda es con lo abstracto. (ECS)

Es el brillo de los ojos lo que llama al intento. Cada sitio al que se mueve el punto de encaje está representado por un brillo específico. Puesto que los ojos tienen memoria propia, pueden acordarse de cualquier sitio a donde se movió el punto de encaje acordándose del brillo específico asociado con ese sitio. (ECS)

Bajo condiciones normales la gente enfoca los ojos en el mundo, en busca de comida, de refugio, de protección. Pero los ojos de todos los seres vivientes, especialmente los de los naguales, son capaces de mover sin dificultad el punto de encaje, sobre todo si están enfocados en el intento. (ECS)

Pero para mover con el brillo de los ojos el punto de encaje propio o ajeno los brujos tienen que ser despiadados, es decir, deben estar familiarizados con el sitio donde no hay compasión. Esto es en especial cierto para los naguales. (ECS)

En el momento en que Don Juan intentó ser viejo, sus ojos perdieron el brillo, y yo lo noté de inmediato. La pérdida del brillo en sus ojos se debía a que los estaba usando para intentar la posición de un viejo. Al llevar su punto de encaje a esa posición, pudo envejecer en aspecto, conducta y sensaciones. (ECS)

A fin de acordarse de cualquier isla de percepción (de su pasado), los brujos sólo necesitan intentar el específico brillo de sus ojos asociado con el punto al que desean volver. (ECS)

El intento se intenta con los ojos. No sé cómo, pero son los ojos los que lo hacen. Invocan al intento con algo indefinible que poseen, algo que está en su brillo. Los brujos dicen que el intento se experimenta con los ojos, no con la razón. Sé que es así. Sin embargo, al igual que tú, no puedo precisar qué es lo que sé. Los brujos resuelven esta dificultad aceptando algo sumamente obvio: los seres humanos son infinitamente más complejos y misteriosos que nuestras más locas fantasías. (ECS)

Tomé conciencia de que, aunque “veía” por primera vez, toda mi vida había “visto” la energía tal y como fluye por el universo, pero sin ser consciente... Lo que yo había experimentado en el instante en que “paré el mundo” fue el resurgimiento de mi “cuerpo energético”, que siempre fue capaz de “ver” la energía tal y como fluye por el universo. (PM)

Los seres humanos no solo son capaces de "ver" la energía directamente tal y como fluye en el univero, sino que en verdad la "ven"; lo que pasa es no están "deliberadamente conscientes" de verla. (LAI)

La conciencia es energía, y la energía es un flujo constante y vibratorio que nunca está quieto. Siempre está en movimiento por impulso propio. (LAI)

Los videntes no solo "ven" la energía sino que siguen su flujo. Si éste encuentra obstáculos, se alejan o hacen algo totalmente diferente. Los videntes ven líneas en el universo, y su arte, o su tarea, es escoger la línea que los va a conducir, en términos de percepción, a regiones sin nombre. Podríamos decir que los videntes reaccionan inmediatamente a las líneas del universo. Si ven a los seres humanos como bolas luminosas, buscan en ellos su flujo de energía, y desde luego reaccionan al instante al ver esto. Es parte de su cognición. (LAI)

Los videntes se enfrentan a lo desconocido a través de los incidentes más banales que uno pueda imaginar. Y, para no perderseen interpretaciones, no tienen más remedio que intentar escuchar la "voz del espíritu". Así, si los chamanes no se esfuerzan por racionalizar algo que no puede ser racionalizado, el espíritu les dice lo que ocurre, sin falla. Hay que aceptar la idea de que el espíritu, el poder, es una fuerza que tiene voz y que está consciente de sí misma. (LAI)

El concepto de videncia nos resulta culturalmente más familiar y menos ominoso que el de brujería, o el de nagualismo. ¿Quién no conoce a algún o alguna vidente, y no le ha visto actuar y ejercer sus funciones? Aunque los que tenemos a mano en, digamos, la Europa mediterránea, sean en su mayoría fraudulentos o incultos fundamentalistas cristianos con episodios esquizoides, existió también aquí una auténtica tradición iniciática, más o menos druídica, que la Iglesia nunca devoró del todo, y que pervive en ciertos ambientes de nuestro entorno.
Por otro lado, tenemos el gran empujón que, con todos sus peligros y excesos, ha provocado la revolución de las drogas a nivel de hacernos vislumbrar qué es la videncia, el otro mundo, los seres astrales, etc.
Podemos, pues, llegar a entender que las alucinaciones no existen, y que todo lo que “vemos” en un estado alterado de conciencia existe fuera de nuestra mente, en otro plano de la realidad. Hasta el más materialista podría admitir que Santa Teresa o San Juan “veían” y “sentían” cosas extraordinarias, y que, por tanto, hasta la mística oficial cristiana es una suerte de videncia. La videncia existe. Pero lo que Don Juan nos aporta en este capítulo apunta a dos hechos más profundos y más difíciles de comprender: En primer lugar nos indica que la videncia no es en absoluto una meta final, sino una herramienta. “Lo que hacen los videntes con lo que ven es más importante que lo que ven en sí”.
En segundo lugar, la complejidad de su proceso perceptivo hace que parezca una experiencia visual porque existe una misteriosa vinculación entre los ojos, como órganos sensoriales, y las distintas posiciones del punto de encaje. En concreto, es el "brillo de los ojos" el que inexplicablemente controla este movimiento.
El dominio técnico de este fenómeno se vuelve tan especializado que ha de integrarse de lleno en la maestría del manejo del intento, uno de los tres grandes procedimientos clave de la brujería. “El intento se intenta con los ojos”. Pero toda videncia es de hecho un alineamiento global de emanaciones en el punto de encaje, así que es algo que se experimenta con la totalidad del cuerpo. De hecho, "ver" es más un "sentir" que una experiencia visual. Y una de las definiciones más acertadas que conozco sobre la Videncia es aquella que dice que "la Videncia es la sensibilidad profunda hacia el sentimiento que emanan todas las cosas".

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Intento Inflexible"

EL INTENTO INFLEXIBLE

Todo lo que se requiere es impecabilidad, esto es energía. Todo comienza con un solo acto que tiene que ser premeditado, preciso y continuo. Si este acto se lleva a cabo por un período de tiempo largo uno adquiere un sentido de intento inflexible que puede aplicarse a cualquier cosa. Si se logra ese intento inflexible el camino queda despejado. Una cosa llevará a la otra hasta que el guerrero emplee todo su potencial. (EFI)

Don Juan delineó el procedimiento usado por los nuevos videntes para lograr el cuerpo de ensueño. Dijo que comienza con un acto inicial, cualquier acto que por el hecho de ser continuo engendre intento inflexible. El intento inflexible lleva al silencio interno. Y el silencio interno a la fuerza interna necesaria para mover el punto de encaje en ensueños a posiciones convenientes. Llamó a este orden de sucesión “el cimiento”. Una vez completado este cimiento viene el desarrollo del control, que consiste en mantener sistemáticamente la posición de ensueño aferrándose tenazmente a la visión del sueño. (EFI)

Don Juan dijo que yo podía mover mi punto de encaje, primero si tenía el intento inflexible de moverlo, y segundo, si dejaba que el contexto de la situación dictara hacia dónde debía moverse. (EFI)

Don juan decía que toma toda una vida de disciplina incesante, que los videntes llaman “intento inflexible”, preparar al segundo anillo de poder para que pueda construir desnates en el otro yo. Dominar la predisposición perceptual del yo paralelo es una hazaña de valor incalculable que pocos guerreros logran. Silvio Manuel era uno de ellos. (EDA)

El vínculo que conecta al hombre corriente con el Intento está prácticamente muerto; es inútil, pues no responde voluntariamente. A fin de revivir ese vínculo de conexión con el espíritu, los guerreros necesitan un propósito extremadamente fiero y riguroso, un estado especial de la mente llamado “intento inflexible”. (ECS)

Sin embargo, el reconocer y aceptar que el nagual es el único capaz de suplir ese intento inflexible es la parte de la brujería que resulta más difícil para los aprendices. (ECS)

Una fiebre alta puede mover el punto de encaje. El hambre o el miedo o el amor o el odio también pueden hacerlo. Lo mismo el misticismo y el intento inflexible, el método preferido de los brujos. (ECS)

El intento inflexible es una especie de determinación; una firmeza; un propósito muy bien definido que no puede ser anulado por deseos o intereses en conflicto. El intento inflexible es también la fuerza engendrada cuando se mantiene el punto de encaje fijo en una posición que no es la habitual. Los brujos consideran al intento inflexible como el catalizador que propulsa a sus puntos de encaje a nuevas posiciones que, a su vez, generan más intento inflexible. (ECS)

Don Juan insiste abiertamente en renunciar a la idea de utilizar procedimientos concretos para alcanzar la videncia, y de ahí que las instrucciones sobre el intento inflexible estén de nuevo envueltas en una nube de supuestos difíciles de despejar. Pero al menos podemos sacar en claro que estamos ante uno de los núcleos principales de toda la mecánica práctica de la brujería. De hecho, esa estructura, esa secuencia técnica ["comando" - "repetición" - "silencio interno"] es llamada en algunas ocasiones “el orden del cimiento”, como si realmente fuera un pilar básico de actuación, de comportamiento mágico. El tratamiento y el título dados al “intento inflexible” nos dan, en todo caso, una importante pista a la hora de enfocar nuestro trabajo básico en dirección al intento: no basta con que "intentemos" un propósito, por ejemplo, el del "silencio interno"; nuestro esfuerzo ha de ser también fiero e inamovible. Constante. Pertinaz.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "La Maestría del Intento"

LA MAESTRÍA DEL INTENTO

En el universo hay una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman “intento”, y absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión. La brujería puede definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo con el intento. La tarea principal de la brujería consiste en tomar ese incomprensible conocimiento y hacerlo comprensible al nivel de la conciencia cotidiana. (ECS)

El intento es una fuerza invisible que existe en el universo; sin recibirse a sí misma, pero que aún así afecta a todo. Es la fuerza que crea y mantiene los desnates, la especializada selección de emanaciones con que realizamos nuestra percepción. Los desnates tienen que recrearse incesantemente para estar imbuídos de continuidad. El intento es la fuerza que constantemente los recrea y completa, a través de la fuerza apremiante del primer anillo de poder. (EDA)

El intento es la llave que usamos para que el primer anillo de poder se mueva de maneras aceptables. Es lo que dirige a la primera atención para que ésta se concentre en las emanaciones del Águila dentro de un cierto marco. Y también es lo que ordena al primer anillo de poder obstruir o interrumpir su flujo de energía. (EDA)

El intento no es una condición de ser, proveniente de uno mismo, como pueda serlo un hábito social o una reacción biológica, sino más bien una fuerza íntima, privada, que todos poseemos. (EDA)

Intentar no es desear; es una fuerza imponderable que nos hace comportarnos de una manera que puede describirse como deseo. (EDA)

El intento está presente en todo. El intento es lo que hace al mundo. (EDA)

El intento y el efecto son la voluntad. Ambas cosas son lo mismo: en ensueños, el intento de volar produce el efecto de volar. (EDA)

El cuerpo físico y el doble conocen intentos diferentes: el físico no puede atravesar paredes, el doble no puede comer. (EDA)

La gente, y todas las demás criaturas vivientes, son esclavas del intento. Pero cuando nos hacemos guerreros, el intento se vuelve nuestro amigo. Nos deja ser libres por un rato. (EDA)

Don Juan conocía el intento de muchas cosas, y podía llamar a esas mismas cosas intentándolas. Pero Silvio Manuel era el amo del intento: conocía el intento de todo. Sin embargo no tenía deseos, ya que el intento por sí mismo no desea nada, así que tenía que depender del nagual para la voluntad. (EDA)

El intento nos puede llegar de tres maneras: a) A través del primer anillo de poder, como una fuerza ciega, casual. b) A través del entrenamiento del guerrero, colocándonos voluntariamente en su camino, convocándolo, para que nos llegue por su propia cuenta. Esto es el poder personal, la facilidad para encontrar nuevas soluciones. c) Armonizando con él, cuando, después de toda una vida de impecabilidad, el intento transforma a los guerreros supremos en una fuerza pura, sin preconcepciones. Esto es la voluntad. O el intento del segundo anillo de poder. (EDA)

Para establecer la presencia de un árbol, por ejemplo, los seres humanos solo necesitan una mirada superficial que prácticamente no les muestra nada. El resto es el fenómeno que se define como la “llamada del intento”, o el “intento” del árbol, es decir, la interpretación de datos sensoriales correspondientes al fenómeno concreto que los humanos denominan “árbol”. (PM)

Para Don Juan, el “intento” es el acto tácito de llenar los espacios vacíos dejados por la percepción sensorial directa o enriquecer los fenómenos observables mediante un intento de totalidad que desde la perspectiva de la percepción pura no existe. Don Juan llamaba “convocar al intento” al acto de “intentar” la totalidad. (PM)

El intento trasciende el mundo cotidiano. Es algo semejante a una ola energética, a un rayo de energía que se adhiere a nosotros. (PM)

La clave para resistir la presión de la presencia del Águila está en la potencia del intento de uno. (EDA)

Insistir en ser un guerrero impecable no es más que esforzarse por dejar que el intento sepa que nos estamos poniendo en su camino. (EDA)

Una vez que se rompe la relación directa entre el intento y los desnates habituales, ésta ya nunca se puede restituir: adquirimos entonces la habilidad de atrapar una corriente de lo que Don Juan llamaba "intento fantasma", el intento de los desnates que no están presentes en el momento o en el lugar de la interrupción, un intento que queda a nuestra disposición a través de algún aspecto de la memoria. A través de instrucciones y comentarios, Don Juan creaba una corriente de intento fantasma, y Carlos era conducido a experimentar los desnates habituales como algo inimaginable. Don Juan llamaba a todo eso "vislumbrar la inmensidad del Aguila", una experiencia que nos deja sin esperanzas, ya que al fin y al cabo la esperanza es el resultado de nuestra familiaridad con los desnates. (EDA)

Con la interrupción del intento del primer anillo de poder nos volvemos receptivos y maleables; un nagual puede entonces introducir el intento del segundo anillo de poder. Todos los iños de cierta edad se hallan en una situación parecida de receptividad. (EDA)

El intento es la voluntad de las emanaciones del Águila. (EFI)

Intentar es guiar la voluntad, o guiar intencionadamente la energía del alineamiento. (EFI)

La maestría del intento, necesaria para despertar en una posición de ensueño, es la técnica más sofisticada que existe, y es la única manera de dirigir la energía del alineamiento. (EFI)

La forma de mover el punto de encaje es establecer nuevos hábitos, moverlo con el intento. (EFI)

La voluntad es el aspecto del alineamiento que fija la posición del punto de encaje, mientras que el intento es el aspecto que lo hace moverse. (EFI)

Las fibras de la voluntad, para un vidente, aparecen como unos tentáculos de luz que emanan de un punto debajo del ombligo; unas fibras con las que el brujo puede realizar hazañas magníficas. (URA)

La voluntad es un poder: algo que el hombre usa para ganar una batalla que según todos los cálculos debería perder. La voluntad te hace invulnerable. (URA)

Los nuevos videntes llamaron “voluntad” a la energía del alineamiento; y la entendieron como un estallido de energía, ciego, impersonal, ininterrumpido, que nos hace comportarnos como lo hacemos. La voluntad es responsable de la localización del punto de encaje en su posición acostumbrada. El alineamiento es renovado incesantemente para conferirle así continuidad a la percepción. Para renovar cada vez el alineamiento con el frescor que necesita para crear un mundo vivo, la descarga de energía que procede de esos mismos alineamientos se redirige automáticamente para reforzar algunos alineamientos selectos. (EFI)

Es muy misterioso cómo la voluntad (la fuerza impersonal del alineamiento) se transforma en el intento (la fuerza personalizada, al servicio de cada individuo). (EFI)

El alineamiento es la fuerza que tiene que ver con todo; por consiguiente, uno de sus aspectos, el intento, es lo que hace moverse al punto de encaje. (EFI)

Si usas el intento, e intentas una nueva posición para tu punto de encaje, y luego intentas que se fije allí durante suficiente tiempo, alinearás otro mundo y escaparás de éste. (EFI)

Ha de transcurrir un largo proceso antes de que nuestros comandos sean escuchados y obedecidos como si fueran comandos del Águila. Ésta es la esencia de la maestría del intento. (EFI)

El manejo del intento comienza con un comando dado a uno mismo; el comando se repite hasta que se convierte en el comando del Águila, y luego, el punto de encaje se mueve en cuanto los guerreros alcanzan el silencio interior. (EFI)

Los nuevos videntes se consumen con la fuerza del alineamiento, con la fuerza de la voluntad, que han convertido en la fuerza del intento mediante una vida de impecabilidad. El intento es el alineamiento de todas las emanaciones ambarinas de la conciencia, así que resulta correcto decir que la libertad total significa conciencia total. (EFI)

En el universo hay una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman intento, y absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión. Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. (ECS)

La maestría del intento es el enigma del espíritu, el enigma de lo abstracto. (ECS)

La función del nagual es canalizar para sus aprendices la fuerza más poderosa del universo: el intento. La fuerza que cambia, ordena y reordena las cosas o las mantiene como están. Si el nagual no moldea el intento, no habría ni reverencia ni maravilla en sus aprendices. Y en lugar de embarcarse en un viaje mágico de descubrimiento, sus aprendices solo se limitarían a aprender un oficio; aprenderían a ser curanderos, brujos, adivinadores, charlatanes o lo que fuera. (ECS)

La única manera de explicar el intento es experimentarlo en forma directa por medio de esa conexión viva que existe entre el intento y todos los seres vivientes. Los brujos llaman intento a lo indescriptible, al espíritu, al abstracto, al nagual. (ECS)

Cada uno de los actos realizados por los brujos, especialmente por los naguales, tienen como finalidad reforzar el vínculo de conexión con el intento, o son actos provocados por el vínculo mismo. (ECS)

El grado de certeza de un brujo a la hora de interpretar los augurios del espíritu depende de la fuerza y claridad de su vínculo con el espíritu. (ECS)

El espíritu (el intento) se revela a todo el mundo constantemente, pero sólo los brujos le restan atención. (ECS)

Cada cosa que pasa alrededor es un "edificio" creado por el intento. (ECS)

Para un brujo, el espíritu es lo abstracto, porque para conocerlo no necesita de palabras, ni siquiera de pensamientos; es lo abstracto, porque un brujo no puede concebir qué es el espíritu. Sin embargo, sin tener la más mínima oportunidad o deseo de entenderlo, el brujo lo maneja, lo reconoce, lo llama, lo incita, se familiariza con él, y lo expresa en sus actos. Los brujos conocen el abstracto sin saber lo que están haciendo, sin verlo, sin tocarlo y sin siquiera sentir su presencia. (ECS)

Los seres humanos, en cuanto campos de energía, no están unidos por envolturas o ligamentos energéticos, sino por una especie de vibración que permite que todo esté vivo y en su sitio. En cuanto eran plenamente conscientes de su existencia, por medio de las prácticas y la disciplina, los brujos se volvían capaces de manejar dicha fuerza vibratoria. (PM)

Hay sentimientos que no pueden ser recordados por la memoria; los tienes que revivir mediante el intento de acordarte de ellos. (ECS)

Supe qué es el intento, pero comprendí que ese conocimiento no puede ser traducido a palabras. (ECS)

El conocimiento natural del intento está a disposición de cualquiera, pero el dominarlo le corresponde sólo a quienes lo sondean. (ECS)

No es posible que el intento sea Dios, porque el intento es una fuerza que no puede describirse y mucho menos representarse. (ECS)

El intento es la fuerza que agrupa, y que mantiene separadas, a las emanaciones del Águila. (ECS)

El intento es el "flujo de las cosas". (ECS)

El conocimiento silencioso es algo que tiene total dominio y conocimiento de todo. Pero no puede pensar ni expresar lo que sabe. El conocimiento silencioso es el espíritu, el intento. (ECS)

La percepción ocurre cuando el intento, el cual es energía pura, enciende una porción de los filamentos luminosos dentro de nuestro capullo, y al mismo tiempo enciende una extensión de los mismos filamentos luminosos que se extienden hasta el infinito fuera de nuestro capullo. (ECS)

Primeramente los brujos creyeron haber descubierto que el alineamiento era la fuente  misma de la conciencia de ser. Pero, al examinarlo con más cuidado, comprendieron que los filamentos no necesitan estar alineados, porque los que están dentro del capullo son los mismos que los que están fuera. Lo que necesitan es estar encendidos. El capullo luminoso es simplemente una cápsula transparente que encierra una minúscula porción de unas hebras luminosas de infinita extensión. Lo que las ilumina debía ser, en definitiva, una fuerza independiente. Como no podían llamarla alineamiento, la llamaron voluntad o la fuerza encendedora. Al volverse su "ver" más sofisticado y eficaz, los brujos se dieron cuenta de que lo que llamaban voluntad no es solamente la fuerza responsable de nuestra conciencia de ser, sino también de todo cuanto existe en el universo. Vieron que es una fuerza que posee conciencia total y que surge de los propios campos de energía que componen el universo. Decidieron entonces que era preferible llamarla intento, en vez de voluntad. Pero a la larga el nombre probó ser inadecuado, porque no hace destacar la inconcebible importancia de esa fuerza ni su activa conexión con todo lo existente. (ECS)

Nuestra gran falla colectiva es vivir nuestras vidas sin tomar en cuenta para nada esa conexión. Para nosotros, lo precipitado de nuestra existencia, nuestros inflexibles intereses, preocupaciones, esperanzas, frustraciones y miedos tienen prioridad. En el plano de nuestros asuntos prácticos, no tenemos ni la más vaga idea de que estamos unidos con todo lo demás. (ECS)

El espíritu (el intento) no es algo que uno podría usar o comandar o hacer que se moviera de ninguna forma; no obstante uno puede usarlo, comandarlo, moverlo como le dé a uno la gana. Esta contradicción es la esencia de la brujería. Y por no entenderla, generaciones enteras de brujos han sufrido dolores y pesares inimaginables. Los brujos de hoy en día, en un esfuerzo por evitar pagar este exorbitante precio de dolor, han desarrollado un código de conducta llamado "el camino del guerrero", o la acción impecable. Un código de conducta que los prepara realzando su cordura y su prudencia. (ECS)

No hay técnicas para desplazar la energía que de ordinario es utilizada para enturbiar y mantener fija la posición del punto de encaje, para desplazarla y concentrarla de manera automática en el vínculo con el espíritu. Todo lo que se necesita es intentarlo mediante el "puro entendimiento". El puro entendimiento es un "batidor" de la inmensidad. (ECS)

Los brujos practican el arte de enviar batidores, exploradores de vanguardia, para que sondeen nuestros límites perceptuales. Los poemas se pueden considerar como exploradores. Pero los poetas no saben con tanta exactitud como los brujos lo que esos exploradores de anguardia pueden lograr. (ECS)

Lo único significativo es comprender que un mero contacto con el espíritu basta para facilitar el movimiento del punto de encaje. (ECS)

El conocimiento silencioso, aquello que nadie puede describir, es, por supuesto, el intento del espíritu, lo abstracto. (ECS)

El espíritu solo escucha cuando el que habla lo hace con gestos de abandono, frialdad y audacia. (ECS)

No nos debemos preocupar por los procedimientos porque, en realidad, la mayoría de las cosas verdaderamente extrañas que le pasan a los videntes, o aún al hombre común, ocurren de por sí, con la sola intervención del intento. (EFI)

Yo estaba cambiando las cosas al sentirme grande y feroz. Don Juan me dijo que los sentimientos, procesados de ese modo, se llaman intento. (ECS)

Un segundo más tarde, cuando el pez-pájaro se transformó en un punto de luz, grité mi intento de seguirlo, y tal como Don Juan lo había dicho, una fuerza incontenible me jaló a otro mundo. (ADE)

No te puedo mentir, porque la mentira no existe, dijo el emisario, entrometiéndose en mis pensamientos. Te puedo hablar acerca de lo que existe. En mi mundo (el ensueño), lo que existe es el intento; detrás de una mentira no hay intento, por lo tanto no tiene existencia. Hay intención detrás de las mentiras, pero intención no es lo mismo que intento. (ADE)

En términos de su vínculo con el intento, el guerrero pasa por cuatro etapas. La primera, cuando tiene un vínculo herrumbrado en el que no puede confiar. La segunda, cuando logra limpiarlo. La tercera, cuando aprende a manejarlo. Y la cuarta, cuando aprende a aceptar los designios de lo abstracto. (ECS)

Una vez comprobado que es imposible ser concreto y utilitarista en relación con la fuerza vibratoria (el intento), los brujos modernos se han decantado por la única alternativa racional: tomar conciencia de esta fuerza sin otra finalidad que la elegancia y el bienestar que produce el conocimiento. (PM)

Intentar apariencias es exclusivamente un ejercicio para el manejo del intento. (ECS)

A fin de protegerse de la inmensidad de la percepción, los brujos aprenden a mantener una mezcla perfecta de no tener compasión, de tener astucia, de tener paciencia y de ser simpáticos. Estas cuatro bases están entrelazadas de modo inextricable. Los brujos las cultivan intentándolas. Estas bases son, naturalmente, posiciones del punto de encaje. (ECS)

El manejo del intento es el arte del acecho en sí, es la impecabilidad. (ECS)

La muerte existe solo porque hemos aprendido a intentarla. (ECS)

El intento, o el acto de intentar, es algo muy difícil de explicar. Yo, o cualquier otro brujo, pareceríamos un par de idiotas si tratáramos de explicarlo. Ten esto en cuenta cuando oigas lo que te voy a decir a continuación: los brujos intentan cualquier cosa que se proponen intentar simplemente intentándolo. (ADE)

Don Juan decía que toma toda una vida de disciplina incesante, que los videntes llaman “intento inflexible”, preparar al segundo anillo de poder para que pueda construir desnates en el otro yo. Dominar la predisposición perceptual del yo paralelo es una hazaña de valor incalculable que pocos guerreros logran. Silvio Manuel era uno de ellos. (EDA)

A fin de revivir el vínculo de conexión con el espíritu, los brujos necesitan un propósito extremadamente fiero y riguroso, un estado especial de la mente llamado “intento inflexible”. El reconocer y aceptar que el nagual es el único capaz de suplir ese intento inflexible es la parte de la brujería que resulta más difícil para los aprendices. (ECS)

El intento inflexible es una especie de determinación; una firmeza; un propósito muy bien definido que no puede ser anulado por deseos o intereses en conflicto. El intento inflexible es también la fuerza engendrada cuando se mantiene el punto de encaje fijo en una posición que no es la habitual. Los brujos consideran al intento inflexible como el catalizador que propulsa a sus puntos de encaje a nuevas posiciones que, a su vez, generan más intento inflexible. (ECS)

La única forma de intentar es enfocar tu intento en lo que quieras intentar. (ADE) 

Intentar es desear sin desear, hacer sin hacer. (ADE)

Es mejor no tener nada material en lo que enfocar nuestro poder, sino más bien en el Espíritu, en el viaje a lo desconocido. (EDA

El vínculo de conexión con el intento es la característica universal compartida por todo lo que existe. (ECS)

Cuesta mucho aceptar que lenguaje y conocimiento existen independientemente el uno del otro. Que son cosas separadas. (ECS)

Para un vidente, el espíritu es abstracto solo en el sentido de que lo conoce sin palabras, incluso sin pensamientos. Es abstracto porque nuestra razón o lenguaje no nos brinda herramientas para concebir qué es. Pero aun así, sin tener la menor oportunidad o deseo de comprenderlo, el guerrero maneja el espíritu. Lo reconoce, lo llama, lo incita, se familiariza con él, y  lo expresa en sus actos. (ECS)

Los poetas están profundamente afectados por el vínculo con el espíritu, pero de manera ntuitiva, no de manera deliberada y pragmática como lo están los brujos. (ECS)

Hay ejemplos de personas que obtienen conocimiento directamente del espíritu, sin intermediarios. (ECS)

 El poeta, aunque no mueve nunca su punto de encaje, intuye que algo increíble está en juego. Intuye con gran precisión que existe un factor innominado, imponente por su misma simplicidad, que determina nuestro destino. (ECS)

Nosotros, como hombres comunes y corrientes, no sabemos que algo real y funcional, nuestro vínculo con el intento, es lo que nos produce nuestra preocupación ancestral acerca deestro destino. Durante nuestra vida activa nunca tenemos la oportunidad de ir más allá del nivel de la mera preocupación, ya que desde tiempos inmemoriales el arrullo de la vida cotidiana nos adormece. No es sino hasta el momento de estar al borde de la muerte que empezamos a ver lasas de otro modo. Pero por desgracia, este despertar viene siempre de la mano con la pérdida de energía provocada por la vejez. Y no nos queda fuerza suficiente para transformar nuestra preocupación en un descubrimiento positivo y pragmático. A esa altura, todo lo que nos queda es una angustia indefinida y penetrante; un anhelo de algo incomprensible; y una rabia comprensible, por haberlo perdido todo. (ECS)

La brujería es un viaje de retorno. Retornamos al espíritu, victoriosos, después de haber descendido al infierno. Y desde el infierno traemos trofeos. El puro entendimiento es uno de esos trofeos. (ECS)

Intentar es el secreto. Los brujos desplazan su punto de encaje a través del intento, y lo fijan igualmente a través del intento. Y no hay ninguna técnica para intentar. Uno aprende a intentar usando el intento. (ADE)

Los chamanes llaman al "intento" pronunciando la palabra "intento" en voz fuerte y clara De esta manera les llega y les prepara el camino para sus logros, lo cual quiere decir que los chamanes siempre logran lo que se proponen. (LAI)

Se puede llamar al intento para cualquier cosa, pero los chamanes han descubierto a las duras que el intento solo viene para algo que es abstracto (no materialista o egoísta). (LAI)

Es parte de la naturaleza del intento que, una vez que cruzamos cierto umbral, el poder pone delante de nosotros un esquema (a través de los detalles de cada acontecimiento). (LAI)

El intento, también llamado el "infinito", el "espíritu", o el "oscuro mar de la conciencia" es todo lo que nos rodea. Es algo que existe allí fuera y rige nuestras vidas. Este "lado activo del Infinito" es realmente el que guía nuestras circunstancias, y no el azar. Otra forma de describirlo es como "un temblor en el aire". Algo que los videntes saben que existe, y saben cómo asentir a él sin más. Por eso para ellos no hay cavilaciones ni preguntas. Saben que tienen la posibilidad de unirse con el "intento", y lo hacen. (LAI)

Cuando tu mente verdadera empieza a emerger, puede ocurrir cualquier cosa. El Intento está empezando a reclamarte como suyo, y no importa el medio que utilice para señalártelo. Por eso, lo que debes hacer es prepararte para la violencia de su ataque. Debes estar en un estado de continuo desvelo, afirmado para recibir un golpe de enorme magnitud. Ésta es la manera sobria y recuerda en la que los chamanes se enfrentan al Intento, al Infinito. (LAI)

Una vez que entres en el "infinito" (parando el mundo o como sea), solo tú puedes decidir si regresas o no. La verdad es que pocos guerreros regresan, pues el infinito (el nagual) es seductor hasta no más. Un guerrero descubre que el regresar a un mundo de desorden, compulsión, ruido y dolor es algo muy desagradable. Así que tienes que saber que tu decisión de quedarte o regresar no es cuestión de selección racional, sino cuestión de "intentarlo". (LAI)

La fenomenología del Intento también supone una desconcertante novedad en el mundo de la espiritualidad. Virtualmente identificado a lo largo de los libros con el Espíritu, lo Desconocido, lo Abstracto, el Nagual, etc, podría coincidir con las demás tradiciones en su aspecto de fuerza sustentadora y omnipresente que interrelaciona todas las entidades del universo. En el fondo, no está muy lejos de una teología del Espíritu Santo. Pero ¿por qué los toltecas (si es que no se trata, nuevamente, de una propuesta lingüística o sincrética del mismo Castaneda) nombran, con tan ancestral familiaridad, a este Espíritu global precisamente con la palabra “intento”? ¿Tiene que ver con la filosofía de la “intencionalidad”? Algún misterio fundamental ha de esconder su semántica cuando todos los usos que de él hacen los toltecas son literalmente "sagrados". Todos. Nuevamente, de todas formas, las definiciones y las disposiciones preceptivas que se nos brindan para sondear al “intento”, como concepto, si bien nos indican la capital importancia de esta maestría en el propósito final de la brujería, que es mover el punto de encaje, rebosan sin embargo de interrogantes y de contradicciones teóricas suficientes como para hacernos sospechar incluso que su finalidad profunda es apartarnos de las etiquetas científicas y de los procedimientos objetivos. Las relaciones ontológicas entre los principios sustanciales del Águila, las Emanaciones, el Poder, la Conciencia y el Intento, también son materia de eterna especulación. Nos encontramos, pues, ante un enigma que solo nuestra propia experiencia podría despejar.