jueves, 28 de febrero de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Los Pinches Tiranos"


LOS PINCHES TIRANOS

Un pinche tirano es un torturador. Alguien que tiene el poder de acabar con los guerreros, o simplemente de hacerles la vida imposible. (EFI)

Los nuevos videntes encabezaron su clasificación con la fuente primaria de energía, el único y supremo monarca en el universo, y le llamaron simplemente el tirano. Naturalmente, encontraron que todos los demás déspotas quedaban infinitamente por debajo de este tirano. Comparados con la fuente de todo, los hombres más temibles son bufones, y por lo tanto, los nuevos videntes los clasificaron como "pinches" tiranos. (EFI)

Una vez que lo hagas, sabrás cuán eficaz e ingeniosa es la estratagema de usar un pinche tirano. Te aseguro que no solo elimina la importancia personal, sino que también prepara a los guerreros para entender que la impecabilidad es lo único que cuenta en el camino del conocimiento. (EFI)

Lo que convierte a los seres humanos en pinches tiranos es precisamente el obsesivo manejo de lo conocido. (EFI)

El nagual Julián siempre decía que el guerrero que se topa con un pinche tirano es un guerrero afortunado. Su filosofía era que si no tienes la suerte de encontrar a uno en tu camino, tienes que salir a buscarlo. (EFI)

Es natural creer que un vidente que se puede enfrentar a lo desconocido puede, por cierto, hacer cara a cualquier pinche tirano. Pero no es así. Lo que destruyó a los soberbios videntes de la antigüedad fue esa suposición. Es solo ahora que lo sabemos. Sabemos que nada puede templar tan bien el espíritu de un guerrero como el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Sólo bajo esas circunstancias pueden los guerreros adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a frente a lo que no se puede conocer. (EFI)

Después de lidiar con los conquistadores, los videntes estaban listos para encarar cualquier cosa. Ellos fueron los afortunados. En aquel entonces había pinches tiranos hasta en el mole. Nunca más volvieron a tener tanto alcance los pinches tiranos; solo durante aquella época fue ilimitada su autoridad. (EFI)

El ingrediente perfecto para producir un soberbio vidente es un pinche tirano con prerrogativas ilimitadas. (EFI)

Cualquier guerrero que se une a un pinche tirano queda derrotado. El enojarse y actuar sin control o disciplina, el no tener refrenamiento, también es quedar derrotado. (EFI)

Cuando los guerreros son derrotados, o bien se reagrupan y vuelven a la pelea con más tino, o bien dejan el camino del guerrero y se alinean de por vida a las filas de los pinches tiranos. (EFI)

Tratar con los pinches tiranos ayuda a los videntes a lograr una maniobra de gran sofisticación. Esa maniobra es mover el punto de encaje. (EFI)

Siente lástima por la humanidad. Los oprimidos, al menos algunos de ellos, pueden incluso salir triunfando. Los opresores, en cambio, los pinches tiranos que los aplastan, no tienen esperanza alguna. (EFI)

Por desgracia, solo nuestros semejantes son nuestros dignos e implacables adversarios. (VAI)

Todos nuestros prójimos son los brujos malignos. Nuestras ideas y nuestras acciones están fijadas para siempre en sus términos. Ésa es la verdadera esclavitud. (RDP)

El movimiento del punto de encaje era la razón por la cual los nuevos videntes le daban un valor tan alto a los pinches tiranos. Actuar con los pinches tiranos obliga a los videntes a usar los principios del acecho, y al hacerlo, los ayuda a mover sus puntos de encaje. (EFI)

Técnicamente, los "pinches tiranos" son una herramienta básica en la maestría del acecho; el elemento concreto, personal, que aglutina y da sentido a todas sus estrategias y principios. Culturalmente, quizás sea más clarificador el término “opresor”. Pero el hecho de que un guerrero utilice "voluntariamente" la maldad de los opresores para templar su propio espíritu arroja una escalofriante y liberadora perspectiva, no sólo sobre las relaciones con nuestros más insufribles semejantes, sino sobre la lectura oculta, quizás al fin y al cabo la más pertinente, de la historia de las conquistas y las dominaciones, en especial la del continente americano. La presencia, en nuestras vidas, de algún enemigo o personaje odioso deja ya de ser una maldición, y se convierte en una inestimable herramienta de cambio, siempre, eso sí, que seamos fríos e impecables acechadores.
Saber que ningún opresor tiene la más mínima oportunidad de acceder al conocimiento (EFI) es una alegría que conduce a buen término, que garantiza el éxito final de todos los grandes avatares y revolucionarios contra los malvados y los injustos. O eres un guerrero o eres un pinche tirano; así de terminantemente se expresa Don Juan. No hay más bandos. Aunque también es cierto que ninguno de esos avatares hubiera tenido la osadía de llamar a Dios “el Gran Tirano”.
Verdaderamente, el desparpajo con que los nuevos videntes tildan de magnífico opresor al Ser Supremo nos deja sin palabras. ¿Hasta ese punto sufren el apremio incontestable de los comandos del Águila y la injusticia de nuestro destino final? La verdad es que hay tanto sufrimiento en el mundo, tanto destino truncado, tanto fracaso estrepitoso, tanta injusticia existencial, que tiene su parte de consoladora verdad pensar que "Dios es malo".

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Sitio de la No Compasión"


EL SITIO DE LA NO COMPASIÓN

El sitio donde uno pierde la compasión, o el sitio donde no hay piedad, es una determinada posición del punto de encaje. (ECS)

El no tener compasión es el primer principio de la brujería. El primer principio nunca debe confundirse con el primer efecto del aprendizaje de la brujería, que es el moverse desde la conciencia normal a la conciencia acrecentada. (ECS)

Los naguales ocultan automáticamente el no tener compasión, aún en contra de su voluntad, perfeccionando el arte de ocultar el hecho de que no sienten compasión. (ECS)

Yo no me molesté en decir palabra. Algo me hacía sentir duro, frío, eficiente y silencioso. (ECS)

El sitio donde no hay compasión debe ser alcanzado por el aprendiz con un mínimo de ayuda por parte del nagual. (ECS)

Para un brujo, el no tener compasión no es ser cruel. El no tener compasión es la cordura, lo opuesto a la compasión por sí mismo y a la importancia personal. (ECS)

El modo en que el nagual enmascara el no tener compasión ayuda o dificulta al movimiento del punto de encaje del aprendiz. (ECS)

Lo que realmente ayuda al punto de encaje a moverse es el hecho de que el nagual, sin tener compasión, apela directamente al conocimiento silencioso. (ECS)

La posición del conocimiento silencioso se llama el tercer punto porque, a fin de alcanzarlo, hay que pasar por el segundo punto, que es el sitio donde no hay compasión. (ECS)

Hay una posición del punto de encaje, el sitio donde no hay compasión, que es la vanguardia del conocimiento silencioso; así como hay otra posición clave llamada el "sitio de la preocupación", que es la antesala de la razón. (ECS)

El concepto de la no compasión pertenece a las mismas raíces del arte del acecho, como una fase o etapa necesaria en su comprensión. Toda vanidad es una forma de autocompasión, y necesitamos desprendernos de nuestro ego para manejar el desatino controlado. Pero, así como todo el mundo está de acuerdo en la inconveniencia de la importancia personal, pocos son los que conciben una espiritualidad sin misericordia ni compasión. Ante tradiciones como el cristianismo, el budismo, o incluso el hermetismo europeo, la propuesta tolteca parece, desde luego, demasiado cruel o fuera de contexto.
Quizás la dificultad estribe en discernir los niveles de referencia. Recordemos que los nuevos videntes son especialistas de la percepción. Y al incidir en este concepto quizás simplemente nos indican que la compasión encubre un sutil egoísmo y un ensimismamiento en la imagen de sí, instancias al fin y al cabo inseparables de todos nuestros procesos perceptivos. La interpretación más "suave" que se nos ocurre es decir que la "frialdad" de dejar de desear que los demás alcancen nuestra felicidad, nuestro concepto de lo que es la felicidad, es un deseo que bien podría nacer del supuesto cínico y autocompasivo de que “ellos están peor”, presunción que entorpecería nuestra única herramienta para percibir las esencias energéticas de manera efectiva en los contextos sociales. 

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Desatino Controlado"


EL DESATINO CONTROLADO

Nada importa, así que un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni nombre, ni tierra, ni familia; solo tiene vida que vivir, así que todos sus actos son desatino controlado, y cuando los completa se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, tuvieran efecto o no. (URA)

Pensar en las cosas es lo que nos hace creer en su importancia. No hay victoria ni derrota para un hombre de conocimiento. Todo está lleno hasta el borde, y todo es igual, y su lucha sí le valió la pena. (URA)

Un hombre de conocimiento quiere a quien se le antoja, y lo que se le antoja, pero usa su desatino controlado para andar sin pena ni cuidado. Que los demás te quieran o no te quieran no es todo lo que se puede hacer como hombre en este mundo. (URA)

Vivir o morir también es lo mismo, pero un brujo elige vivir por una predilección de su naturaleza y gracias al poder de su voluntad. (URA)

Cuando uno "ve", todo es desatino porque entonces no puede uno pensar en lo que mira. (URA)

Un hombre de conocimiento utiliza su ver para combatir la tristeza de mirar el lado triste del mundo. Cuando uno "ve" no hay desgracias ni tristezas porque todo es lo mismo. (URA)

Un hombre que "ve" puede obtener lo que desee, pero no desea nada, así que en vez de jugar con sus semejantes, los encuentra en medio de su desatino. La única diferencia es que un hombre que "ve" controla su desatino, mientras que sus semejantes no pueden hacerlo. (URA)

El desatino controlado de un brujo consiste en actuar como si no supiéramos que nuestros actos son inútiles. (URA)

Para un brujo, todos sus actos son desatino controlado porque nada para él tiene en realidad importancia. Es su voluntad perfectamente templada lo que le permite seguir viviendo. (URA)

El desatino controlado solo se aplica a nuestras relaciones con los seres humanos, no al trato con los aliados o Mescalito. (URA)

A los seres humanos les encanta que les digan lo que deben de hacer, pero aún les gusta mucho más resistirse a hacerlo. (SAP)

La fuerza de un guerrero se origina en dos certezas: la certeza de que el Águila es real y final, y la certeza de que lo que la gente hace es un desatino absoluto. (EDA)

La miseria y la desesperación son los rasgos distintivos del mundo cotidiano. La pobreza es un estado de ser. (ECS)

Las condiciones de vida del hombre en general son horrendas. (EFI)

El hombre es un absoluto misterio, así que intentar comprenderlo, o sentir lástima por uno mismo, es un absoluto disparate. Pero no te disculpes por ello. Ambas cosas, lo misterioso y lo disparatado, son necesarias. (EFI)

La única manera de que disponen los guerreros para tratar con el medio social es en términos de desatino controlado.(EDA)

Dentro del arte del acecho existe una técnica muy usada por los brujos: el desatino controlado. Los brujos aseguran que ésa es la única técnica con que cuentan para tratar consigo mismos en la conciencia acrecentada y con la gente en el mundo de la vida cotidiana. El desatino controlado es el arte del engaño controlado o el arte de fingirse completamente inmerso en el acto del momento, fingiendo tan bien que nadie podría diferenciar esa imitación de lo genuino. El desatino controlado no es un engaño en sí, sino un modo sofisticado y artístico de separarse de todo sin dejar de ser una parte integral de todo. Es un arte sumamente molesto y difícil de aprender. Muchos brujos no tienen aguante para eso, no porque tenga nada de malo, sino porque hace falta mucha energía para ejercitarlo. (ECS)

Para cuando llegamos a la brujería nuestra personalidad ya está formada, y solamente nos resta practicar el desatino controlado y reírnos de nosotros mismos. (ECS)

Matamos por capricho. Quemamos gente en el nombre de Dios. Nos destruimos a nosotros mismos; aniquilamos la vida en este planeta; destruimos la tierra. Y luego nos ponemos un hábito y el Señor nos habla directamente. ¿Y qué nos dice el Señor? Nos dice que si no nos portamos bien nos va a castigar. El Señor lleva siglos amenazándonos sin que las cosas cambien. Y no porque exista el mal, sino porque somos estúpidos. El hombre sí que tiene un lado oscuro, que se llama estupidez. (ECS)

No hay nada más solitario que la eternidad. Y nada es más cómodo para nosotros que la condición humana. Esto es ciertamente otra contradicción: ¿cómo puede el hombre conservar los vínculos de su humanidad y al mismo tiempo aventurarse, con gusto y con propósito, en la absoluta soledad de la eternidad? Cuando logres resolver este acertijo, estarás listo para el viaje definitivo. (EFI)

Dentro del sistema tolteca, y en la órbita del arte del acecho, o como esencia irreductible del camino del guerrero, el concepto del "desatino controlado" es particularmente hermoso y “moderno”, en el sentido filosófico. Cualquier existencialista o escéptico se chuparía los dedos. Pues nada llama más la atención al sufrido buscador de conocimiento como el absoluto disparate en que viven inmersos sus congéneres. En efecto, la gente vive destrozándose los nervios en pesadas rutinas laborales con el solo propósito de coleccionar unas "estampitas de colores" que luego cambian por alimentos venenosos y entretenimientos alienantes producidos por una insostenible infraestructura industrial que destruye día a día el planeta a nivel físico y mental. Irreversiblemente divorciados del conocimiento, encontramos ese mismo descalabro en las estructuras intelectuales, políticas o religiosas, en aras de cuyos incuestionables dogmas nos dejamos la salud.
Sin embargo, el guerrero es consciente de que existir y moverse, en sí, es ya un desatino, un dar palos de ciego; y solamente distingue su propio desatino del de los demás en que el suyo, al menos, está sostenido por su voluntad, y no por las falacias de su razón. Un guerrero se da cuenta de que todo lo que hace es inútil, de que todo al fin y al cabo es igual, de que todo es lo mismo y nada importa en realidad; y esa conciencia constante, que le acompaña como una sombra, es justo lo que le permite sacar provecho espiritual de su insignificante condición.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Arte del Acecho"

EL ARTE DEL ACECHO

El logro más grande de un guerrero en la primera atención es acechar. En la segunda, ensoñar. (EDA)

El acecho es realmente una técnica nueva, descubierta casi por casualidad: los nuevos videntes descubrieron que cuando un guerrero se comporta de manera no acostumbrada de forma sistemática y continua, su punto de encaje se empieza a mover lenta y armoniosamente. (EFI)

El arte del acecho tiene que ver con la fijación del punto de encaje. A través de la práctica, los brujos antiguos descubrieron que, así como es importante desplazar el punto de encaje, es aún de mayor importancia hacer que se quede fijo en su nueva posición, cualquiera que ésta fuere. Si el punto de encaje no se logra estabilizar, no hay forma posible de que podamos percibir coherentemente. Por eso, el arte del ensueño y el del acecho no pueden existir el uno sin el otro especialmente en la clase de actividades en las cuales los brujos antiguos estaban envueltos. (ADE)

Cuando el cuerpo energético se mueve por sus propios medios, los brujos asumen que una posición óptima del punto de encaje ha sido alcanzada. El siguiente paso es acecharlo, esto es, mantener fijo el punto de encaje en esa posición, para de ese modo completar el cuerpo energético. El procedimiento es de una extraña simpleza: uno intenta acecharlo y lo acecha. (ADE)

Aunque el término es inconveniente, el nombre resulta apropiado, porque "acechar" implica un específico tipo de conducta con la gente, un comportamiento que podría clasificarse como clandestino o furtivo. (EFI)

Acechar pertenece exclusivamente a los nuevos videntes. Ellos son los que tuvieron que tratar con la gente. Los otros estaban tan absortos en su sentido del poder que ni siquiera sabían que existía la gente, hasta que la gente les cayó encima y los exterminó. (EFI)

El acecho es el control sistemático de la conducta; es simplemente el comportamiento del guerrero para con la gente. (EFI)

Si se practica la conducta desacostumbrada de manera sistemática e inteligente, a la larga esta práctica fuerza al punto de encaje a moverse. (ECS)

El acecho es una estrategia que se apoya en seis elementos: los cinco atributos del ser guerrero, y el "pinche tirano". Los cinco atributos del guerrero son:

1. control: afinar el espíritu cuando alguien te pisotea.

 2. disciplina: reunir toda la información posible acerca del pinche tirano que te oprime.

3. refrenamiento: retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que en justicia debe cumplirse.

4. habilidad de escoger el momento oportuno: ésta es la "compuerta del dique".

5. intento: que se deja para la última confrontación, ya que el intento pertenece a la esfera de lo desconocido.

El pinche tirano es el elemento externo, imponderable, quizás el más importante. El pinche tirano es un torturador; alguien que tiene el poder de acabar con los guerreros, o simplemente de hacerles la vida imposible. (EFI)

Los siete principios del arte del acecho son:

1. Los guerreros eligen su campo de batalla.

2. Eliminar todo lo innecesario.

3. Estar dispuesto y listo para entrar en la "última batalla", al momento y en cualquier lugar.

4. Un momento de descanso, de abandono.

5. Un retiro momentáneo: ocuparse de cualquier otra cosa.

6. Comprimir el tiempo, no desperdiciar ni un instante.

7. Un acechador jamás deja ver su juego, jamás se pone al frente de nada. (EDA)

Los guerreros aplican los siete principios del acecho para cualquier cosa que hacen. De esta forma consiguen tres resultados capitales: aprender a no tomarse en serio, a tener una paciencia sin fin, y a improvisar infinitamente. (EDA)

Un acechador no se coloca nunca en primera fila. Está siempre observando desde detrás de la escena. (EDA)

Los acechadores son innatamente distintos a los ensoñadores en la manera como utilizan el mundo. (EDA)

En la brujería, el acecho es el principio de todo. Primero hay que aprender a acechar, luego a intentar, y solo entonces pueden mover los brujos su punto de encaje a voluntad. Acecho e intento son el orgullo, lo mejor de los brujos de todas las épocas. (ECS)

Las cuatro disposiciones del acecho son: ser despiadado, astuto, paciente y simpático. (ECS)

Ser despiadado, astuto, paciente y simpático es la quintaesencia del acecho. Son los cuatro fundamentos básicos que, con todas sus ramificaciones, son inculcados a los brujos de un modo muy meticuloso y cauto. (ECS)

El principio primerísimo del acecho es que un guerrero se acecha a sí mismo, y lo hace despiadadamente, con astucia, paciencia y simpatía. (ECS)

Un acechador impecable lo convierte todo en presa. (SAP)

Has de acechar tus propias debilidades: descifrar tus costumbres hasta conocer todas las consecuencias de tu debilidad, para abalanzarte entonces sobre ellas y cogerlas como a conejos en una jaula. (SAP)

Lo importante para ser un acechador impecable es tener un propósito; y ese propósito es entrar en el otro mundo. (SAP)

Los nuevos videntes decidieron que había que enseñar al nagual (no a los aprendices) los principios del acecho en conciencia acrecentada, para que supiera actuar luego con rapidez, sin el estorbo de la razón. (EFI)

Las prácticas del acecho no son algo que uno pueda disfrutar abiertamente; son en verdad prácticas censurables, hasta ofensivas. Los nuevos videntes se dieron cuenta muy rápido de que no es recomendable discutir o practicar los principios del acecho en la conciencia normal. (EFI)

Con el tiempo, los nuevos videntes comprobaron que el acecho no era tan conveniente, pues era muy difícil encontrar pinches tiranos; y aunque los hallaran, el movimiento del punto de encaje era mínimo. (EFI)

El método de enseñanza de los acechadores no fomenta la comprensión sino la visión total: no entiendes lo que haces, pero te das perfecta cuenta de lo que estás haciendo. (EFI)

El arte del acecho es aprender todas las singularidades de tu disfraz. Y aprenderlas tan bien que nadie pueda descubrir que estás disfrazado. (ECS)

El nagual Julián creía que las mujeres eran acechadoras innatas. Y, convencido de ello, sostenía que solo en ropas de mujer podía un hombre aprender el arte del acecho. (ECS)

Los brujos, como acechadores que son, comprenden a la perfección la conducta humana. (ECS)

Los acechadores le dan mucha importancia a las palabras y su sonido. Las utilizan para llamar al espíritu (de forma velada). (ECS)

Los disfraces crean apariencias que la vista nota consciente o inconscientemente. Por tanto, los acechadores crean la apariencia intentándola. En vez de basarse en los disfraces, las apariencias se solicitan al espíritu o se las llama a la fuerza, pero nunca se las inventa racionalmente. (ECS)

El nagual enseñó a los aprendices a ser artistas para liberarlos de la convención perceptual. Acechar es un arte. Y para un brujo, ya que no tiene intereses comerciales, la única importancia de una obra de arte es que puede ser lograda. (ECS)

El arte del acecho es el enigma del corazón; el desconcierto que sienten los brujos al descubrir dos cosas: una, que el mundo parece ser inalterablemente objetivo y real debido a ciertas peculiaridades de nuestra percepción; y la otra, que si se ponen en juego diferentes peculiaridades de nuestra percepción, ese mundo que parece ser inalterablemente objetivo y real, cambia. (ECS)

El acecho, dando por hecho en principio que se trata de una genuina estrategia enseñada por los nuevos videntes, introduciría, en la espiritualidad actual, una posibilidad inaudita y revolucionaria, de enormes implicaciones liberadoras: la lucha clandestina contra la sociedad. El acecho daría un vuelco a todos los tópicos de la moral religiosa estándar, y en especial al inviolable baluarte del Evangelio de Juan, que hacían del místico un vulnerable corderito, siempre en medio del camino, siempre dispuesto a presentar "la otra mejilla".
Los toltecas, muy al contrario, llevarían el “ora et labora” a sus últimas consecuencias, y enseñarían a sus aprendices a defenderse, de manera técnica, despiadada y entretenida, de manera artística, de la soterrada y destructiva envidia de los profanos, del esclavizante desatino del hacer social. Un guerrero se mete de lleno en el mundo precisamente para vencer a su adversario sin llamar la atención, sin perder el control, sin arriesgarse a las desventajas de la ignorancia, la sinceridad o la bondad innecesarias. El acecho convierte al guerrero en un verdadero ser-en-el-mundo, un refinado actor de teatro, un experto conocedor de la psicología y el orden social. No es en el "más allá" donde se libra la más feroz batalla, sino en el mundo del tonal, contra nuestro ego, nuestros semejantes, nuestros vecinos, nuestros parientes.
No hay límites para el esfuerzo que el guerrero debe hacer para salvaguardar su intimidad, su independencia y su energía del vampirismo inherente en las interrelaciones cotidianas. Así planteado, pues, realmente es una nueva ética. O, al menos, una aplicación práctica muy consecuente con las premisas del camino del guerrero. El arte de la guerra sigue siendo el arte del engaño, pero es que un verdadero místico tiene el deber de ser sensato en un universo hostil, de no sacrificar su vida o su integridad por ningún ideal o circunstancia.
La esencia del mensaje es: el místico, el vidente, el guerrero actual tiene licencia para defenderse y montarse la película que haga falta antes que ponerse al alcance de los que solapada pero realmente buscan destruirle. Nunca debe sacrificar su Poder. Debe ser inaccesible y no entregarse a nada ni a nadie. Crear una niebla a su alrededor con su comportamiento, y hacerlo además de manera artística, con un celo y una estrategia teatral impecables.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Silencio Interno"

EL SILENCIO INTERNO

La clave de todo está en parar el diálogo interno. (RDP) 

Parar el diálogo interno es la técnica más importante que el aprendiz puede aprender. (RDP)

El modo más eficaz (la única manera) de parar el diálogo interno es practicando la "forma correcta de andar": caminar largos trechos sin enfocar, mirando un punto justamente arriba del horizonte. (RDP)

El diálogo interno es lo que mantiene fijo el punto de encaje en su posición habitual, así que parar el diálogo interno es la clave de la videncia. (EFI)

Para parar el diálogo interno lo primero que un guerrero hace es escuchar los sonidos del mundo. Los sonidos tienen agujeros, lo mismo que todo cuanto nos rodea. Los seres de la naturaleza nos pueden dar mensajes increíbles (a través de sus agujeros) si tenemos suficiente velocidad para captarlos, y si estamos en buenas relaciones con ellos. (URA)

Una vez que sabes cómo parar el mundo te das cuenta de que hay razón para hacerlo. (VAI)

Para acelerar el cese del diálogo interno hay dos técnicas fundamentales: borrar la historia personal, y ensoñar. (RDP)

Aprender a actuar solo por actuar, sin esperar recompensa, también ayuda a parar el diálogo interno. (RDP)

Una vez que se logra el silencio, todo es posible. (EFI)

El diálogo interno termina de la misma forma como empieza: mediante un acto de voluntad. Después de todo, son nuestros maestros quienes nos obligan a dialogar con nosotros mismos (se refiere a nuestros educadores sociales). Conforme nos enseñan, al usar ellos su voluntad, nosotros aprendemos a usar la nuestra, ambos sin saberlo. El diálogo interno, pues, se para decretándolo con la fuerza de nuestra voluntad, creando así un nuevo intento, un nuevo comando, que después se convertirá en el comando del Águila. (EFI)

Una vez que los guerreros han entrado en un estado de silencio interior al detener su diálogo interno, les rige el oído más que la vista. (EFI)

Tienes que cerrar tu diálogo interno, y dejar que algo en tí fluya y se expanda. (RDP)

El "diálogo de guerrero", que sostiene el aprendiz con otros videntes o guerreros, le da solidez a las nuevas posiciones del punto de encaje. (EFI)

Si quieres mover el punto de encaje ten en cuenta en primer lugar a nuestro enemigo y amigo a la vez, nuestro diálogo interno; haz tu inventario y después deshazte de él. Los nuevos videntes hacen inventarios precisos y después se ríen de ellos. Sin el inventario, el punto de encaje se libera. (EFI)

Los antiguos videntes solían decir que si los guerreros iban a tener un diálogo interno, debían sostener el diálogo apropiado. Para los antiguos videntes eso significaba un diálogo acerca de la brujería y del engrandecimiento de la importancia personal. Para los nuevos videntes no significa diálogo, sino el manejo desinteresado del intento, a través de comandos cuerdos. El manejo del intento empieza con un comando dado a uno mismo; el comando se repite hasta que se convierte en el comando del Águila, y luego, el punto de encaje se mueve en cuanto los guerreros alcanzan el silencio interno. (EFI)

El único modo de pensar con claridad es no pensar en absoluto. (ECS)

Don Juan me pidió que relajara los músculos, que parara mi diálogo interno, y que, bajo el hechizo del silencio interno dejara desplazarse mi punto de encaje. Me instó a darme yo mismo firmes palmadas en el lado derecho, entre la cadera y las costillas. (EFI)

Don Juan definía el “silencio interior” como un estado natural de la percepción humana en el que los pensamientos quedan bloqueados y nuestras facultades funcionan con un nivel de conciencia que no exige la utilización del sistema cognitivo cotidiano. (PM)

Según Don Juan, la percepción humana que funciona en las condiciones del silencio interior puede alcanzar niveles indescriptibles. Algunos de estos niveles de percepción son universos en sí mismos y no se parecen en nada a los mundos que se accede a través del ensueño. (PM)

El silencio interno es la matriz de un espectacular paso evolutivo: el “conocimiento silencioso”, es decir, el nivel de la conciencia humana donde el conocimiento es espontáneo e instantáneo. (PM)

Don juan transmitió la línea dura de su linaje: el silencio interior se alcanza mediante la presión constante de la disciplina. Debe acumularse o almacenarse poco a poco, segundo a segundo. Dicho de otra manera, tenemos que obligarnos a ahorrar silencio, aunque solo sea durante unos instantes. Según Don Juan, los chamanes sabían que, si uno persiste, la insistencia vence al hábito y de este modo es posible alcanzar el umbral de segundos o minutos acumulados, umbral que difiere de una persona a otra. Por ejemplo, si el umbral de silencio interno de una persona es de diez minutos, una vez alcanzado el silencio interior se produce espontáneamente, por decirlo de alguna manera, por decisión propia. (PM)

Los procedimientos de los antiguos chamanes para llegar a ese codiciado estado de "silencio interno" incluían actos sumamente estrafalarios, como colgarse boca abajo y otros no-haceres, que aparentemente no tenían nada que ver con el silencio interno; pero su propósito era producir una "sacudida" que afectara a los cimientos mismos de su persona: una experiencia que ellos llamaban "parar el mundo", el momento en que todo lo que nos rodea deja de ser lo que siempre ha sido. (LAI)

Don Juan sostenía categóricamente que el silencio interno se amontonaba, se acumulaba. Decía que cada individuo tenía un umbral diferente en cuanto al tiempo, es decir, que el silencio interno debe ser mantenido por cada uno de nosotros durante el período de tiempo de nuestro umbral específico antes de que funcione. (LAI)

"Parar el mundo" no es nada parecido a una "crisis mental". Es el momento en que la continuidad de la vida del guerrero se rompe para que se establezca el silencio interno y se haga parte activa de sus estructuras. (LAI)

Don Juan decía que los videntes de su linaje consideraban que uno de los resultados más codiciados del silencio interno es una interacción específica de energía que siempre se anuncia con una profunda emoción. Una interacción que se manifiesta a través de matices que se proyectan en el horizonte del mundo de la vida cotidiana, sea una montaña, el cielo, una muralla o la palma de la mano. Empieza con la apariencia de una ténue pincelada de color lavanda, sobre ese horizonte. Luego se expande hasta que cubre todo el horizonte visible, como las nubes de una tormenta que avanza. Entonces se ve un punto rojizo, de un peculiar y rico color granate, como si hiciera explosión dentro de las nubes color lavanda. Conforme el vidente adquiere mayor disciplina y experiencia, finalmente el punto color granate estalla en pensamientos o visiones, o en el caso de un hombre de letras, en palabras escritas. Es un ataque violento porque se siente como si el poder invadiera tus facultades. Por eso es un trabajo arduo ajustar la velocidad de esas visiones. Pero, sea como sea, a partir de entonces, la energía se aparece delante de ti, como si estuviera proyectada en una pantalla de cine. Te conviertes en un "lector del infinito". (LAI)

Nunca vas a saber cómo llegamos desde esa casa hasta aquí, porque hay una ruptura en la continuidad del tiempo. Eso es lo que hace el "silencio interno". (LAI)

Como en cualquier mística, el silencio mental es la piedra angular del conocimiento. La conciencia misma es una forma de silencio. Hemos visto que la realidad, la ilusión de la materialidad, está sostenida por la razón y el lenguaje, así que es imperativo interrumpirlos para desencadenar el derrumbe iluminador del muro perceptivo que nos rodea y nos aprisiona. Todas las técnicas de meditación y concentración, incluidos los no-haceres perceptivos, son derivaciones o parafernalias de ese único objetivo: detener el pensamiento. Y hay que decir que todas se quedan cortas, pues no existe hazaña más titánica que mantenerse, no ya constantemente, sino tan solo un corto período de tiempo, en un verdadero "silencio interno". Llama la atención, de todas formas, la resolución con que los toltecas identifican al enemigo: el "diálogo interno". No lo llaman pensamiento, ni razón, ni discurso, ni imaginación. Ni siquiera monólogo. Lo llaman "diálogo interno" (aunque parecería más justo llamarlo "verborrea interna"). Esto da idea de la esencia esquizoide y desintegrada de nuestro mundo mental. A nivel práctico, para lograr este propósito, y aparte de las técnicas generales de “ensoñar” y de “borrar la historia personal”, Don Juan prescribe dos "no-haceres" en especial: la “forma correcta de andar” (que básicamente consiste en caminar sin nada en las manos y con la mirada fija, y ligeramente desenfocada, en un punto directamente enfrente y justo debajo del horizonte) y “escuchar los sonidos del mundo”, que es una suerte de meditación concentrada en el mundo auditivo.
Llega a resultar extraño, no obstante, que tanto la palabra como el concepto de "Meditación" estén tan ausentes en la obra de Castaneda, salvo en el LAI en el cual Don Juan le recuerda una postura de meditación, ayudada con un madero para apoyar la barbilla. 

miércoles, 27 de febrero de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Los No-Hacer"

LOS NO-HACER

La clave del poder está en no-hacer lo que ya sabemos hacer. El primer paso deliberado para juntar poder personal está en permitir al cuerpo no-hacer. (VAI)

Mirar la roca es hacer; "verla" es no-hacer. El mundo es el mundo porque conocemos el hacer implicado en hacerlo así. Si no conociéramos su hacer, el mundo sería distinto. (VAI)

Al hombre común le importa que las cosas sean verdad o mentira; al guerrero no. Si le dicen al guerrero que las cosas son ciertas, actúa por hacer. Si le dicen que no son ciertas actúa de todos modos, por no-hacer. (VAI)

La parte más difícil del camino del guerrero es darse cuenta de que el mundo es un sentir. Cuando uno no-hace, está sintiendo el mundo, y lo siente a través de sus "líneas". (VAI)

Durante el día, las sombras son las puertas del no-hacer. (VAI)

Un guerrero aplica el no-hacer a todo en el mundo. (VAI)

A todos se nos ha enseñado a estar de acuerdo en nuestro hacer: estamos enganchados por nuestro primer anillo de poder, y merced a este enganche creamos y sostenemos el mundo físico. Por fortuna, no-hacer es igual de milagroso y poderoso. (VAI)

Tú haces de esto una piedra porque conoces el hacer necesario para eso. Ahora, si quieres parar el mundo, debes parar de hacer. Captar los detalles ínfimos de la piedra y no considerar sus límites sería no-hacer. (VAI)

No-hacer es tan difícil y tan poderoso que no debes mencionarlo hasta que hayas parado el mundo. (VAI)

Sólo se logra "ver" cuando uno ha parado el mundo a través de la técnica de no-hacer. (VAI)

Una vez alcanzado cierto nivel de poder personal, se hace innecesaria la gimnasia o cualquier entrenamiento de este tipo ya que, para hallarse en forma impecable, la única práctica necesaria es la de no-hacer. (VAI,)

Ensoñar es el no-hacer de los sueños, y conforme progresas en el no-hacer progresarás también en el ensueño. (VAI)

Un guerrero no necesita creer, pues mientras continúe actuando sin creer está no-haciendo. (VAI)

La instrucción sobre el no-hacer era en cierto modo una trampa para embaucar la atención de Carlos. (RDP)

La función de los no-haceres es crear una obstrucción en el primer anillo de poder. (EDA)

Detener el mundo consiste en introducir un elemento disonante en la trama de la conducta cotidiana, con el propósito de detener lo que habitualmente es un fluir ininterrumpido de acontecimientos comunes; acontecimientos que están catalogados en nuestra mente, por la razón. Detener el mundo es tan necesario para los brujos como leer y escribir lo es para el hombre común. El elemento disonante se llama no-hacer, o lo opuesto de hacer. Hacer es cualquier cosa que forma parte de un todo del cual podemos dar cuenta cognoscitivamente. No-hacer es el elemento que no forma parte de ese todo conocido. (ECS)

Para un buscador de conocimiento la clave del bienestar está en hallar los sitios bueno y malo de la zona en que nos encontramos; y la mejor forma de hallarlos es determinar sus colores respectivos "percibiéndolos con los ojos". (EDJ)

Hallar el sitio benéfico es importante, y para hacerlo uno tiene que "cruzar los ojos": ver por separado la misma imagen. Se trata de "sentir" con los ojos; y poner la atención en el espacio entre las dos imágenes. (VAI)

Permanecer en el sitio benéfico, adoptar la danza de pelea, y lanzar un objeto (de poder) acompañado del grito de guerra, son efectivas defensas contra el ataque de un ser mágico. (EDJ)

Para pedirle al ocaso poder y calma hay que trotar marcando el paso, mirando al sol, con los brazos alzados y las manos extendidas. (URA)

Para “conectar” con aliados, lo primero es hallar un sitio propicio. Tal sitio debe estar en la cima de un cerro, y se localiza moviendo la mano, con la palma vuelta hacia la tierra, hasta que cierto calor se detecta en la palma de la mano. Entonces hay que encender fuego en ese sitio. El aliado, atraído por las llamas, se manifiesta a través de una serie continuada de ruidos. La persona que busca aliado debe seguir la dirección de la cual vienen los ruidos, y cuando el aliado se revele, luchar con él y derribarlo al suelo para domeñarlo. (URA y VAI)

La "forma correcta de andar", para parar el diálogo interno, consiste en caminar largos trechos sin enfocar, mirando un punto enfrente, curvando suavemente los dedos, y no llevando nunca nada en las manos. (RDP y VAI)

La mejor forma de obtener energía es dejar que la luz solar penetre en los ojos, especialmente el izquierdo. Pero cualquier otro foco de luz también vale. (SAP)

Una mujer puede captar energía de la tierra rodando por el suelo. Un hombre, en cambio, debe tumbarse de espaldas en el suelo, con los pies juntos y las manos en forma de garra. (SAP)

Hay que observar durante horas un objeto hasta parar el mundo. Y encontrar lo observado en el sueño. Pero conviene empezar con hojas secas, ya que las plantas, rocas, animales, etc, tienen su propia energía: la elección del objeto de observación debe de tener un orden. (SAP)

Cada aprendiz está especializado en un tipo determinado de observación: lluvia, distancias, sombras, etc. Observar y soñar son dos cosas que están unidas. (SAP)

Muchos guerreros se entierran en una "jaula" de ramas, o directamente en la tierra, pero siempre en un sitio de poder (circos naturales, etc), para recibir instrucción (del poder de la tierra) y ganar poder. (VAI)

Nada cura mejor que la tierra: "enterrarse" es la mejor medicina. (EDA)

Para liberarse de una enfermedad, o de un sentimiento indeseable, el guerrero realiza el no-hacer de "girar la palanca": tumbado en el suelo, agarra con la mano una invisible palanca a la que hace girar en sentido circular, hasta sentir que algo "sólido" frena el movimiento de la mano. (VAI)

Otro no-hacer para curar enfermedades: sin miedo, y con un espíritu impecable, hay que intentar incansablemente un movimiento repetitivo de rechazo (como empujar con el brazo hacia fuera), verbalizando además nuestro propósito (de sanación). (SAP)

Para buscar un sitio de reposo hay que mirar sin enfocar; pero para "observar sombras" hay que bizquear y, al mismo tiempo, conservar enfocada una imagen clara. La idea es cruzar los ojos (observando las sombras de dos objetos próximos y paralelos) hasta "sobreponer" unas sombra a la otra. (VAI)

La superficie reflectora de un objeto brillante sumergido en el agua amplifica el poder de la fluidez del agua: de esta forma se puede conectar también con los aliados. (EFI)

Un "procedimiento" para llamar al intento: En una habitación pequeña y oscura, se pone una vela en una mesa negra, mirándola a pocos centímetros, y se pronuncia fluída e incesantemente la palabra "intento", totalmente concentrado en aquello que se está intentando. (ECS)

Los nuevos videntes recomiendan "girar los ojos" en los momentos de impaciencia o desesperación. Este ejercicio hace moverse o detenerse al punto de encaje, y eso trae alivio. Pero no deja de ser un parche en sustitución de la verdadera maestría del intento. (EFI)

Estar suspendido sin tocar el suelo (arnés) es una magnífica sanación para ciertas enfermedades no físicas, como por ejemplo la lujuria. (EDA)

El humo tiene dos propiedades: a) Para "ver" y conocer a las personas. b) Para sanarlas y restablecer su luminosidad. En ambos casos se le dan al sujeto "baños de humo". (SAP)

Un hombre de conocimiento puede penetrar los sentimientos íntimos de la gente mirando sus sombras. (VAI)

Los no-haceres, precisamente por ser muy anteriores a la "conciencia acrecentada", sí pueden ser, en cambio, un buen ejemplo de enseñanzas reales de Don Juan, independientemente de su mayor o menor efecto y comprensión por parte de Carlos. Hay que distinguir entre el "no-hacer" y los "no-haceres". Pero tanto las directrices teóricas del “no-hacer”, como actitud general, como los ejercicios perceptivos que genéricamente son llamados “no-haceres”, comparten un mismo principio con entidad propia en su base epistemológica. Un principio que entronca, de nuevo, con los fundamentos del misticismo taoísta: “Hacer” es la marca del tonal, y “no-hacer” la del nagual. Hacer es lo que mueve y solidifica el mundo. No-hacer es lo que le detiene y disuelve. Un guerrero, pues, cultiva esa actitud constante de interferencia mental y conductual, rompiendo sus rutinas, borrando su historia personal, etc; y practica también ejercicios diseñados para colapsar su continuidad conceptual y perceptiva.
Ejemplos de no-haceres prácticos son “buscar el sitio bueno y malo”, “trotar en el ocaso”, “la forma correcta de andar”, “observar objetos y sombras”, “girar los ojos”, etc. Los libros de Castaneda están plagados de este tipo de “juegos conscientes” diseñados para lograr el silencio interno, reunir energía, conectar con los aliados o ensoñar despierto: "parar el mundo", en definitiva, se dibuja como el propósito concreto principal que persiguen todos ellos.

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "Los Centros Abstractos"

LOS CENTROS ABSTRACTOS

Don Juan me dio a conocer dieciocho centros abstractos, aunque hay en la brujería veintiuno de estos centros. Los seis primeros son: las manifestaciones del espíritu, el toque del espíritu, los trucos del espíritu, el descenso del espíritu, los requisitos del intento, y el manejo del intento. (ECS) 

Los centros abstractos son como planos previos de los hechos, o como patrones recurrentes que aparecen cada vez que el intento va a mostrar algo significativo. Los centros abstractos, en este sentido, son mapas completos de series enteras de acontecimientos. A través de medios que van más allá de la comprensión, cada detalle de cada centro abstracto se repite con cada aprendiz nagual. (ECS)

Lo que los brujos conocen como centro abstracto es también llamado el edificio del intento, o la voz silenciosa del espíritu, o el arreglo ulterior de lo abstracto. El arreglo ulterior de lo abstracto no es simplemente el orden en el que se nos presentaron los centros abstractos, ni tampoco lo que tienen en común, o el tejido que los une. Más bien, es el acto de conocer lo abstracto directamente, sin la intervención del lenguaje. (ECS)

Las manifestaciones del espíritu son realmente el primer centro abstracto alrededor del cual se construye la primera historia de la brujería. Con el fin de sacarlo de su modorra, el espíritu dio al hombre tres señales, tres manifestaciones sucesivas. Tres veces el espíritu, de la manera más obvia, se cruzó físicamente en el camino del hombre. Pero el hombre permanecía inconmovible ante cualquier cosa que no fuera su interés personal. (ECS)

A tales manifestaciones se les llama gestos del espíritu o, de manera más sencilla, indicaciones, augurios, presagios. (ECS)

El segundo centro abstracto postula que "el hombre estaba disponible en el preciso momento en que el espíritu tocó su puerta". (ECS)

El primer centro es el edificio que el intento construye y coloca frente al brujo, invitándole a entrar. Es el edificio del intento visto por un brujo. El segundo centro, el toque del espíritu, es el mismo edificio visto por el principiante al que se invita, o más bien se obliga a entrar. (ECS)

Los eventos desencadenados por los brujos con ayuda del conocimiento silencioso son tan sencillos, pero al mismo tiempo de proporciones abstractas tan inmensas, que los brujos decidieron, miles de años atrás, referirse a esos eventos solo en términos simbólicos. Las manifestaciones y el toque del espíritu son ejemplos de ello. (ECS)

El tercer centro abstracto se llama los trucos del espíritu, o los trucos de lo abstracto, o el acecharse a sí mismo, o el desempolvar el vínculo con el intento. (ECS)

La historia dice que, después de tocar la puerta del hombre sin tener ningún éxito, el espíritu siguió el único camino posible: el ardid. (ECS)

Cada historia es una tragicomedia abstracta con un actor abstracto, el intento, y dos actores humanos, el nagual y su aprendiz. El guión es el centro abstracto. (ECS)

El cuarto centro abstracto es el golpe brutal del descenso del espíritu. Es un acto de revelación. El espíritu se nos revela. Los brujos dicen que el espíritu nos espera emboscado y luego desciende sobre nosotros, su presa. Dicen los brujos que ese descenso casi siempre viene velado. Sucede, pero parece no haber sucedido en absoluto. (ECS)

Los brujos creen que, hasta el momento mismo en que desciende el espíritu, cualquier brujo puede dejar la brujería, puede alejarse del espíritu, pero ya no después. Existe un umbral que, una vez franqueado, no permite retiradas. (ECS)

Hay muy poco valor en la instrucción. Los brujos sostienen que el descenso del espíritu es lo único que importa, porque es el espíritu el que mueve el punto de encaje. Y ese movimiento, como bien lo sabes, depende del aumento de energía y no de la instrucción. (ECS)

Normalmente, desde el momento que el espíritu toca la puerta, pasan años antes de que el aprendiz llegue al umbral. El brujo recalca el cruce del umbral y usa ese recuerdo como punto de referencia. El hombre común y corriente, por el contrario, recalca el hecho de que se refrena de cruzarlo y de que hace lo posible por olvidarse de haber llegado a él. (ECS)

Los centros abstractos son diferentes grados de nuestra capacidad de estar conscientes del intento. (ECS)

Cualquier descenso del espíritu es como morir. Todo en nosotros se desconecta, y después vuelve a conectarse a una fuente de mucha mayor potencia. La amplificación de energía se siente como una angustia mortífera. Pero no hay peligro si sabes lo que te está sucediendo. (ECS)

No hay procedimientos ni métodos ni pasos en la brujería. Lo único que importa es el descenso del espíritu, y el movimiento del punto de encaje, y no hay procedimiento que pueda causarlo. Es un efecto que sucede por sí solo. (ECS)

Abstraer no significa pensar de una manera abstracta. Abstraer significa ponerse a disposición del espíritu por medio del puro entendimiento. (ECS)

La obra “El conocimiento silencioso” está estructurada en torno a una cadena de puntos clave sobre los que supuestamente descansa el edificio de la brujería: los centros abstractos. A estas alturas de la lectura de Castaneda (se trata del octavo libro) uno ya está acostumbrado al inesperado énfasis que de repente se hace en unos determinados conceptos del conocimiento, presentándolos como absolutamente cruciales, para luego no volverlos a tratar en ningún otro lugar, dejando por tanto su explicación incompleta. Es el caso de los centros abstractos. En un principio, para no ser demasiado críticos, pensábamos que debía haber en esta estrategia complejas intenciones didácticas de un poder superior, así que hicimos un esfuerzo por quedarnos con la esencia del concepto, que al fin y al cabo nos revela un determinado orden en las fases iniciáticas del acercamiento al espíritu. Parecía que sería mucho pedir que unos cuantos libros abrieran a la humanidad las puertas del cielo de manera objetiva y contundente, y nos hacíamos cargo de que la complejidad del conocimiento hacen de su sistematización una empresa harto difícil que solo puede ser, la mayoría de las veces, vislumbrada con narraciones tangenciales y parábolas simbólicas. En todas las tradiciones pasa más o menos lo mismo. Qué le vamos a hacer.