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Frank Diaz Yáok Es un derecho biológico, porque evolucionamos en simbiosis con esas plantas; humano, porque sólo yo tengo derecho a determinar lo que me llevo a la boca; tradicional, porque están en la base de las grandes culturas de la tierra; y sagrado, porque te llevan a conocer La Verdad. Lo que NO es un derecho, es aprovechar el temor y la ignorancia de las masas para CERRAR EL CAMINO.
En el fondo de la legislación sobre las plantas psicoactivas está el miedo medieval a "las brujas", y el deseo de la civilización cristiana de destruir los vestigios de la milenaria cultura de los chamanes. La legislación sobre plantas afrenta los usos tradicionales y crea el narcotráfico.
Hay una campaña sistemática de destrucción de la tecnología espiritual nativa. Una campaña que no sólo afecta a los nativos, sino, principalmente, a los miembros de la civilización cristiana, que son despojados de su derecho a SABER. Si es necesario, yo voy a elevar este punto a Derechos Humanos.
Como dices, es medicina - medicina sagrada - y solo en ese sentido deben ser usadas. Incluyo al tabaco y otras plantas envilecidas con el uso recreativo que hace de ellas la sociedad moderna.
El catálogo de prohibiciones incluye trabajar en sábado, comer vaca, ponerse transfusiones, pronunciar el nombre de Yavé, que las mujeres muestren la cara... La cultura occidental cristiana ha convertido en tabú en el sacramento de comunión chamánico. Probablemente no hay un tabú más peligroso...
Un hombre que documentó brillantemente la conjura antichamánica que hoy pasa como ley antidrogas, es Antonio Escohotado. Encontrarás una buena cantidad de videos con entrevistas suyas en youtube. Para una aproximación interna, busca los videos del doctor Terence McKenna.
Debo advertirte que las plantas por sí mismas no dan respuestas, pero su prohibición, definitivamente, nos aleja de las respuestas.
Probablemente discrepe con Wolf por una cuestión de palabras, más que de contenido, pero ahí te va mi opinión: ese señor tuvo una experiencia con la realidad a través de una planta, y está tratando de explicarla, es decir, de conciliar con palabras la primera y la segunda atención.
Ese intento es posible, pero requiere cierto arte para no caer en contradicciones, o para que estas estimulen, en lugar de inhibir la imaginación de prójimo. Al arte de explicar lo inexplicable se le llama Acecho, y es la esencial del Nagualismo Abstracto.
Yo lo diría así: no estamos aquí por casualidad, pero tampoco por causalidad; "estar" no es el verbo que mejor describe nuestra existencia. No hay un propósito a priori en existir, pero sí podemos intentar un propósito. Tú no creas la realidad, la realidad es que tú creas, y puedes hacerlo a conciencia o ser parte inconsciente de un proceso. No hay secretos, en el sentido de que no hay atajos en la energía. Las creencias son un lastre para el proceso de percibir.