Maestro Frank Díaz.
“Ser Cristo, Buda, Mesías, o Ketasolkoatl, es una prerrogativa humana. La condición avatárica es para ser asumida, no para ser adorada. En el lenguaje especializado del nagualismo al Cristo se le llama: Nagual, y se simboliza con un animal, porque no es algo para ser adorado. En cuanto sentimos ese impulso de adorar a un ser superior, nos estamos bloqueando a nosotros mismos. El nagual se define como el sujeto consciente y deliberado de la experiencia onírica.
Si eres consciente en tus sueños, si has ensoñado, estás en el camino del Cristo.
Si eres consciente en tus sueños, si has ensoñado, estás en el camino del Cristo.
En Anawak se considera que no hay nada más elevado en este universo, ni más honroso, que llegar a ser dios. Pero sabiendo que dios no existe fuera de ese esfuerzo, y eso es lo que significa: “serpientes y mariposas le ofreceré“. “Serpientes“ es el cuerpo físico y “mariposas“ es el alma. ¿Quiero llegar a ser un Ketsolkoatl? Pues tengo que dedicarle mi cuerpo físico y mi alma, pero no a un ser que existe fuera de mí, yo no quiero adorar a un Ketsalkoatl eternamente, yo quiero serlo. Es la diferencia entre asumir la vida con responsabilidad y ser un creyente. Un creyente simplemente está adulando a un dios, a un maestro, a un “ser superior“, pero al que se compromete con la verdad no le vale eso de estar adulando a nadie."
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