Así comienza su “Conclusión” nuestro
acomplejado MC. Casi 600 páginas con un error irreparable: que los que seguimos
realmente el Camino del Guerrero, ese
camino que nos lleva a “Ixtlan”, somos “creyentes”, “devotos”, “seguidores
fanáticos”, “acólitos y discípulos” descerebrados. No, no y no. Los verdaderos
naguales –o nagualistas si están en proceso de aprendizaje- no creemos. Practicamos,
experienciamos, corroboramos en nuestra propia piel, carne y huesos (y
espíritu) las premisas del nagualismo estilo Tolteca que nos tuvo a bien
mostrar y demostrar el Nagual don Carlos César Salvador Aranha (Arana)
Castaneda. Y digo “verdaderos”, no falsas imitaciones o simpatizantes o “jarritos
de Tlaquepaque”, que ya vienen rajados y se quiebran fácilmente, como fue tu
caso, Manu.
98) “. Entiendo también a los devotos
del Nahual. Incapaces de reconocer que perdieron auténticas fortunas, y años y
años de sus vidas, invertidos en una fábula. La mayoría cruzó el punto de no
retorno. Y hay que ser un guerrero impecable para aceptar tamaña derrota.”
¿Derrota?
¿De quién? ¡Si nunca tuvimos un digno oponente enfrente! Si querías
convencernos a los naguales de las “mentiras y plagios” de la propuesta de
Castaneda, fallaste. Porque escribiste vis-ce-ral, no objetivo ni imparcial. Tomaste
parte, según tú para reivindicar a tu querida amiga, pero en algunos tópicos la
dejaste mal. Además, y no me canso de repetirlo, no puedes convencer a alguien
de lo contrario sobre una supuesta mentira cuando ese alguien ha COMPROBADO
pragmáticamente en sí mismo. Contra la experiencia propia no hay argumentos
contrarios que valgan.
99)
MC, cierra su librejo visceralmente anti-Castanediano con una larga explicación
que empieza con un supuesto “ensueño”, que no lo es. One More Time demuestra
que no sabe qué es un ensueño. Lo que
relata es un simple sueño guajiro que tiene todos los tintes de ser
falso. “Encaja” demasiado bien como previo al cierre del libro.
100) “Castañeda se vendió al Poder, el
tercer enemigo del hombre de conocimiento según su don Juan. El pequeño inmigrante
peruano ya no quería ser profesor, ni Dr., ni académico. ¿Por qué conformarse
con ser humano si podía ser Mesías? Su palabra ya no era un documento
antropológico. Era la palabra de Dios. Probablemente se sorprendió de que
tantos le creyesen.
¡Que
se convirtió en “mesías”, que se creía Dios! Quienes conocieron a Castaneda
muy, pero muy de cerca, pueden decir sin mentir que Castaneda fue y es
impensable como místico, mítico, Gurú o Santón. Me sigue asombrando el enorme
yerro de apreciación de Carballal.
Y
así termina:
“Continuarás escuchando su nombre en
series de televisión, libros eruditos, películas de cine, informativos,
programas de radio, videos de Youtube, foros de Internet, artículos de prensa y
charlas esotéricas. Pero ya sabes que todo lo que te estarán contando no es
real. Eso es lo único útil que nos ha enseñado el Nahual. Desconfía. Desconfía
de quien quiera poner un precio a la espiritualidad. Desconfía de quien te
exija romper con las personas que más te aman. Desconfía de quienes se erijan
en únicos depositarios de la Verdad. Desconfía de quien exija tu fe. Y
desconfía de quien te cuente historias fantásticas pero indemostrables, incluso
aunque vengan avaladas por una editorial importante o por un puñado de
académicos universitarios. El intelecto, el sentido común, nuestra capacidad de
discernimiento, no es una creación de los voladores, ni de los depredadores,
que jamás existieron. Al contrario. Es el resultado de un proceso evolutivo de
cientos de miles de años. Y nuestra única arma de defensa contra todos los
traficantes de esperanzas y los vendedores de ilusiones, que hacen de nuestras
inquietudes espirituales su modo de vida. Si renuncias a él, en el mejor de los
casos te costará tu tiempo y tu dinero -a veces mucho dinero-. En el peor, tu
salud, tu libertad o tu vida. Ahora, si todavía es lo que quieres, escoge
creer...”
No
podía fallar, incluso en el final. Su apreciación es errónea primero porque
escribe desde la víscera dañada por su fracaso en el nagualismo. Por alguna
extraña razón, quiere desquitarse con quien no tiene ninguna culpa de su
incapacidad.
Estimado
lector, hasta aquí el librejo-libelo-tabloide amarillista anti-CC. El autor se
regodea todavía –febrero de 2020- pensando que nos abrió los ojos, nos demostró
que Castaneda fue un inmenso saco o costal de mentiras, plagios, violaciones, y
estafas como pocas veces se ha visto en el mundo editorial, espiritual,
chamánico o esotérico. Parafraseando al propio autor cuando escribe en su
último párrafo “Ahora, si todavía es lo que quieres, escoge creer...” yo te
pregunto a ti ¿le crees a Manu Carballal? O mejor dicho aún: ¿Tú crees que el
Sr. Don Carlos Castaneda es y fue esa persona que nos presentó Carballal?
¿Y si en vez de preguntarte si le crees o no, mejor te pones a practicar ensueño, intento, recapitulación, etc. para comprobar si Castaneda te mintió?