miércoles, 19 de febrero de 2020

COMENTARIOS AL LIBRO DE MANU CARBALLAL DIFAMATORIO DE CASTANEDA (97-100)

97) “No. Yo no voy a darte una conclusión. Esa parte te toca a ti. Yo solo te ofrezco los hechos. Creo que con toda la información expuesta en este informe tienes más elementos objetivos para decidir si todavía escoges creer.”

Así comienza su “Conclusión” nuestro acomplejado MC. Casi 600 páginas con un error irreparable: que los que seguimos realmente el Camino del Guerrero, ese camino que nos lleva a “Ixtlan”, somos “creyentes”, “devotos”, “seguidores fanáticos”, “acólitos y discípulos” descerebrados. No, no y no. Los verdaderos naguales –o nagualistas si están en proceso de aprendizaje- no creemos. Practicamos, experienciamos, corroboramos en nuestra propia piel, carne y huesos (y espíritu) las premisas del nagualismo estilo Tolteca que nos tuvo a bien mostrar y demostrar el Nagual don Carlos César Salvador Aranha (Arana) Castaneda. Y digo “verdaderos”, no falsas imitaciones o simpatizantes o “jarritos de Tlaquepaque”, que ya vienen rajados y se quiebran fácilmente, como fue tu caso, Manu.

98) “. Entiendo también a los devotos del Nahual. Incapaces de reconocer que perdieron auténticas fortunas, y años y años de sus vidas, invertidos en una fábula. La mayoría cruzó el punto de no retorno. Y hay que ser un guerrero impecable para aceptar tamaña derrota.”

¿Derrota? ¿De quién? ¡Si nunca tuvimos un digno oponente enfrente! Si querías convencernos a los naguales de las “mentiras y plagios” de la propuesta de Castaneda, fallaste. Porque escribiste vis-ce-ral, no objetivo ni imparcial. Tomaste parte, según tú para reivindicar a tu querida amiga, pero en algunos tópicos la dejaste mal. Además, y no me canso de repetirlo, no puedes convencer a alguien de lo contrario sobre una supuesta mentira cuando ese alguien ha COMPROBADO pragmáticamente en sí mismo. Contra la experiencia propia no hay argumentos contrarios que valgan.

99) MC, cierra su librejo visceralmente anti-Castanediano con una larga explicación que empieza con un supuesto “ensueño”, que no lo es. One More Time demuestra que no sabe qué es un ensueño. Lo que  relata es un simple sueño guajiro que tiene todos los tintes de ser falso. “Encaja” demasiado bien como previo al cierre del libro.

100) “Castañeda se vendió al Poder, el tercer enemigo del hombre de conocimiento según su don Juan. El pequeño inmigrante peruano ya no quería ser profesor, ni Dr., ni académico. ¿Por qué conformarse con ser humano si podía ser Mesías? Su palabra ya no era un documento antropológico. Era la palabra de Dios. Probablemente se sorprendió de que tantos le creyesen.

¡Que se convirtió en “mesías”, que se creía Dios! Quienes conocieron a Castaneda muy, pero muy de cerca, pueden decir sin mentir que Castaneda fue y es impensable como místico, mítico, Gurú o Santón. Me sigue asombrando el enorme yerro de apreciación de Carballal.

Y así termina:

“Continuarás escuchando su nombre en series de televisión, libros eruditos, películas de cine, informativos, programas de radio, videos de Youtube, foros de Internet, artículos de prensa y charlas esotéricas. Pero ya sabes que todo lo que te estarán contando no es real. Eso es lo único útil que nos ha enseñado el Nahual. Desconfía. Desconfía de quien quiera poner un precio a la espiritualidad. Desconfía de quien te exija romper con las personas que más te aman. Desconfía de quienes se erijan en únicos depositarios de la Verdad. Desconfía de quien exija tu fe. Y desconfía de quien te cuente historias fantásticas pero indemostrables, incluso aunque vengan avaladas por una editorial importante o por un puñado de académicos universitarios. El intelecto, el sentido común, nuestra capacidad de discernimiento, no es una creación de los voladores, ni de los depredadores, que jamás existieron. Al contrario. Es el resultado de un proceso evolutivo de cientos de miles de años. Y nuestra única arma de defensa contra todos los traficantes de esperanzas y los vendedores de ilusiones, que hacen de nuestras inquietudes espirituales su modo de vida. Si renuncias a él, en el mejor de los casos te costará tu tiempo y tu dinero -a veces mucho dinero-. En el peor, tu salud, tu libertad o tu vida. Ahora, si todavía es lo que quieres, escoge creer...”

No podía fallar, incluso en el final. Su apreciación es errónea primero porque escribe desde la víscera dañada por su fracaso en el nagualismo. Por alguna extraña razón, quiere desquitarse con quien no tiene ninguna culpa de su incapacidad.

Estimado lector, hasta aquí el librejo-libelo-tabloide amarillista anti-CC. El autor se regodea todavía –febrero de 2020- pensando que nos abrió los ojos, nos demostró que Castaneda fue un inmenso saco o costal de mentiras, plagios, violaciones, y estafas como pocas veces se ha visto en el mundo editorial, espiritual, chamánico o esotérico. Parafraseando al propio autor cuando escribe en su último párrafo “Ahora, si todavía es lo que quieres, escoge creer...” yo te pregunto a ti ¿le crees a Manu Carballal? O mejor dicho aún: ¿Tú crees que el Sr. Don Carlos Castaneda es y fue esa persona que nos presentó Carballal?

¿Y si en vez de preguntarte si le crees o no, mejor te pones a practicar ensueño, intento, recapitulación, etc. para comprobar si Castaneda te mintió?

2 comentarios:

  1. Por la posibilidad que la objetividad trascendente y no solo aparente aún te motiva, o te interesa, yo como decía Platon sobre Socrates, y para el caso como cualquier mortal, seres vivos parasítales, e individuo que aún respeta en esencia el verbo de inteligir, para no utilizar la palabra intelecciones, mi opinión y única valía en este mundo material, te la daré en mi muy personal veredicto, no sobre Manu Carballal, sino sobre el sujeto central de esta discusión: Aranha Castañeda: un narcisista crónico; que no tuvo la suerte de sanar esa condición, como la apabullante gran mayoría de ellos, en esta “civilización” de 'sociedades’ con la misma aflicción. A quien lo que hubiera podido llamarse su 'talento creativo’, se le perdió como tal, en un océano de entropía caótica, a contrapelo del eterno día de la creación. Costándole y costándonos esto, lo invaluable e impagable, las vidas de varios individuos, y como tal, el asesinato por negligencia e irresponsabilidad vital. Te abrazo

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    1. Tanta palabrería rebuscada para decirme que fracasaste en el nagualismo y le echas la culpa a CC. Date una segunda oportunidad; ponte a practicar. Si no, como dijo Carlos una vez, morirás «como un imbécil».

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