lunes, 10 de diciembre de 2018

COMENTARIOS AL LIBRO DE MANU CARBALLAL DIFAMATORIO DE CARLOS CASTANEDA (13-16)

13) “Al respecto el futuro premio Nobel reacciona como la inmensa mayoría de los lectores de Castañeda. No nos importaba que mintiese sobre su curriculum, nacionalidad o biografía, como había evidenciado la investigación de Time que luego detallaré. Paz lo resume perfectamente: “Confieso que el misterio Castañeda me interesa menos que su obra. El secreto de su origen -¿es peruano, brasileño o chicano?- me parece un enigma mediocre, sobre todo si se piensa en los enigmas que nos proponen sus libros”82.”

En el Camino del Guerrero, o también “limpiar el vínculo con el Espíritu”, nos importa un comino cómo lleva su vida otro nagual o “colega”. Ya es arduo el trabajo de limpiarse uno, como para andar tratando de resolver “mediocres enigmas”, como bien dijo el Nobel Paz. Eso se deja para mediocres ex estudiantes frustrados o mejor dicho repinches tiranitos.

14) “Lo sorprendente es que un tribunal académico, el de UCLA, concediese un doctorado en antropología a Castañeda a pesar de dicha ambigüedad. Y no solo eso. “Las enseñanzas de don Juan”, tanto en su edición original en inglés, como en todas las demás, incluye también un no menos entusiasta prólogo del Dr. Walter Goldschmidt, prestigioso profesor de antropología en UCLA, presidente del American Anthropological Associatíon y editor de la revista American Anthropologist... y uno de los directos responsables de que Castañeda obtuviese su doctorado. El Dr. Goldschmidt inicia su elogioso prólogo con la frase: “Este libro es a la vez etnografía y alegoría”85.
Es curioso. La Real Academia Española de la Lengua define así el término alegoría: “Del latín Allegoría. 1. f. Ficción en virtud de la cual un relato o una imagen representan o significan otra cosa diferente”. Y resulta cuando menos desconcertante que un académico de la talla del Dr. Goldschmidt utilice esa palabra en la primera frase de su prólogo a una obra supuestamente científica. Un ensayo antropológico base de una tesis. Ese concepto: alegoría, surgirá una y otra vez en la obra de Castañeda, tanto por parte de sus defensores como de sus detractores. Como si todos aceptasen que lo que contaba no era exactamente real, pero no les importase. Carlos Castañeda incluye una críptica dedicatoria en la primera página de su primer libro: “Para don Juan y para las dos personas que compartieron conmigo; su sentido del tiempo mágico”. Y un párrafo de agradecimientos que merece la pena tener presente: “Quiero expresar profunda gratitud al profesor Clement Meighan, que inició y fijó el curso de mi trabajo antropológico de campo; al profesor Harold Garfinkel, que me dio el ejemplo y el espíritu de la investigación exhaustiva; al profesor Robert Edgerton, que criticó mi trabajo desde el principio; a los profesores William Bright y Pedro Carrasco por sus críticas y su aliento, y al profesor Lawrence Watson por su inestimable ayuda en la clarificación de mi análisis. Finalmente agradezco a la señora Grace Stimson y al señor F. A. Guilford su ayuda en la preparación del manuscrito”86. Todos esos profesores y académicos de UCLA, en mayor o menor medida; por acción u omisión, contribuyeron a que Castañeda se convirtiese en un mito imbatible. Porque los mitos son inmortales.”

Extraordinario y contundente. Este largo párrafo (sorry) avala lo que afirmo en el comentario 10. Es imposible e impensable que haya convencido o engañado a estos eruditos y lograr su licenciatura y su doctorado después, SIN pruebas documentales que avalaran sus tesis. A menos… que los haya envuelto en ciertos “intentos” propios de un nagual de verdad y se los haya devorado vivos, juar,juar,juar.

15) “Sin embargo su primera “experiencia práctica” del “vuelo” se produciría el cuatro de julio de ese año, cuando tras untarse el cuerpo desnudo con un ungüento realizado en base a plantas de poder, cuyo proceso de elaboración relata con detalle, el estudiante de antropología revive el “vuelo de las brujas” medievales. Y vuela. Su conversación posterior con su maestro, es uno de los diálogos más celebrados y reproducidos por los seguidores de Castañeda en todo el mundo: “¿De verdad volé, don Juan? “ Eso me dijiste. ¿No? “Ya lo sé, don Juan. Quiero decir, ¿voló mi cuerpo? ¿Me elevé como un pájaro? “Siempre me preguntas cosas que no puedo responder. Tú volaste. Para eso es la segunda parte de la yerba del diablo. Conforme vayas tomando más, aprenderás a volar a la perfección.”

Agrego que esta técnica viene descrita en notas de los cronistas ya desde el Siglo XVI. Uno de ellos describe incluso algunas cosas que se untaban  (veneno de alacrán, de araña, de ciempiés, plantas de poder, etc., todo amasado en chapopotl –petróleo- y hollín de las fogatas); de ahí que se volvió referencia el ver personajes “de piel negra” en códices es señalar que eran naguales o sacerdotes de ciertas entidades naguálicas. Hay otros elementos, pero el recurrente es el tener la piel “negra”.
Por otro lado, el relato de tu experiencia de vuelo, MC, me encantó. Felicidades. Yo lo hago, pero SIN necesidad de enteógeno alguno. Dominando ciertas técnicas ensoñativas, se logra “higiénicamente”; esto es, sin repercusiones negativas de las sustancias químicas de las plantas sagradas.

16) “Originalmente Castañeda redactó un trabajo para una asignatura de clase de antropología con la esperanza de obtener una buena nota. Y cuando sus profesores le propusieron editarlo como un libro con tapa dura, se sintió extremadamente halagado. Pero no podía imaginar hasta qué punto aquel trabajo le cambiaría la vida...”

MC desconoce, omite o calla, que fue DJ quién lo estimuló a escribir por lo menos su primer libro. Si alguien lee esto ¿conoce la anécdota narrada por CC de cuando le llevó un ejemplar de su primer libro a DJ? Pregunte y se la relato.

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