viernes, 1 de marzo de 2013

FILÓSOFO TOLTECA DON JUAN MATUS "El Arte de Ensoñar" 01


EL ARTE DE ENSOÑAR

Arreglar los sueños es el primer paso hacia el poder. (VAI)

Hay que empezar por mirarse las manos, pero no hay procedimiento fijo, pues cada uno de nosotros es distinto. (VAI)

Cuando te sorprendas dentro de un sueño mirándote las manos (o cualquier otra cosa que hayas elegido por anticipado), esperas a que empiecen a cambiar de forma, y entonces apartas la vista y miras otra cosa; y cuando esa otra cosa empiece a cambiar de forma, vuelves a las manos que siempre estarán ahí y repites el proceso. Lleva mucho tiempo perfeccionar esta técnica. (VAI)

El segundo paso para arreglar los sueños, una vez que te encuentras las manos, es aprender a moverte a voluntad dentro del sueño. (VAI)

Ponerse una banda o un sombrero en la cabeza ayuda a ensoñar; pero tiene uno que hacérsela de acuerdo a una visión obtenida precisamente en un ensueño, o en alguna observación especial. (VAI)

Lo que uno experimenta al ensoñar debe ser congruente con la hora en la que estamos durmiendo. (VAI)

Es muy útil enfocar fuertemente la atención en algún detalle del sitio predilecto de poder, para poder ir allí en ensueños. (VAI)

Escribir todo lo que puedas es la peor manía que se puede tener. Solo sirve para distraerte del propósito del soñar, que es el control y el poder. (VAI)

Lo importante es no rendirse: no dejar de buscarnos las manos, aunque no le encontremos sentido al asunto. (VAI)

El elemento activo del entrenamiento es la persistencia, pues la mente, con todas sus defensas racionales, no puede defenderse de la persistencia. Tarde o temprano, las barreras de la mente caen bajo su impacto, y la atención de ensueño florece. (ADE)

En la primera etapa de arreglar los sueños, la mente hace un juego mortal consigo misma, intentando por todos los medios impedir el cumplimiento de la tarea. (RDP)

Cada guerrero tiene su propio modo de ensoñar. Todos son distintos. Lo que nos une a todos es que algo en nosotros mismos tiende trampas para obligarnos a abandonar. El remedio es persistir a pesar de todas las barreras y desilusiones. (RDP)

Para "soñar" con un tema en concreto basta con parar el diálogo interno un instante y evocar la imagen de aquello con lo que se desea soñar. (RDP)

El "doble" es uno mismo. El doble es el brujo mismo, desarrollado a través de su "soñar". Pero ningún brujo sabe dónde está su doble. Pues encontrarse cara a cara con el doble es morir. El doble es un sueño. (RDP)

Hay tres técnicas que ayudan a ensoñar: romper rutinas, la marcha de poder, y no-hacer. (RDP)

Ensoñar es la corona del esfuerzo de los brujos, el uso máximo del nagual. (RDP)

En el ensueño prestamos atención con el ombligo, así que debemos protegerlo de alguna manera si queremos retener bien las imágenes. (SAP)

Lo realmente importante es la práctica: una vez centrada la atención en las imágenes del sueño, queda atrapada allí para siempre. (SAP)

Ensoñar requiere mucho poder. (SAP)

Tras repasar un mismo sueño una y otra vez comenzamos a percibir las "líneas del mundo". (SAP)

Ensoñar es la única forma de concentrar la segunda atención sin dañarla, y sin que resulte amenazadora u horrenda. (SAP)

Usar el ensueño en el mundo de la vida diaria es una de las estratagemas más efectivas de los brujos. Hace que el percibir energía directamente sea como un ensueño, en lugar de ser una experiencia totalmente caótica. (ADE)

Para que la segunda atención (el residuo consciente) "despierte" en el ensueño es necesario el entrenamiento que proporcionan los no-haceres, sobre todo el de "la forma correcta de andar". (EDA)

Para ensoñar es importante entrenar a la atención a permanecer fija, y para esto hay que recurrir a los no-haceres: La Gorda y las hermanitas "observaban" hojas y piedras, Pablito construía aparatos, y Carlos caminaba desenfocando. (EDA)

Tan pronto como uno aprende a ensoñar, cualquier sueño que puede uno recordar ya no es un sueño sino un ensueño. (EDA)

Ensoñar es una manera de almacenar la segunda atención con el fin de sustituirla luego brevemente por la primera en estados de vigilia. Esto implica que hay que ensoñar todo lo posible para llegar a "ver". (EDA)

Cada vez que entraba en el ensueño, entraba también en la segunda atención, y despertarme del ensueño no significaba, de ninguna manera, que había salido de la segunda atención. Por años enteros, pude recordar únicamente fragmentos de mis experiencias de ensueño. (ADE)

Lo que uno busca en ensueños no es aquello a lo que se prestaría atención en la vida ordinaria, lo cual es verdaderamente un problema. (EDA)

El ensueño tiene que llevarse a cabo con integridad y cordura, pero con risa, y con la confianza de quien no tiene preocupación alguna. (ADE)

En el ensueño hay que mirarlo todo de pasada, sin enfocar detenidamente, para no perder el control, para romper la misma fijeza que en realidad antes perseguíamos al comenzar a ensoñar. (EDA)

Carlos recibió tres tareas específicas para entrenar su segunda atención:
a) encontrar sus manos en ensueños,
b) ensoñar con un lugar concreto, y
c) "salir de su cuerpo". A la Gorda se le enseñó a utilizar su cuerpo de ensueño aprendiendo a volar con él. (EDA)

Para intentar despejar la avalancha de interrogantes que la partida de Don Juan y su grupo había desencadenado, Carlos y la Gorda deciden valerse del ensueño. Deciden ensoñar juntos. (EDA)

Carlos pregunta si hay algún método, y la Gorda le recuerda que Don Juan repetía que no hay procedimientos específicos: que verdaderamente cada ensoñador es singular e independiente. (EDA)

Sin embargo, para "ensoñar juntos", deberán hacerlo desde dos lugares distintos, lo más alejado posible el uno del otro. El primero que entra en el ensueño tiene que jalar al otro, agarrándolo del antebrazo. (EDA)

El grado de pericia que ambos tienen en ensoñar les permite entrar con facilidad, cada vez que comienzan una sesión, en un placentero estado de "vigilia en reposo". En su personal proceso de entrada al ensueño, Carlos distingue cuatro etapas en concreto: vigilia en reposo (percibiendo un difuso flujo de luz rojiza), escena congelada, evento dinámico, y actuación voluntaria propiamente dicha. (EDA)

El ensoñar de Carlos y la Gorda se centró al azar en tres áreas: en el paraje de las "dunas de arena", en el entorno del tigre "dientes de sable" y, lo más importante, en acontecimientos de su pasado que habían olvidado por completo. En este sentido, ensoñar juntos se convirtió para ellos en un medio para alcanzar un mundo inimaginado de recuerdos ocultos. La Gorda sostenía que si pudieran rearreglar en una secuencia lineal, temporalmente hablando, la "intensidad" de todo lo que habían olvidado, creerían haber vivido miles de años. (EDA)

Carlos y la Gorda descubrieron que la instrucción sobre el ensueño se divide en derecha (conciencia normal) e izquierda (conciencia acrecentada). Primero se enseña a los aprendices los principios elementales del arte de ensoñar, incluidas las tareas de encontrarse las manos, etc, en estados de conciencia normal, y luego se les coloca en conciencia acrecentada y se les deja en manos de sus instructores para el lado izquierdo. Debido al hecho de que todo lo vivido en conciencia acrecentada es olvidado por el aprendiz cuando regresa a su conciencia normal, Carlos sólo tenía constancia de lo que Don Juan le había enseñado en conciencia normal (y todo lo escrito hasta entonces sobre ese respecto versaba exclusivamente sobre ese material). A partir de su ensoñar juntos, Carlos y la Gorda consiguen reconstruir la instrucción que recibieron con Zuleica en estados de conciencia acrecentada. (EDA)

Para ensoñar dentro de una casa, lo mejor es hacerlo en oscuridad total, y sentado o acostado en una cama estrecha. En campo abierto hay que buscar las cavernas o las zonas montañosas, nunca zonas planas o cercanas al agua. (EDA)

En su primera sesión, Zuleica llevó a Carlos a un rincón totalmente oscuro de su casa, le sentó en una cuna estrecha, y le ordenó que fijara la vista justo enfrente, hasta que empezara a formarse una mancha de coloración. (Previamente Carlos había sido colocado en estado de conciencia acrecentada por Don Juan, quien le devuelve a su conciencia normal después de cada sesión). (EDA)

Al cabo de varias sesiones, Carlos comenzó a visualizar la mancha y a sentir una picazón en un punto fuera de su cuerpo físico. Zuleica le explica que ése es el punto donde se arma la segunda atención, un vórtice energético del cascarón luminoso, y le ordena masajearlo con los dedos. Carlos obedece, y al cabo de un rato comienza a percibir una "concavidad" en su cuerpo luminoso, creada por el movimiento del masaje. Entonces, repentinamente, Carlos siente como si físicamente le "enrollaran" dentro de una zanja, y entra en un placentero estado de "vigilia en reposo". (A partir de entonces Carlos adquiere una facilidad especial para entrar en "vigilia en reposo" antes de cada sesión.) (EDA)

Carlos saca sus propias conclusiones: En primer lugar comprende la imposibilidad de escribir lo que ocurre al ensoñar. Luego deduce que para ensoñar es necesario sensibilizar previamente (en estado de conciencia acrecentada) el punto de la segunda atención, por un lado, y las pantorrillas y el “punto medio del cuerpo” por otro, uniendo entonces estos dos últimos lo más posible colocando los muslos contra el pecho (produciéndose entonces la sensación de "enrollamiento"). (EDA)

Zuleica decía que, al ensoñar, la conciencia normal, el lado derecho, queda envuelto dentro de la conciencia del lado izquierdo con el fin de dar al ensoñador un mínimo sentido de sobriedad y racionalidad que le proteja de excesos y empresas grotescas. (EDA)

Un ensoñador, por definición, está fuera de los linderos de las preocupaciones de la vida cotidiana. En asuntos de la segunda atención, es la obsesión del ensoñador la que sirve de guía. (EDA)

En las últimas sesiones con Zuleica, Carlos aprende por fin a viajar en su cuerpo de ensueño a lugares más allá de esta tierra. Zuleica les lleva a él y a las aprendices a un astro lejano, donde presencian maravillas. (EDA)

Simultáneamente a las enseñanzas de Zuleica, y seguramente coordinado con ella, Don Juan por su parte puntualiza una serie de instrucciones que Carlos sí recordaba en su conciencia normal, aunque no sabía insertar en una secuencia lineal. Don Juan, por ejemplo, se preocupa de que la Gorda se sensibilice de la zona de su vientre, y aconseja a Carlos que se concentre en el plexo solar (la punta del esternón) para entrar de la manera más efectiva en el ensueño. A partir de entonces, y desde su conciencia normal, ambos entraban fácilmente en "vigilia en reposo" y en ensueños simplemente concentrándose en esas áreas. (EDA)

El tema de la postura cobra importancia a partir de cierto momento de la instrucción. Para una mujer, la mejor posición es sentarse con las piernas cruzadas, y después dejar que el cuerpo caiga como pueda. Al igual que la Gorda, Carlos había empezado acostándose de espaldas, hasta que "un día" Don Juan le dijo que era mejor sentarse en una esterilla delgada, juntando las plantas de los pies, y aplanando los muslos contra el suelo. (EDA)

Otro tema importante es la hora de ensoñar. Las mejores horas son las primeras de la madrugada, pues a esas horas la primera atención de la gente que es la que podría causar interferencias, está adormecida, desconectada. (EDA)

Los nuevos videntes descubrieron que el ensueño es la manera más directa y efectiva de mover el punto de encaje. (EFI)

La peligrosidad del ensueño hizo que los nuevos videntes recomendaran estrictamente que se comenzara a enseñar esta técnica a los aprendices mientras están en su estado de conciencia normal, pues en este estado tenemos más defensas. (EFI)

Hay que conseguir un equilibrio muy sutil: no interferir en los sueños, ni imponer nuestros deseos en ellos, pero sin embargo el movimiento del punto de encaje debe obedecer la orden del ensoñador. Interferir en los sueños es interferir en el movimiento natural del punto de encaje. Así que más bien se trata de mantener el punto de encaje fijo en el lugar al que se ha movido en el ensueño. He ahí el equilibrio. (EFI)

El "cuerpo de ensueño" (o doble) es el nuevo cuerpo provisional que crea el vidente cada vez que despierta en una nueva posición de ensueño. (EFI)

Al ensoñar realmente no hay manera de dirigir el punto de encaje, así que lo único que afecta a ese movimiento es la energía del ensoñador: ésta es la razón por la que los nuevos videntes idearon ese magnífico sistema de comportamiento llamado la senda del guerrero. (EFI)

El procedimiento utilizado por los nuevos videntes para lograr el cuerpo del ensueño se denomina el "orden del cimiento": Todo comienza por una solo acto premeditado, preciso y continuo, que engendra "intento inflexible". El intento inflexible nos conduce al silencio interno, y el silencio interno a la fuerza interna necesaria para mover el punto de encaje en sueños a posiciones convenientes. (EFI)

Una vez completado el cimiento viene el desarrollo del control, que consiste en mantener sistemáticamente la posición de ensueño aferrándose tenazmente a la posición del sueño. Cada vez que se ejercita este control se fortifica la fuerza interna, así que las posiciones de ensueño se van volviendo progresivamente más fuertes, hasta el momento en que uno puede despertar en una posición de ensueño lo cual es en realidad una maniobra de gran complejidad. (EFI)

Si contemplas las emanaciones del Águila sin tu cuerpo de ensueño es seguro que mueres, y si caes en la tentación de alargarte demasiado contemplándolas desde tu cuerpo de ensueño, acabas consumido por el fuego interno, así que la única solución está en "ensoñar juntos" que es una técnica basada al fin y al cabo en la inclinación natural del ser humano a compartir las emanaciones que percibe. (EFI)

Los guerreros jamás deben tratar de "ver" sin la ayuda del ensueño. De hecho, mover el punto de encaje y fijarlo en otro sitio es estar técnicamente dormido, así que, con el tiempo, los videntes aprenden a estar dormidos y comportarse como si no lo estuvieran. (EFI)

El cuerpo de ensueño de los nuevos videntes es una burbuja de luz, no una réplica del cuerpo físico. Un cuerpo impersonal es más conducente al entendimiento y la examinación. (EFI)

Despertar en una posición de ensueño significa realmente comenzar a vivir totalmente en otro sitio. (EFI)

El cuerpo de ensueño es conocido por diferentes nombres. El nombre que más me gusta es el "otro". Los antiguos videntes decían que el "otro" siempre se presenta envuelto en un velo de viento. (EFI)

Ensoñar es el arte de templar el cuerpo energético, de hacerlo coherente y flexible, ejercitándolo gradualmente. (ADE)

Los nuevos videntes creen que podemos ensoñar por nuestra cuenta, solos. Puesto que el ensueño utiliza un movimiento natural del punto de encaje, no deberíamos necesitar ayuda de nadie. Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nadie puede dárnosla, ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Sin ella, el movimiento del punto de encaje es caótico, como son caóticos nuestros sueños ordinarios. El procedimiento para llegar al cuerpo de ensueño es, pues, al fin y al cabo, la impecabilidad en nuestra vida diaria. (EFI)

En el flujo energético general del universo hay entradas y salidas, que funcionan a manera de compuertas. En el caso específico del ensueño hay siete entradas, siete obstáculos que los brujos llaman las siete compuertas del ensueño. (ADE)

Continúa AQUÍ

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Que tu comentario sea respetuoso; que tu crítica sea constructiva..."