ESPÍRITU
"Dijo que
en el universo hay una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos
llaman intento y que absolutamente
todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un
vínculo de conexión" (CS 12).
Castaneda
dedica todo un volumen de su obra, El
Conocimiento Silencioso, trabajo que cierra su segunda tetralogía, a narrar los que denomina "los centros
abstractos", narraciones de diversas formas de relación entre el guerrero
y el espíritu: las manifestaciones del espíritu, el toque del espíritu, los
trucos del espíritu, el descenso del espíritu, los requisitos del intento, el
manejo del intento. Dice que son mapas completos de series enteras de
acontecimientos; que cuando el aprendiz comprende los centros abstractos es
como si pusiera la piedra que cierra y sella una pirámide (CS 12-30).
Porque la única manera
de explicar el intento es experimentarlo en forma directa en la conexión viva
que existe entre el intento y nosotros mismos. "Los brujos llaman intento a lo indescriptible, al
espíritu, al abstracto, al nagual" (CS 33).
Don Juan emplea el término abstraer como la búsqueda de la libertad
de la percepción (AE 14); abstraer es ponerse a disposición del espíritu por
medio del puro entendimiento (CS 238)
Hay quienes
"obtienen paz, armonía, risa, conocimiento, directamente del
espíritu". Otros necesitan intermediarios que les ayuden a romper su
imagen de sí (CS 200). Porque para llegar al intento se requiere impecabilidad: acción de recanalizar la
energía que se libera al acabar con la importancia personal (FI 31). La
impecabilidad acumula esa energía. Sin importancia personal somos
invulnerables, pero acabar con ella es una obra maestra de abandono, frialdad y
audacia: no en vano la importancia personal es el origen de todos nuestros
males. Abandono, frialdad y audacia son los requisitos
del intento (CS 315). La maestría del intento es el enigma del espíritu (CS
15), y para lograrla el guerrero comienza por trabajar y limpiar su vínculo con
el intento, tarea que - de nuevo - remite a acabar con la importancia y la
historia personales, que producen la imagen de sí.
Cultivando el abandono,
la frialdad y la audacia el guerrero "compra su boleto para ir a la
impecabilidad" (CS 315): libera energía y la recanaliza.
En este trabajo el guerrero usa a su muerte como consejera. Pensar
en nuestra muerte nos da claridad (RA 56-58). Está siempre con nosotros: nunca
se para; a veces apaga las luces, eso es todo (RA 58). Solo la idea de la
muerte da al hombre el desapego suficiente para no abandonarse a nada, para
mantenerse impecable (RA 175). No podemos darnos importancia si sabemos que la
muerte nos está acechando (VI) 62). Hasta que derrotamos a la muerte, y ésta nos
deja en paz; logramos un estado de conciencia total, modo alternativo de morir:
es la libertad.
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