(Nagual Julio Diana)
Uel itech peuhtica, uel itech quiztica
in Quetzalcoatl in ixquich in Toltecayotl,
in nemachtilli…
Ihuan in tlamacazque Tollan tlamatiliztli
inic
otlamanitiaia, inic otlamanca in nican Mexico
En verdad con Él se inició, en verdad
de Él proviene
de Quetzalcoatl, toda la Toltequidad,
el saber…
Y los sacerdotes así guardaban en Tula
Sus preceptos,
como se han guardado aquí en México.
EL CONOCIMIENTO TOLTECA
La toltecayotl o toltequidad en lengua
nahuatl es tan antigua como el hombre americano. Es muy probable que inclusive
la raíz “tol”, que significa “marchar juntos o en común” estuviera
incorporada en el lenguaje de aquellos extraordinarios hombres que atravesaron
el mar de hielo de Bering hace 50,000 años.
Se extendieron por toda América, pero
en la zona Andina y en lo que hoy llamamos Mesoamérica, llegaron a niveles
excelsos de sabiduría en todos los aspectos.
Al principio vagaron de aquí para
allá, pero ya reflejaban en sí mismos su naturaleza. De ahí que el Popol Vuh,
el libro sagrado de los maya-quichés afirme
“…la
piel de los animales eran sus únicos vestidos. No tenían buenas telas con las
cuales vestirse, pues eran pobres… pero
su naturaleza era de seres prodigiosos”
Con esto afirmamos que la toltequidad
era la cultura intrínseca de todas las manifestaciones civilizadas de los
antiguos habitantes de América.
No importaba, luego entonces, a qué
nación se pertenecía…simplemente el solo hecho de efectuar las cosas a la
perfección, con devoción, con amor y sabiduría te identificaba como un tolteca.
Mesoamérica se llamaba entonces
Anahuac (rodeada por agua) y
conformaba un inmenso territorio geográficamente delimitado por las diversas
naciones que allí moraban: olmecas, mayas, zapotecas, nahuas, etcétera.
El padre Molina, que creó uno de los
primeros diccionarios en lengua nahuatl y español consultando a los sabios
tenochcas, supo que el término toltecayotl significaba para los antiguos “el Arte para Vivir”.
Así que, a partir de aquí, me referiré
como toltecas a todos los antiguos
habitantes de Anahuac, independientemente de si fueron olmecas, mayas, nahuas,
etc., salvo en aquellos casos en que específicamente tenga que mencionarlos.
Los primeros toltecas, los Olmeca,
hasta donde se sabe los más antiguos de la historia de estas regiones
mesoamericanas, definieron principios esenciales como la escritura glífica, el
calendario, la filosofía dual del tonal y del nagual, los conceptos de Ometeotl
y Quetzalcoatl –más adelante nos explayaremos sobre estas dos manifestaciones
energéticas de la
Divinidad- las posturas psicofísicas contemplativas de
expansión de la conciencia, las matemáticas y otras ciencias y artes que fueron
reproducidas sistemáticamente por las naciones que les siguieron.
Al respecto, en el Libro Décimo,
Párrafo Doce, de su obra magistral, el padre Sahagún lo refiere explícitamente:
"Olmecas…y
dizen que son tultecas, que quiere decir oficiales de todos oficios primos y
sotiles en todo, y que son descendientes de los tultecas"
Si quedaba alguna duda, este párrafo
lo aclara todo al confirmar la antigüedad milenaria de la toltecayotl.
Toltequidad proviene de Tula o Tollan,
nombre mítico aplicado a ciudades capitales de importancia.
En 1941, los académicos cometieron un
grave error de apreciación al imponer la creencia de que Tula solamente fue la
ciudad por todos conocida en el Estado de Hidalgo, en México. Ahora sabemos que
su nombre era Tula Xicocotitla (Lugar de
Avispas) y que tuvo tal nombre tolteca debido a que fue líder en su tiempo
y época en los aspectos de cultura y sabiduría, amén de haber sido regida por
el extraordinario Ce Acatl Nacxitl Topiltizin Quetzalcoatl, Uno Caña Cuarto Paso Nuestro Venerable Señor
Serpiente Emplumada… del cual hablaremos un poco más adelante, pues este
mensajero apuntaló y reactualizó la toltequidad que había quedado casi desaparecida
y dispersa después de la decadencia de Teotihuacan.
Por cierto, tenemos también que la
sagrada ciudad de Teotihuacan fue Tula
Teotihuacan y probablemente el sitio del apogeo, del máximo esplendor de la
antigua y sabia espiritualidad de los toltecas.
Remito al amable lector el testimonio
de los tlamatinimeh (los sabios)
nahuas que al referirse a Tula Teotihuacan nos dicen:
“Allí
vinieron a reunirse en Teotihuacan,
allí
se dieron sus órdenes,
allí
se estableció el señorío.
Los
que se hicieron señores,
fueron
los sabios,
los
conocedores de las cosas ocultas,
los
poseedores de la tradición…”
Atención a los sabios, los conocedores de
las cosas ocultas, los poseedores de
la tradición. Esta última frase denota sin lugar a dudas que el concepto tolteca
de sabiduría y arte de vivir ya era antiguo en Teotihuacan. Y sabemos muy bien
que esta magnífica ciudad, orgullo de México, tuvo una larga existencia desde
antes de nuestra era.
Desde la arquitectura y la cosmogonía,
pasando por la disposición calendárica de sus edificios, templos, altares y
pirámides, en Teotihuacan se comprueba un hilo conductor que nos remonta a
épocas remotísimas, hacia la llamada “cultura madre”, los toltecas Olmecas…
Y ¿qué se puede decir de su magnífico
Templo de Quetzalcoatl? Una prueba más de que el mito de la Serpiente Emplumada
–que eso significa- estaba vigente y muy presente entre los teotihuacanos,
contradiciendo a aquellos que temerariamente afirman que el único Quetzalcoatl es el de Tula Xicocotitla, ciudad que, como ya
hemos dicho, fue posterior a
Teotihuacan, “lugar en donde los hombres se
convierten en dioses”.
Y quiero mencionar a los toltecas Xahil, una rama de los mayas,
que en sus Anales comentan:
“Hacia los cuatro rumbos está
Tula. Hay una Tula en el oriente y otra en el Inframundo; hay una donde se pone
el Sol y otra en el trono de Dios.”
No cabe duda que aquí está una de las
tantas confirmaciones de la universalidad de Tula ya que los mayas Xahil la
ubican como sostenedoras del Universo, nada más ni nada menos.
Dicho lo anterior, no queda ya ninguna
duda sobre la antigüedad del pensamiento de la cultura tolteca enmarcada por
sus naciones representantes de la época en que se manifestaba.
Sobre el tema de la serpiente
emplumada o lo que es lo mismo, la mítica y ancestral relación entre el reptil
y el ave, volveré más adelante, pues es fundamental para entender no sólo el
mensaje tolteca de Quetzalcoatl sino toda la doctrina de la superación de los
seres humanos.
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