EL NAGUAL NO ES DIOS...

El nagual no es Dios, no es divino, ni siquiera es humano: los antiguos mexicanos lo representaban como un animal. Eso nos da una lección de HUMILDAD. Creer que hay un ser grandote allá arriba no es más que el reflejo del Ego. La religión tolteca te propone esta idea: no hay más divinidad que la que uno mismo alcanza mediante el cultivo de la voluntad. Esa divinidad, que nada tiene que ver con creencias, era llamada MOYOKOYANI, "el que se crea a sí mismo".

Si quieres saber si la Divinidad existe, haz una prueba: levántate en el aire y flota. El nagual no se somete a la ley de gravedad.

Nagual es un nombre para la práctica: come hongos, ensueña, medita hasta el extasis, ayuna hasta que Veas... La característica de la vivencia del nagual es que desaparece todo sentimiento-intuición de unidad. El nagual no tiene consideraciones para el ego.

"El igualarse a un perro es un retraso a la evolución." ¡Hombre! Está demostrado que los perros tienen mayor complejidad genética que nosotros. En lo único que les aventajamos es en poder razonar, pero la razón es un subproducto insignificante de la conciencia. EL NAGUAL NO ES RACIONAL.

Puede que, en su momento, "divino" fuera una buena palabra. Ahora se gastó. La seguimos usando por rutina. Si le das vuelo a la mente, ella puede pensar cosas grandiosas. Pero nada de eso tiene que ver contigo. Antes de platicar sobre el nagual, hazte una pregunta sana: ¿cuánto tiempo de segunda atención he acumulado? Es decir: ¿cuántos vuelos de hongo? Recuerda que, llegado el momento, las ideas que tengas sobre el mundo son lo de menos: lo que importa es tu experiencia. Por eso he dicho - y sólo repito a Castaneda - que al nagual únicamente se le entiende a través de la práctica. "No se puede pensar en él, pero sí manipularlo".