49) “Castañeda prometió regresar en
febrero de 1992, pero no lo hizo. Nadie se lo reprochó. Cualquier lector de
Castañeda era consciente de que la verdad es un concepto demasiado flexible
para un maestro del acecho. Y además, un nagual es un mesías, un redentor.
Alguien equiparable al Buda, Jesucristo o Mahoma. Al menos para sus seguidores.
Y a Buda, Jesucristo o Mahoma no se le hacen reproches...”
MC,
impávido ante su ignorancia, ni idea tiene de cómo definió CC a un Nagual en
casi toda su obra. Para el desprevenido lector que se siente identificado con
la idea de que MC es un verdadero conocedor, le diré que un Nagual NO es ni
mesías ni redentor. Un Nagual verdadero podría tener atributos de los avatares
que menciona, pero no tiene interés en “salvar” a nadie. ¿Salvar de qué? ¿De su
propia idiotez simiesca? No, para nada. Aunque a MC le hubiera venido bien…
50) “Lo cierto es que a mí me dieron
ganas de ponerme en la cola, y no crean que no me lamenté de no poder ser uno
de los afortunados castigadores de Perla, a fin de que ésta pudiera quitarse de
encima la importancia personal que tenía de creerse muy señora, cuando que era
muy puta, según el Nagual, o al menos según lo que ella le había entendido al
Nagual”.334 (Juan Morales)
Imagino que a algunos lectores puede
escandalizarse lo duro de este tratamiento, pero no es una excepción. Como ya
he dicho la crueldad “impecable” y la falta de compasión, son dos de los
argumentos más recurrentes en el modus operandi de la “vía del guerrero”. Un
camino no acto para espíritus flácidos ni pusilánimes...”
Cada
Nagual tiene su forma de ser. Y no olviden, no me canso de repetirlo, que NO se
es nagual las 24 horas. Un nagual no es un santo ni un avatar (lo que afirmo en
el punto 49) y CC –nos guste o no- tenía su estilo. Eso sí, MC fue flácido y
pusilánime. Por eso terminó de pinche tiranitito frustrado odiando al gran
Carlitos.
51) “Pasamos, también, frente al Hotel
Imperial, número 64 de la calle, y vimos la puerta giratoria que señala
Castañeda en uno de sus libros, puerta en la que recibió un empujón de Don Juan
que le teleportó, a través de los misterios de la segunda atención, de tal
manera que vino a aparecer instantáneamente en una Agencia de Viajes situada
unas manzanas más allá.”
MC
ni cuenta se da que Juan Morales se equivoca totalmente. En Reforma 64
efectivamente está el Hotel Imperial, pero NO FUE ALLÍ donde DJ le dio el
empujón que lo teletransportó a 2 km de distancia haciéndolo aparecer en el
famoso mercado de La Lagunilla.
En
realidad, el evento fue en la puerta giratoria de una oficina de Aeroflot
(Líneas Aéreas Soviéticas, en aquel tiempo) situada en otra esquina un poco más
atrás del número 64 de Ave. Reforma que menciona, erróneamente, Juan Morales.
52) “páginas
223 a 226, MC nos relata su encuentro con CC. Y critica las ocurrencias del
nagual. Hay que comentar las locuras de los maestros zen en sus respuestas. Por
ejemplo cuando DJ le dijo a CC que se tirara un pedo hacia el Este y si sonaba
duro, es que su recapitulación estaba funcionando”
Como monje zen, podría relatarles peores “locuras”,
relatos y respuestas de reputadísimos maestros zen de todos los tiempos. Muchas
de estas enseñanzas, amonestaciones y respuestas acompañadas de sonoros pedos,
terribles bofetadas y patadas y respuestas aparentemente incoherentes dirigidas
al Espíritu del oyente o discípulo. MC se escandaliza porque quiere razonarlo
todo desde el Tonal. Y eso lo inhabilita para “ver y entender”.
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