"Ensoñar es normal. Lo extraño es que nuestra cultura rechace la idea de ser deliberados mientras dormimos (es como si a ALGUIEN le conviniera que permanezcamos subconscientes).
Volar bajito está bien y volar alto, mejor. No temas a caerte y morir; finalmente, eso es lo que te está pasando desde que naciste.
Quien no tiene nada que perder, tiene todo su potencial a disposición. Así que, es importante entender que estamos en caída libre hacia la muerte. Pero no tienes que deprimirte por ello; afortunadamente, la muerte es sólo una experiencia subjetiva.
La muerte se puede trascender de dos maneras (mejor aún, a través de ambas): con obras que dejen una huella impersonal o con todo lo que tenemos, incluyendo el cuerpo y la personalidad.
La idea de que ya sabemos cómo es el mundo es infantil; apenas estamos saliendo de la etapa animal. Quienes han tenido más experiencia aseguran que hay otro mundo - lo cual es un modo literario de decir que se puede cambiar radicalmente.
Trata de verte las manos. INTÉNTALO ahora mismo. Verse las manos en vigilia no es distinto de vérselas en ensueño.
Si ya te las viste, no tengo más que decirte. Si no, INTÉNTALO OTRA VEZ. Quiero que te des cuenta de que estás despierta y puedes hacer con el mundo lo que te dé la gana..."
(Frank Díaz Yáok, segunda parte de la carta)
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