LA MUERTE
Los guerreros viven con la muerte al lado, y de saber que la muerte está con ellos extraen el valor para enfrentar cualquier cosa. Lo peor que podía pasarnos es que tenemos que morir, y puesto que ése ya es nuestro destino inalterable, estamos libres; aquellos que han perdido todo ya no tienen nada que temer. (EFI)
La noción de la muerte es de monumental importancia en la vida de los brujos. Lo que nos da cordura y fortaleza es saber que nuestro fin es inevitable. Nuestro error más costoso es permitirnos no pensar en la muerte. (ECS)
Sin una visión clara de la muerte, no hay orden para los brujos, no hay sobriedad, no hay belleza. Los brujos se esfuerzan sin medida por tener a su muerte en cuenta, con el fin de saber, al nivel más profundo, que no tienen ninguna otra certeza sino la de morir. (ECS)
La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu. (URA)
Cada trocito de conocimiento que se vuelve poder tiene a la muerte como fuerza central. (URA)
Un hombre que sigue los caminos del conocimiento se enfrenta en cada recodo con la aniquilación inminente, así que sin poder evitarlo se vuelve terriblemente consciente de su muerte. (URA)
La conciencia de la muerte provoca en el guerrero más desapego que obsesión. Solo la conciencia de la muerte da al hombre el desapego suficiente para que sea incapaz de abandonarse a nada, de negarse nada. (URA)
La muerte no es nada. No sé qué es la muerte. Pero te puedo hablar de la tuya. La muerte tiene dos etapas: un oscurecimiento superficial y un encuentro frontal; la muerte choca contra nosotros con su callada furia y su poder, hasta que disuelve nuestras vidas en la nada. La muerte no es nada. Es un puntito perdido en las hojas de tu cuaderno. Pero entra en ti con fuerza incontrolable, y te expande... (URA)
La muerte está siempre a la izquierda, a la distancia de un brazo, y siempre se anuncia como un escalofrío en la espalda. (VAI)
La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cuando te sientas perdido, pregúntale a tu muerte; ella te dirá: "todavía no te he tocado". La sola sensación de sentir a la muerte a nuestro lado nos hace quitarnos toneladas de importancia. (VAI)
En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos ni dudas. Sólo hay tiempo para decisiones. (VAI)
Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuesto a morir por ellas. (VAI)
La muerte es cualquier cosa que uno desee. (VAI)
La muerte está en todas partes. Es como los faros de un coche que alumbran detrás de nosotros. De pronto desaparecen tras una colina, y luego vuelven a aparecer. Ésas son las luces que lleva la muerte sobre su cabeza. La muerte se las pone por sombrero y se lanza al galope, ganándonos terreno, acercándose más y más. A veces apaga sus luces, pero eso es todo. La muerte nunca se detiene. (RDP)
La muerte es el ingrediente indispensable del "tener que creer" que los guerreros practican- (RDP)
La totalidad de nosotros mismos es algo muy misterioso. Necesitamos solamente una porción muy pequeña de esa totalidad para llevar a cabo las tareas más complejas dela vida. Pero, al morir, morimos con la totalidad de nosotros mismos. (RDP)
Cada minuto puede ser el último; por tanto, tiene que ser vivido con el espíritu. (EDA)
Lo mejor de nosotros mismos siempre sale a flote cuando nos encontramos entre la espada y la pared. (RDP)
No hay nada primoroso o pacífico en la muerte. El verdadero terror comienza al morir, cuando la incalculable fuerza del Águila te exprima todos los aleteos de conciencia que tuviste. (EDA)
La muerte es dolorosa solo cuando le viene a uno en la cama, enfermo. En una lucha a vida o muerte, no se siente dolor; si acaso sientes algo, es exaltación. (ECS)
Una de las diferencias más dramáticas entre los hombres civilizados y los brujos es la muerte dulce y bondadosa. Pueden estar mortalmente heridos, y sin embargo, no sentir ningún dolor. Y aún lo más extraordinario es que la muerte deja que los brujos la manejen. (ECS)
La mayor diferencia entre el hombre común y el brujo es que el brujo domina a su muerte con su velocidad. (ECS)
En el mundo de la vida cotidiana, nuestras decisiones se pueden cancelar con mucha facilidad. Lo único irrevocable en nuestro mundo es la muerte. En el mundo de los brujos, por el contrario, la muerte normal puede recibir una contraorden, pero no la palabra ni las decisiones de un brujo, las cuales no se pueden cambiar ni revisar. Una vez tomadas, valen para siempre. (ECS)
Los brujos tienen dominio sobre su propia muerte. Mueren solamente cuando deben hacerlo. (ECS)
Me morí en ese campo. Sentí que mi conciencia salía flotando de mí y se encaminaba hacia el Águila. Pero como había recapitulado mi vida, el Águila no se tragó mi conciencia; me escupió como una pepita de ciruela. Puesto que mi cuerpo estaba muerto en el campo, y un brujo no puede dejar el cuerpo atrás, el Águila no me dejó pasar a la libertad. Fue como si me indicara regresar y tratar otra vez. Ascendí a las cumbres de la negrura y descendí otra vez a la luz de la tierra. Y me encontré en una tumba superficial en el borde del sembrado. (ECS)
El boleto de un brujo para ir a la impecabilidad es su muerte. (ECS)
Los brujos nunca buscan a nadie. Y yo era brujo. Había pagado con la vida el error de no darme cuenta de que los brujos jamás se acercan a nadie. Desde ese día solo he aceptado la compañía o los cuidados de gente o de guerreros que están muertos, como yo. (ECS)
La muerte es nuestro único adversario que vale la pena. La muerte es quien nos reta y nosotros nacemos para aceptar ese reto, seamos hombres comunes o brujos. La muerte no es un enemigo, aunque así lo parezca. No es nuestra destructora, aunque así lo pensemos. (ECS)
La vida es el proceso mediante el cual la muerte nos desafía. La muerte es la fuerza activa. Nosotros somos seres pasivos. Si nos movemos es debido a la presión de la muerte. (ECS)
Los brujos hacen eso; derrotan a la muerte y ésta reconoce su derrota dejándolos en libertad, para nunca retarlos más. Esto no significa que se vuelvan inmortales. Significa que la muerte deja de retarlos, eso es todo. (ECS)
Nuestra muerte es algo enteramente personal, de cada uno de nosotros; y es una mancha negra permanentemente colocada detrás del hombro izquierdo. Los brujos saben cuando una persona está próxima a morir, porque "ven" que la mancha negra se convierte en una sombra móvil del tamaño y la forma exactos de la persona a la que pertenecen. (ECS)
La muerte golpea a los seres fuertes y saludables con un golpe parecido a un pelotazo o un leve puñetazo. Pero cuando esos seres están moribundos, la muerte los ataca con acometidas parecidas a puñaladas. (ECS)
La "tumbadora" (que es como los toltecas llamaban a la muerte) es una fuerza de las emanaciones del Águila que nos golpea a cada instante... Cuando se la ve es mortal, pero tenemos escudos "sociales", "energéticos", que nos impiden verla. (EFI)
Los videntes describen a la "tumbadora" como una línea eterna de anillos iridiscentes o bolas de fuego que ruedan incesantemente sobre los seres humanos. Los seres orgánicos luminosos son golpeados sin tregua por esta fuerza, también llamada la "fuerza rodante", hasta el día en el que los golpes resultan ser demasiado para ellos y los hacen finalmente desplomarse. Los antiguos videntes quedaron boquiabiertos al "ver" entonces cómo la fuerza rodante los tumba al pico del Águila para ser devorados. Por esa razón llamaban a esa fuerza la "tumbadora". (EFI)
La fuerza rodante es el medio a través del cual el Águila distribuye conciencia y vida. Y al mismo tiempo es la fuerza que hace morir a los seres vivientes. (EFI)
El peligro de "ver" la fuerza rodante es mínimo si el "ver" es intencional. Pero es muy peligroso si el movimiento del punto de encaje es involuntario, como cuando estamos enfermos o ebrios. (EFI)
Cuando el punto de encaje se mueve involuntariamente, la fuerza rodante raja el capullo. Te he hablado muchas veces de la abertura que tiene el hombre debajo del ombligo. No queda realmente debajo del ombligo en sí, sino en el capullo, a la altura del ombligo. Es más como una hendidura, un defecto natural en el liso capullo. Es ahí donde nos golpea incesantemente la tumbadora y donde se raja el capullo. (EFI)
Cuando el punto de encaje se mueve drásticamente debido a los efectos de un trauma o de una enfermedad mortal, la fuerza rodante produce una rajadura a todo lo largo del capullo; el capullo se desploma, se arrolla sobre sí mismo, y el individuo muere. (EFI)
Somos realmente frágiles. A medida que la tumbadora nos golpea una y otra vez, la muerte entra dentro de nosotros a través de la abertura. La muerte es la fuerza rodante. Cuando encuentra una debilidad en la abertura de un ser luminoso, automáticamente raja el capullo, lo abre y lo hace desplomarse. (EFI)
No se trata de círculos propiamente dichos, sino de una fuerza circular que le da a los videntes que "ensueñan" una sensación de anillos. Y tampoco hay diferentes tamaños. Es una sola fuerza indivisible que se amolda a todos los seres vivientes, orgánicos e inorgánicos. (EFI)
La fuerza rodante no es tan mala. En realidad es hermosa. Los nuevos videntes recomiendan que nos abramos a ella. Los antiguos videntes también se abrieron a ella, pero con razones y con propósitos guiados sobre todo por la importancia personal y la obsesión. (EFI)
Como resultado de sus prácticas, los antiguos videntes se vieron aprisionados por la fuerza rodante, y también como resultado de sus prácticas, la fuerza rodante dio a los nuevos videntes el don de la libertad. Al familiarizarse con la fuerza rodante a través de la maestría del intento, en cierto momento, los nuevos videntes abren sus capullos y la fuerza rodante los inunda en vez de enroscarlos como una cochinilla. El resultado final es su desintegración total e instantánea. (EFI)
La fuerza rodante está compuesta por dos fuerzas separadas: la fuerza circular, que golpea primero, es la fuerza dadora de vida; y la fuerza tumbadora, que golpea inmediatamente después, es la fuerza de la muerte. (EFI)
Los nuevos videntes "vieron" que ambas fuerzas están fusionadas, pero que no son iguales. (EFI)
En cada ser viviente el equilibrio de las dos fuerzas es muy delicado. Si en cualquier momento dado un individuo siente que la fuerza tumbadora le golpea con mayor fuerza que la circular, esto significa que el equilibrio está roto; a partir de entonces la fuerza tumbadora golpea más y más duro, hasta que rompe la abertura del ser viviente y lo hace morir. (EFI)
Es un error aislar cualquier cosa para "verla". Al principio, los nuevos videntes hicieron exactamente lo opuesto de sus predecesores. Enfocaron con igual atención el otro lado de la tumbadora. Y lo que les pasó fue tan terrible como lo que les pasó a los antiguos videntes, o aún peor. Tuvieron muertes estúpidas, al igual que el hombre común y corriente. No tenían ni el misterio ni la malevolencia de los antiguos videntes, pero tampoco tenían la sed de libertad de los videntes de hoy. Aquellos primeros nuevos videntes sirvieron a todo el mundo, enfocaban su "ver" en el acto de conferir la vida, estaban llenos de amor y bondad. Pero eso no impidió que la muerte los arrollara. (EFI)
Los antiguos videntes enfocaron el aspecto destructor de la tumbadora porque creían que sus vidas dependían de lo que "vieran". Estaban seguros de que su "ver" iba a darles respuestas a preguntas tan viejas como el tiempo. Pensaron que si desentrañaban los secretos de la fuerza rodante serían invulnerables e inmortales. (EFL)
Los antiguos videntes observaron a sus aliados, y "viendo" que eran seres vivientes con una resistencia a la fuerza rodante mucho más grande que la nuestra, se ajustaron al molde de sus aliados. (EFI)
Los nuevos videntes lo cambiaron todo al darse cuenta de que mientras el hombre tenga un capullo no hay manera de aspirar a la inmortalidad. Los antiguos videntes nunca se dieron cuenta de que el capullo humano es un receptáculo y que no puede sostener indefinidamente el embate de la fuerza rodante. (EFI)
La conciencia de ser comienza con la presión permanente que ejercen las emanaciones en grande sobre las del interior del capullo. Esta presión produce el primer acto de conciencia; detiene el movimiento de las emanaciones atrapadas, que incesantemente luchan por romper el capullo para salir, para morir. Los videntes saben que en verdad todos los seres vivientes luchan por morir. Lo que detiene a la muerte es estar consciente de ser. (EFI)
Lo que ocurre en el momento de la muerte es que toda la energía interior es liberada a la vez. En ese momento los seres humanos se ven inundados por la fuerza más inconcebible. No es la fuerza rodante que ha roto sus aberturas, porque esa fuerza jamás penetra al interior del capullo; sólo la hace desplomarse. Lo que los inunda es la fuerza de todas las emanaciones que repentinamente quedan alineadas después de estar adormecidas durante toda una vida. No hay otra salida para una fuerza tan gigante, sino escapar a través de la abertura rota. Eso es la muerte. (EFI)
Miles de brujos han conseguido retener la fuerza vital después de entregar sus experiencias vitales al “oscuro mar de la conciencia”. Para Don Juan esto quería decir que los chamanes no mueren en el sentido habitual en que entendemos la muerte, sino que la trascienden reteniendo la fuerza vital y desapareciendo de la faz de la tierra cuando emprenden el “viaje definitivo” de la percepción. (PM)
En el momento de la muerte los chamanes no son aniquilados, sino que se transforman en “seres inorgánicos”: seres que tienen conciencia pero que carecen de organismo. Para ellos la transformación en un ser inorgánico era evolucionar, y suponía el acceso a una clase de conciencia nueva e indescriptible, conciencia que realmente duraría millones de años y que algún día tendrían que devolver a lo que se las había dado: el “oscuro mar de la conciencia”. (PM)
El misterio es lo único que importa. Somos seres vivientes; tenemos que morir y renunciar a nuestra conciencia. Pero, si pudiéramos cambiar tan solo un matiz, un hilo de eso, ¡qué misterios deben aguardarnos! (EFI)
La muerte simbólica de un guerrero no es una muerte física. El criterio que indica que un guerrero ha "muerto" es cuando ya no le importa si tiene cmpañía o está solo. (LAI)
Somos seres que van a morir; y, sin esa aceptación básica, nuestras vidas, nuestros quehaceres y el mundo en que vivimos son asuntos inmanejables. (LAI)
Los chamanes tienen una ventaja: como saben que son seres que van camino a la muerte, tienen a alguien susurrñandoles incansablemente en el oído que todo es efímero. Ese susurro es el de la muerte, la consejera infalible, la única que nunca te va a mentir. (LAI)
Para un brujo, la muerte es un factor unificante, no desintegrador. Un acto de unificación que emplea todo ápice de su energía. Para los bujos no hay cadáver, no hay descomposición. Sus cuerpos en su totalidad se vuelven energía, una energía que tiene conciencia, que no está fragmentada. (LAI)
Si no tienes nada por qué morir, ¿cómo puedes sostener que tienes algo por qué vivir? Los dos van de la mano, y la muerte lleva el timón. (LAI)
La figura y significación de la muerte, dentro de la concepción tolteca, también supuso una impactante fuente de asombro para el lector occidental. Por un lado, Don Juan insiste cuidadosamente en la radical certeza de nuestra muerte, hasta el punto de identificarla con una presencia y una fuerza cuya existencia concreta es independiente del pensamiento o la imaginación. Las imágenes a las que recurre pueden parecer demasiado humanas o contradictorias, pero el propósito final de esas descripciones es claro para el buen entendedor: que nadie pierda el tiempo confiando en la inmortalidad. Cada minuto es precioso si nuestra muerte es imprevisible, inevitable, terrorífica, final; si su existencia es tan real que roza los términos de lo material.
Los guerreros viven con la muerte al lado, y de saber que la muerte está con ellos extraen el valor para enfrentar cualquier cosa. Lo peor que podía pasarnos es que tenemos que morir, y puesto que ése ya es nuestro destino inalterable, estamos libres; aquellos que han perdido todo ya no tienen nada que temer. (EFI)
La noción de la muerte es de monumental importancia en la vida de los brujos. Lo que nos da cordura y fortaleza es saber que nuestro fin es inevitable. Nuestro error más costoso es permitirnos no pensar en la muerte. (ECS)
Sin una visión clara de la muerte, no hay orden para los brujos, no hay sobriedad, no hay belleza. Los brujos se esfuerzan sin medida por tener a su muerte en cuenta, con el fin de saber, al nivel más profundo, que no tienen ninguna otra certeza sino la de morir. (ECS)
La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu. (URA)
Cada trocito de conocimiento que se vuelve poder tiene a la muerte como fuerza central. (URA)
Un hombre que sigue los caminos del conocimiento se enfrenta en cada recodo con la aniquilación inminente, así que sin poder evitarlo se vuelve terriblemente consciente de su muerte. (URA)
La conciencia de la muerte provoca en el guerrero más desapego que obsesión. Solo la conciencia de la muerte da al hombre el desapego suficiente para que sea incapaz de abandonarse a nada, de negarse nada. (URA)
La muerte no es nada. No sé qué es la muerte. Pero te puedo hablar de la tuya. La muerte tiene dos etapas: un oscurecimiento superficial y un encuentro frontal; la muerte choca contra nosotros con su callada furia y su poder, hasta que disuelve nuestras vidas en la nada. La muerte no es nada. Es un puntito perdido en las hojas de tu cuaderno. Pero entra en ti con fuerza incontrolable, y te expande... (URA)
La muerte está siempre a la izquierda, a la distancia de un brazo, y siempre se anuncia como un escalofrío en la espalda. (VAI)
La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cuando te sientas perdido, pregúntale a tu muerte; ella te dirá: "todavía no te he tocado". La sola sensación de sentir a la muerte a nuestro lado nos hace quitarnos toneladas de importancia. (VAI)
En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos ni dudas. Sólo hay tiempo para decisiones. (VAI)
Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuesto a morir por ellas. (VAI)
La muerte es cualquier cosa que uno desee. (VAI)
La muerte está en todas partes. Es como los faros de un coche que alumbran detrás de nosotros. De pronto desaparecen tras una colina, y luego vuelven a aparecer. Ésas son las luces que lleva la muerte sobre su cabeza. La muerte se las pone por sombrero y se lanza al galope, ganándonos terreno, acercándose más y más. A veces apaga sus luces, pero eso es todo. La muerte nunca se detiene. (RDP)
La muerte es el ingrediente indispensable del "tener que creer" que los guerreros practican- (RDP)
La totalidad de nosotros mismos es algo muy misterioso. Necesitamos solamente una porción muy pequeña de esa totalidad para llevar a cabo las tareas más complejas dela vida. Pero, al morir, morimos con la totalidad de nosotros mismos. (RDP)
Cada minuto puede ser el último; por tanto, tiene que ser vivido con el espíritu. (EDA)
Lo mejor de nosotros mismos siempre sale a flote cuando nos encontramos entre la espada y la pared. (RDP)
No hay nada primoroso o pacífico en la muerte. El verdadero terror comienza al morir, cuando la incalculable fuerza del Águila te exprima todos los aleteos de conciencia que tuviste. (EDA)
La muerte es dolorosa solo cuando le viene a uno en la cama, enfermo. En una lucha a vida o muerte, no se siente dolor; si acaso sientes algo, es exaltación. (ECS)
Una de las diferencias más dramáticas entre los hombres civilizados y los brujos es la muerte dulce y bondadosa. Pueden estar mortalmente heridos, y sin embargo, no sentir ningún dolor. Y aún lo más extraordinario es que la muerte deja que los brujos la manejen. (ECS)
La mayor diferencia entre el hombre común y el brujo es que el brujo domina a su muerte con su velocidad. (ECS)
En el mundo de la vida cotidiana, nuestras decisiones se pueden cancelar con mucha facilidad. Lo único irrevocable en nuestro mundo es la muerte. En el mundo de los brujos, por el contrario, la muerte normal puede recibir una contraorden, pero no la palabra ni las decisiones de un brujo, las cuales no se pueden cambiar ni revisar. Una vez tomadas, valen para siempre. (ECS)
Los brujos tienen dominio sobre su propia muerte. Mueren solamente cuando deben hacerlo. (ECS)
Me morí en ese campo. Sentí que mi conciencia salía flotando de mí y se encaminaba hacia el Águila. Pero como había recapitulado mi vida, el Águila no se tragó mi conciencia; me escupió como una pepita de ciruela. Puesto que mi cuerpo estaba muerto en el campo, y un brujo no puede dejar el cuerpo atrás, el Águila no me dejó pasar a la libertad. Fue como si me indicara regresar y tratar otra vez. Ascendí a las cumbres de la negrura y descendí otra vez a la luz de la tierra. Y me encontré en una tumba superficial en el borde del sembrado. (ECS)
El boleto de un brujo para ir a la impecabilidad es su muerte. (ECS)
Los brujos nunca buscan a nadie. Y yo era brujo. Había pagado con la vida el error de no darme cuenta de que los brujos jamás se acercan a nadie. Desde ese día solo he aceptado la compañía o los cuidados de gente o de guerreros que están muertos, como yo. (ECS)
La muerte es nuestro único adversario que vale la pena. La muerte es quien nos reta y nosotros nacemos para aceptar ese reto, seamos hombres comunes o brujos. La muerte no es un enemigo, aunque así lo parezca. No es nuestra destructora, aunque así lo pensemos. (ECS)
La vida es el proceso mediante el cual la muerte nos desafía. La muerte es la fuerza activa. Nosotros somos seres pasivos. Si nos movemos es debido a la presión de la muerte. (ECS)
Los brujos hacen eso; derrotan a la muerte y ésta reconoce su derrota dejándolos en libertad, para nunca retarlos más. Esto no significa que se vuelvan inmortales. Significa que la muerte deja de retarlos, eso es todo. (ECS)
Nuestra muerte es algo enteramente personal, de cada uno de nosotros; y es una mancha negra permanentemente colocada detrás del hombro izquierdo. Los brujos saben cuando una persona está próxima a morir, porque "ven" que la mancha negra se convierte en una sombra móvil del tamaño y la forma exactos de la persona a la que pertenecen. (ECS)
La muerte golpea a los seres fuertes y saludables con un golpe parecido a un pelotazo o un leve puñetazo. Pero cuando esos seres están moribundos, la muerte los ataca con acometidas parecidas a puñaladas. (ECS)
La "tumbadora" (que es como los toltecas llamaban a la muerte) es una fuerza de las emanaciones del Águila que nos golpea a cada instante... Cuando se la ve es mortal, pero tenemos escudos "sociales", "energéticos", que nos impiden verla. (EFI)
Los videntes describen a la "tumbadora" como una línea eterna de anillos iridiscentes o bolas de fuego que ruedan incesantemente sobre los seres humanos. Los seres orgánicos luminosos son golpeados sin tregua por esta fuerza, también llamada la "fuerza rodante", hasta el día en el que los golpes resultan ser demasiado para ellos y los hacen finalmente desplomarse. Los antiguos videntes quedaron boquiabiertos al "ver" entonces cómo la fuerza rodante los tumba al pico del Águila para ser devorados. Por esa razón llamaban a esa fuerza la "tumbadora". (EFI)
La fuerza rodante es el medio a través del cual el Águila distribuye conciencia y vida. Y al mismo tiempo es la fuerza que hace morir a los seres vivientes. (EFI)
El peligro de "ver" la fuerza rodante es mínimo si el "ver" es intencional. Pero es muy peligroso si el movimiento del punto de encaje es involuntario, como cuando estamos enfermos o ebrios. (EFI)
Cuando el punto de encaje se mueve involuntariamente, la fuerza rodante raja el capullo. Te he hablado muchas veces de la abertura que tiene el hombre debajo del ombligo. No queda realmente debajo del ombligo en sí, sino en el capullo, a la altura del ombligo. Es más como una hendidura, un defecto natural en el liso capullo. Es ahí donde nos golpea incesantemente la tumbadora y donde se raja el capullo. (EFI)
Cuando el punto de encaje se mueve drásticamente debido a los efectos de un trauma o de una enfermedad mortal, la fuerza rodante produce una rajadura a todo lo largo del capullo; el capullo se desploma, se arrolla sobre sí mismo, y el individuo muere. (EFI)
Somos realmente frágiles. A medida que la tumbadora nos golpea una y otra vez, la muerte entra dentro de nosotros a través de la abertura. La muerte es la fuerza rodante. Cuando encuentra una debilidad en la abertura de un ser luminoso, automáticamente raja el capullo, lo abre y lo hace desplomarse. (EFI)
No se trata de círculos propiamente dichos, sino de una fuerza circular que le da a los videntes que "ensueñan" una sensación de anillos. Y tampoco hay diferentes tamaños. Es una sola fuerza indivisible que se amolda a todos los seres vivientes, orgánicos e inorgánicos. (EFI)
La fuerza rodante no es tan mala. En realidad es hermosa. Los nuevos videntes recomiendan que nos abramos a ella. Los antiguos videntes también se abrieron a ella, pero con razones y con propósitos guiados sobre todo por la importancia personal y la obsesión. (EFI)
Como resultado de sus prácticas, los antiguos videntes se vieron aprisionados por la fuerza rodante, y también como resultado de sus prácticas, la fuerza rodante dio a los nuevos videntes el don de la libertad. Al familiarizarse con la fuerza rodante a través de la maestría del intento, en cierto momento, los nuevos videntes abren sus capullos y la fuerza rodante los inunda en vez de enroscarlos como una cochinilla. El resultado final es su desintegración total e instantánea. (EFI)
La fuerza rodante está compuesta por dos fuerzas separadas: la fuerza circular, que golpea primero, es la fuerza dadora de vida; y la fuerza tumbadora, que golpea inmediatamente después, es la fuerza de la muerte. (EFI)
Los nuevos videntes "vieron" que ambas fuerzas están fusionadas, pero que no son iguales. (EFI)
En cada ser viviente el equilibrio de las dos fuerzas es muy delicado. Si en cualquier momento dado un individuo siente que la fuerza tumbadora le golpea con mayor fuerza que la circular, esto significa que el equilibrio está roto; a partir de entonces la fuerza tumbadora golpea más y más duro, hasta que rompe la abertura del ser viviente y lo hace morir. (EFI)
Es un error aislar cualquier cosa para "verla". Al principio, los nuevos videntes hicieron exactamente lo opuesto de sus predecesores. Enfocaron con igual atención el otro lado de la tumbadora. Y lo que les pasó fue tan terrible como lo que les pasó a los antiguos videntes, o aún peor. Tuvieron muertes estúpidas, al igual que el hombre común y corriente. No tenían ni el misterio ni la malevolencia de los antiguos videntes, pero tampoco tenían la sed de libertad de los videntes de hoy. Aquellos primeros nuevos videntes sirvieron a todo el mundo, enfocaban su "ver" en el acto de conferir la vida, estaban llenos de amor y bondad. Pero eso no impidió que la muerte los arrollara. (EFI)
Los antiguos videntes enfocaron el aspecto destructor de la tumbadora porque creían que sus vidas dependían de lo que "vieran". Estaban seguros de que su "ver" iba a darles respuestas a preguntas tan viejas como el tiempo. Pensaron que si desentrañaban los secretos de la fuerza rodante serían invulnerables e inmortales. (EFL)
Los antiguos videntes observaron a sus aliados, y "viendo" que eran seres vivientes con una resistencia a la fuerza rodante mucho más grande que la nuestra, se ajustaron al molde de sus aliados. (EFI)
Los nuevos videntes lo cambiaron todo al darse cuenta de que mientras el hombre tenga un capullo no hay manera de aspirar a la inmortalidad. Los antiguos videntes nunca se dieron cuenta de que el capullo humano es un receptáculo y que no puede sostener indefinidamente el embate de la fuerza rodante. (EFI)
La conciencia de ser comienza con la presión permanente que ejercen las emanaciones en grande sobre las del interior del capullo. Esta presión produce el primer acto de conciencia; detiene el movimiento de las emanaciones atrapadas, que incesantemente luchan por romper el capullo para salir, para morir. Los videntes saben que en verdad todos los seres vivientes luchan por morir. Lo que detiene a la muerte es estar consciente de ser. (EFI)
Lo que ocurre en el momento de la muerte es que toda la energía interior es liberada a la vez. En ese momento los seres humanos se ven inundados por la fuerza más inconcebible. No es la fuerza rodante que ha roto sus aberturas, porque esa fuerza jamás penetra al interior del capullo; sólo la hace desplomarse. Lo que los inunda es la fuerza de todas las emanaciones que repentinamente quedan alineadas después de estar adormecidas durante toda una vida. No hay otra salida para una fuerza tan gigante, sino escapar a través de la abertura rota. Eso es la muerte. (EFI)
Miles de brujos han conseguido retener la fuerza vital después de entregar sus experiencias vitales al “oscuro mar de la conciencia”. Para Don Juan esto quería decir que los chamanes no mueren en el sentido habitual en que entendemos la muerte, sino que la trascienden reteniendo la fuerza vital y desapareciendo de la faz de la tierra cuando emprenden el “viaje definitivo” de la percepción. (PM)
En el momento de la muerte los chamanes no son aniquilados, sino que se transforman en “seres inorgánicos”: seres que tienen conciencia pero que carecen de organismo. Para ellos la transformación en un ser inorgánico era evolucionar, y suponía el acceso a una clase de conciencia nueva e indescriptible, conciencia que realmente duraría millones de años y que algún día tendrían que devolver a lo que se las había dado: el “oscuro mar de la conciencia”. (PM)
El misterio es lo único que importa. Somos seres vivientes; tenemos que morir y renunciar a nuestra conciencia. Pero, si pudiéramos cambiar tan solo un matiz, un hilo de eso, ¡qué misterios deben aguardarnos! (EFI)
La muerte simbólica de un guerrero no es una muerte física. El criterio que indica que un guerrero ha "muerto" es cuando ya no le importa si tiene cmpañía o está solo. (LAI)
Somos seres que van a morir; y, sin esa aceptación básica, nuestras vidas, nuestros quehaceres y el mundo en que vivimos son asuntos inmanejables. (LAI)
Los chamanes tienen una ventaja: como saben que son seres que van camino a la muerte, tienen a alguien susurrñandoles incansablemente en el oído que todo es efímero. Ese susurro es el de la muerte, la consejera infalible, la única que nunca te va a mentir. (LAI)
Para un brujo, la muerte es un factor unificante, no desintegrador. Un acto de unificación que emplea todo ápice de su energía. Para los bujos no hay cadáver, no hay descomposición. Sus cuerpos en su totalidad se vuelven energía, una energía que tiene conciencia, que no está fragmentada. (LAI)
Si no tienes nada por qué morir, ¿cómo puedes sostener que tienes algo por qué vivir? Los dos van de la mano, y la muerte lleva el timón. (LAI)
La figura y significación de la muerte, dentro de la concepción tolteca, también supuso una impactante fuente de asombro para el lector occidental. Por un lado, Don Juan insiste cuidadosamente en la radical certeza de nuestra muerte, hasta el punto de identificarla con una presencia y una fuerza cuya existencia concreta es independiente del pensamiento o la imaginación. Las imágenes a las que recurre pueden parecer demasiado humanas o contradictorias, pero el propósito final de esas descripciones es claro para el buen entendedor: que nadie pierda el tiempo confiando en la inmortalidad. Cada minuto es precioso si nuestra muerte es imprevisible, inevitable, terrorífica, final; si su existencia es tan real que roza los términos de lo material.
Por otro lado, y en una coyuntura más técnica, Don Juan nos explica la verdadera esencia energética de la muerte, la “fuerza rodante”, y su indispensable y crucial papel como detonante voluntario y controlado en el proceso de explosión del fuego interno hacia la conciencia total, hacia la tercera atención Es importante percibir la diferencia que los toltecas proponen. Teníamos a la muerte como un paso, un umbral abstracto hacia una cierta y gratuita vida eterna. Los nuevos videntes nos sacan de ese inconsistente error: es fundamental familiarizarse con la muerte, no solo porque su realidad es aplastante, y porque tenerla en cuenta nos templa, sino porque es nuestra herramienta estratégica para alcanzar la tercera atención, la libertad.
Fabuloso trabajo de recuperación. Información valiosa para quien sepa encontrarla y usarla. Gracias.
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