Los antiguos videntes "vieron" que la Tierra tiene también un capullo, un cuerpo luminoso. "Vieron" que hay una esfera que contiene a la Tierra, un capullo luminoso que encierra a las emanaciones del Águila. La Tierra es un gigantesco ser consciente sujeto a las mismas fuerzas que nosotros. (EFI)
La tierra es la fuente última de todo lo que somos. (EFI)
La llave mágica que abre las puertas de (el poder mágico de) la tierra está hecha de silencio interno y de cualquier cosa que brille. (EFI)
La llave de todo es el conocimiento directo de que la Tierra es un ser consciente, y que como tal puede darle a los guerreros un tremendo levantón; es decir, un impulso proveniente de la conciencia de la tierra, en el instante en el que las emanaciones interiores del capullo de los guerreros se alinean con las emanaciones apropiadas del interior del capullo de la Tierra. La Tierra contiene todas las emanaciones presentes en todos los seres vivientes, orgánicos o inorgánicos. Cuando tiene lugar un momento de alineamiento, los seres vivientes lo usan de manera limitada, y perciben su mundo. Como todos los demás, los guerreros pueden usar ese alineamiento ya sea para percibir, o como un levantón que les permite entrar a mundos inimaginables. (EFI)
Decir que lo que no se puede conocer queda fuera del capullo del hombre es decir que queda dentro del capullo de la Tierra. (EFI)
Nosotros, los seres vivientes, somos perceptores. Y percibimos porque algunas emanaciones del interior de nuestros capullos se alinean con algunas emanaciones exteriores. Por ello el alineamiento constituye el pasadizo secreto, y la llave es el levantón de la Tierra. (EFI)
El levantón de la Tierra es la fuerza del alineamiento únicamente de las emanaciones ambarinas. Es un empujón que aumenta la conciencia de ser a grados imposibles de describir. Para los nuevos videntes es una descarga de conciencia ilimitada que llaman la libertad total. (EFI)
Para nosotros, los seres humanos, las proyecciones de los árboles son menos amigables aún que las de los seres inorgánicos. Los ensoñadores nunca las buscan, a menos que estén en un estado de profunda amenidad con los árboles; un estado muy difícil de lograr, ya que nosotros no tenemos amigos en esta Tierra. Somos destructivos a más no poder. Hemos ganado la enemistad de todos los seres vivientes de esta Tierra; es por eso que no tenemos amigos. (ADE)
La Tierra es la predilección de los guerreros. Para un guerrero no puede haber amor más grande. (RDP)
La Tierra sabe que Genaro la ama, y por eso lo cuida. Por eso la vida de Genaro está llena hasta el borde, y su estado, donde quiera que él se encuentre, siempre será la abundancia. Genaro recorre las sendas de su ser amado, y en cualquier sitio que esté, está completo. (RDP)
Solamente si uno ama a esta Tierra con pasión inflexible puede uno librarse de la tristeza. La tristeza pertenece solo a esos que odian al mismo ser que les da asilo. (RDP)
La soledad no es lo mismo que estar solo. La primera quita energía mientras que lo segundo da alivio. La soledad es un estado mental que es inadmisible para un guerrero, pues los guerreros siempre pueden contar con un ser sobre el que pueden volcar todo su afecto, todo su cariño: esta Tierra maravillosa, la madre, la matriz, el epicentro de todo lo que somos y hacemos; el mismo ser al cual todos regresamos; el mismo ser que permite a los guerreros emprender su "viaje definitivo". Más allá de ciertos parámetros, la única felicidad de un guerrero es su estado solitario; así que sé impecable. Cuida tu mundo. Hónralo; vigílalo con tu vida. Olvídate del "yo" y no temerás nada, no importa el nivel de conciencia en que te encuentres. (LAI)
La consideración sobre las características espirituales de la Tierra se abre en dos profundas direcciones: una, el misterioso empujón de energía con que la Tierra asiste al proceso iniciático del guerrero, y dos, la exquisita relación afectiva que une a ambos. Ambos puntos están en completa sintonía con todos los actuales movimientos socioecológicos y místicos en favor de una conexión con la conciencia de Gaia, la Madre Tierra. El guerrero es un ser cuyo caudal amoroso, en el sentido más humano, no descansa principalmente en una persona, idea o posesión, sino en la propia Tierra, en la esfera de conciencia que le hospeda y le sustenta. Quizás, sin embargo, Tierra y Naturaleza no sea exactamente lo mismo, y por eso un guerrero se adapta a cualquier lugar, incluso urbano, confiando en los propósitos últimos de un planeta que quizás conscientemente parece aceptar la enfermedad de la extinción y la contaminación: el virus del ser humano. Ahora bien, precisamente porque sabe que su tonal ha de estar limpio y en equilibrio, y porque sabe que la vida urbana supone apoyar una delirante infraestructura que daña gravemente la belleza y la armonía del ser que más ama, raro será el guerrero que no busque con avidez los espacios vírgenes, desérticos, desapercibidos, los rincones de poder donde la relación con la tierra sea pura y sin interferencias.
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