miércoles, 2 de enero de 2013

WEWETLA´TOLLI Y ARTE DEL ACECHO

Aquí se presenta una prueba más de que la propuesta de "brujería" tolteca, mostrada por el Dr. en Antropología Carlos Castaneda (aparte de Nagual), no es una fantasía, imaginación, desvirtuación o libertades literarias de un charlatán. En las Huehuetlahtolli (Antiguas palabras de sabiduría) claramente se encuentran los principios de uno de los pilares fundamentales del Linaje de los Naguales: el Arte del Acecho. Agradezco a Aguaquemada (Alex) su inmensa aportación a este tema.

1) "Un guerrero no está nunca sitiado. Estar sitiado implica que uno tiene posesiones personales que defender. Un guerrero no tiene nada en el mundo salvo su impecabilidad, y la impecabilidad no puede ser amenazada." 

Apartado IX de las Huehuetlahtolli (Wewetla´tolli):  

"Acércate a quienes, por todas partes, van haciendo lo excelente, dando brillo, dejando lo bueno, imponiendo un orden con prudencia, alegría y serenidad; a quienes son cofre y caja, sombra y abrigo, gruesa ceiba, sabino generoso que da brotes y se yergue poderoso, firme."

2) "A los guerreros les resulta mucho más fácil salir adelante en condiciones de máxima tensión que ser impecables en circunstancias normales." 

Este enunciado podemos correlacionarlo con otro del apartado III: 

“En este mundo caminamos por lugares escarpados, un abismo de un lado y un abismo del otro. Si te mueves para acá o para allá, ¿cómo evitarás caer? Sólo en el medio es posible avanzar."



3) "El primer principio del arte de acechar es que los guerreros eligen su campo de batalla. Un guerrero jamás entra en batalla sin conocer antes el entorno. " 

Del apartado XIV:

“No obres sin reflexión ni te entregues sin tomar medidas. No comiences tu trabajo sin analizar, y sin considerarlo serenamente no te impongas. No aceptes lo que no mereces ni reclames lo que no es tuyo, y no abuses de lo que no has creado."

“En cofre ajeno no te metas; en el plato de otro no te reclines. No te invites por ti mismo al convite. Que tu suerte no dependa del azar. Es peligroso, una trampa."

“A la hora de sembrar, no sólo vayas y siembres: prepárate bien, selecciona bien, planta bien, para que bien eches raíces. (...)"



4) "Eliminar todo lo innecesario es el segundo principio del arte de acechar. Un guerrero no complica las cosas. Busca la sencillez. Aplica toda su concentración para decidir si entra o no en batalla, porque en cada batalla se juega la vida." 

Del apartado III

“No te vistas de bordados ni te pongas harapos. No seas presumido, pero tampoco corriente. Que tu palabra no sea entrecortada ni muy larga. No alces tu voz ni la bajes demasiado. No camines deprisa, pero tampoco muy lento. Y no tomes nada como regla absoluta.
“Evita los extremos, mantente en el medio, porque sólo en el medio existe la condición social, la condición honorable."



Del apartado XIII 

“Sé moderado y austero, verifica que los demás coman primero..." 

“Escucha: la cortesía, la modestia, la humildad, el llanto, el esfuerzo, eso te hará noble, amado, enaltecido. Escucha, ningún soberbio, jactancioso o desvergonzado llegó jamás al reino"



Del apartado XIV 

“No te envanezcas de tus propias fuerzas. Que tu entendimiento no sea tu apoyo ni de tu convicción te jactes. No construyas tu casa sobre tus propias opiniones, pues eres tan sólo un pajarillo, una cuenta de jade, apenas una pluma"

5) Éste es el tercer principio del arte de acechar. Un guerrero debe estar dispuesto y preparado para realizar su última parada aquí y ahora. Pero no sin orden ni concierto. 


Del apartado XVII 

“Cuanto puedas produce, ambiciona las flores de Aquel que te dio la vida, Aquel por Quien vivimos. Puedes vivir a Su lado en este día que en préstamo has venido a pedirle"


6) "Un guerrero se relaja y se suelta; no teme a nada. Sólo entonces los poderes que guían a los seres humanos abren el camino al guerrero y le auxilian. Éste es el cuarto principio del arte de acechar. " 

“Sólo en tu propia paz, en tu prudencia, ve adelante, sin vacilación ni duda, para que de ese modo no entristezcas mi corazón. Con toda tu atención, serenamente, así vive."

“Sé un guerrero. Arrójate al Ser del Cielo, Aquel que nos da vida. Con toda tu fuerza, con todo tu aliento, átate a lo alto, ve junto a él, arrójate a él. Y ocurrirá que él mismo llegará a ser raíz de tu existencia"


7) "Cuando se enfrentan a una fuerza superior con la que no pueden lidiar, los guerreros se retiran por un momento. Dejan que sus pensamientos corran libremente. Se ocupan de otras cosas. Cualquier cosa puede servir. Éste es el quinto principio del arte de acechar. " 

Del apartado XVIII

“Entra en la bienaventuranza de Dios. Baja tu cabeza, flexiona tus rodillas, adopta una postura atenta, acostumbra tus piernas. Resbala, deslízate hacia Nuestro Señor. Y si algo te atormenta, si algo interfiere tu fluir, disípalo en su dicha y afirma tu vida."[/i]

[i]“Concéntrate enteramente en Él. El nombre y la gloria de Aquel que todo lo puede es lo único que causa gozo. Él reparte su gloria allá, en lo alto, para todos. Y cuando un hombre bueno la recibe, se vuelve cual un ave excelente; de su cola, de sus alas brotan padres y madres, brotan aquellos que nos guían en cualquier rincón del

Universo en que existamos."


8) Los guerreros comprimen el tiempo; éste es el sexto principio del arte de acechar. Hasta un solo instante cuenta. En una batalla por tu vida, un segundo es una eternidad, una eternidad que puede decidir la victoria. Los guerreros persiguen el éxito; por tanto, comprimen el tiempo. Los guerreros no desperdician ni un instante. 


En el apartado XX de las wewetla'tolli, encontramos lo siguiente: 

“Y lo tercero que os pido, es que no perdáis el tiempo que os ha dado Dios sobre este mundo. Ocupaos en lo que es bueno de día y de noche, no despreciéis el tiempo. Porque no sabéis si volveréis a vivir o si reconoceréis vuestros rostros allá, donde de algún modo se existe. Aprovechad esta vida."


9) "Para aplicar el séptimo principio del arte de acechar uno tiene que aplicar los otros seis: un acechador no se coloca nunca al frente. Está siempre observando desde detrás de la escena. " 

En el apartado XIV encontramos: 

“Si alguno te sobrepasa, vaya delante. En la entrada no seas el primero. Cuando llegue el momento de hablar, que comiencen los demás. Y si Dios no te señala, no tomes la delantera.
“Si te dan aquello de lo que tienes necesidad en último lugar, no te enojes luego. Y si no te dan nada, agradece por ello. Así lo quiso el cielo: es merecimiento."

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