Siguiendo un curso natural de contrarrestar la desinformación que anda circulando por ahí (y que por suerte, muy poca gente lee) comienzo una serie de artículos sobre el Nagualismo Verdadero. Desde 2006, año en que reactivamos, "reenganchamos", y reorganizamos el ancestral Linaje de Naguales, hemos propugnado la difusión sin secreteos ni misterios (los cuales la mayoría de las veces tienen fines engañosos o de lucro) del nagualismo como opción de vida, de crecimiento, de potencialización, de divinización. Esto va dirigido a todos... pero no todos lo entenderán y mucho menos lo integrarán a su existir.
QUÉ ES EL NAGUAL
Origen del término
En la época en que los pueblos mongoloides se distribuían por el mundo para ir a ocupar espacios en el Extremo Oriente y América, surgió una casta de individuos muy preparados en los misterios de la Naturaleza y el alma humana. Debido a que la principal función de estas personas era “desdoblarse” en sus sueños para ir a buscar consejo al mundo de los “dioses”, recibieron un título procedente de la raíz Na, duplicarse o mediar. A esta raíz se añadió el sonido Wal o Gul, que significa hechicería. De esa manera surgió el honroso título del Nagual.
Ambos vocablos pertenecen a casi todas las lenguas del Viejo Mundo y de América. Por ejemplo, los hindúes llamaban a sus sacerdotes Nagas, evolución de un sonido previo que se pronunciaba Nawa, tal como se ve en los antiguos semidioses llamados Da Nawa, los altos iniciados.
Los tibetanos interpolaron una R y llegaron a pronunciar el título como Nargol, santo. Una pronunciación más antigua del nombre se conserva en Anawa Tapta, el lago sagrado de los budistas, cuyo nombre significa la peregrinación del sacerdote serpiente.
Los hebreos contrajeron la W y pronuncian Naba, profeta. El mismo título, reducido sólo a su raíz Na, dio origen a los Na-zar, señores iniciados, quienes fueron una importante secta de sabios en el mundo semita, a la cual pertenecieron Juan el Bautista y Jesús (Nazarenos).
Otras apariciones del nagual en el viejo mundo ocurren en Australia, donde la voz Nawa significa algo muy sagrado. En la lengua Fang de Africa, el doble o alma humana se llama Nguel, mientras que en la lengua Yoruba el Nawe o Nague es el sacerdote.
En América, la misma raíz aparece en mapuche, donde el alma o espíritu del chamán se llama Nawel (Nagüel). En zapoteco, Nagul quiere decir sabio. Y las tribus Navajo de Norteamérica, quienes a sí mismos se designaban como Nagwa, llamaban a sus vecinos de México por el título de Naka, sabios.
Los datos anteriores están destinados a probar que el concepto del Nagual es anterior al establecimiento de los pueblos mesoamericanos.
Función del nagual en la sociedad prehispánica
Los primeros naguales eran chamanes que emigraban con su pueblo de valle en valle. Su función era encontrar a través de la visión y el sueño, nuevos sitios donde hubiera mejores condiciones de vida. Cuando el ser humano aprendió a cultivar la tierra y se hizo sedentario, los naguales también lo hicieron, convirtiéndose en curanderos, sacerdotes, eruditos, e incluso en guías políticos.
La función del nagual en Mesoamérica podemos descifrarla a través de los muchos significados que atribuyeron a esta palabra o a su raíz. Por ejemplo:
Nawa, entendimiento.
Nawalli, aquel que profundiza o penetra en las cosas, espía.
Nawatilli, legislar, investigar, conocer.
Nawatl, comprensible, nombre propio de la lengua.
Incluso, la voz dio nombre a los mensajeros de la Serpiente Emplumada, colectivamente llamados Nawapilli, príncipes hechiceros.
Definiciones prehispánicas del nagual
“Este género de brujos nahualles son diferentes de las brujas de España. He oído muchos casos exquisitos y fuera de lo que se sabe de otras naciones y gentes acostumbradas a tener pacto con el demonio.” (Alarcón, Tratado de las Idolatrías)
Uno de los cronistas que fueron testigos del trabajo de los naguales cuando aun se conservaban en toda su pureza las fórmulas de la antigüedad prehispánica, dejó el siguiente testimonio:
“En los nombres siguen la metáfora del color o alguna otra cosa. Estos nombres llaman Nahualtocaitl, o ‘nombre que usan los hechiceros’.” (Alarcón, Tratado de las Idolatrías)
Esto significa que las enseñanzas de los naguales no fueron claramente escritas, sino a través de alegorías. Por lo tanto, ahora se nos hace muy difícil descifrarlas. Debido a la presencia del nagual en el núcleo mismo de la cultura tolteca, casi todos los símbolos prehispánicos tienen dos, tres, cuatro, y hasta cinco niveles de lectura. Por ejemplo, una inscripción que a primera vista parece referirse a un suceso histórico, en otra lectura nos habla de un mito cósmico, en una tercera es un ejercicio de conciencia y en una cuarta nos da las coordenadas geográficas del pasadizo entre los mundos.
En la época en que los pueblos mongoloides se distribuían por el mundo para ir a ocupar espacios en el Extremo Oriente y América, surgió una casta de individuos muy preparados en los misterios de la Naturaleza y el alma humana. Debido a que la principal función de estas personas era “desdoblarse” en sus sueños para ir a buscar consejo al mundo de los “dioses”, recibieron un título procedente de la raíz Na, duplicarse o mediar. A esta raíz se añadió el sonido Wal o Gul, que significa hechicería. De esa manera surgió el honroso título del Nagual.
Ambos vocablos pertenecen a casi todas las lenguas del Viejo Mundo y de América. Por ejemplo, los hindúes llamaban a sus sacerdotes Nagas, evolución de un sonido previo que se pronunciaba Nawa, tal como se ve en los antiguos semidioses llamados Da Nawa, los altos iniciados.
Los tibetanos interpolaron una R y llegaron a pronunciar el título como Nargol, santo. Una pronunciación más antigua del nombre se conserva en Anawa Tapta, el lago sagrado de los budistas, cuyo nombre significa la peregrinación del sacerdote serpiente.
Los hebreos contrajeron la W y pronuncian Naba, profeta. El mismo título, reducido sólo a su raíz Na, dio origen a los Na-zar, señores iniciados, quienes fueron una importante secta de sabios en el mundo semita, a la cual pertenecieron Juan el Bautista y Jesús (Nazarenos).
Otras apariciones del nagual en el viejo mundo ocurren en Australia, donde la voz Nawa significa algo muy sagrado. En la lengua Fang de Africa, el doble o alma humana se llama Nguel, mientras que en la lengua Yoruba el Nawe o Nague es el sacerdote.
En América, la misma raíz aparece en mapuche, donde el alma o espíritu del chamán se llama Nawel (Nagüel). En zapoteco, Nagul quiere decir sabio. Y las tribus Navajo de Norteamérica, quienes a sí mismos se designaban como Nagwa, llamaban a sus vecinos de México por el título de Naka, sabios.
Los datos anteriores están destinados a probar que el concepto del Nagual es anterior al establecimiento de los pueblos mesoamericanos.
Función del nagual en la sociedad prehispánica
Los primeros naguales eran chamanes que emigraban con su pueblo de valle en valle. Su función era encontrar a través de la visión y el sueño, nuevos sitios donde hubiera mejores condiciones de vida. Cuando el ser humano aprendió a cultivar la tierra y se hizo sedentario, los naguales también lo hicieron, convirtiéndose en curanderos, sacerdotes, eruditos, e incluso en guías políticos.
La función del nagual en Mesoamérica podemos descifrarla a través de los muchos significados que atribuyeron a esta palabra o a su raíz. Por ejemplo:
Nawa, entendimiento.
Nawalli, aquel que profundiza o penetra en las cosas, espía.
Nawatilli, legislar, investigar, conocer.
Nawatl, comprensible, nombre propio de la lengua.
Incluso, la voz dio nombre a los mensajeros de la Serpiente Emplumada, colectivamente llamados Nawapilli, príncipes hechiceros.
Definiciones prehispánicas del nagual
“Este género de brujos nahualles son diferentes de las brujas de España. He oído muchos casos exquisitos y fuera de lo que se sabe de otras naciones y gentes acostumbradas a tener pacto con el demonio.” (Alarcón, Tratado de las Idolatrías)
“Yohualli ehecatl nahualli totecuyo - Nuestro señor es viento y tinieblas, es el nagual.” (Códice Florentino, libro VI, metáfora 70)
“El nahualli es sabio, sabe hablar, tiene en su interior un depósito (de energía), no forma parte de la unidad (humana), no hay quien lo burle ni lo sobrepase.” (Códice Florentino)
“El buen nahualli tiene un corazón en su interior, es vigilante, atento, auxiliador, a nadie perjudica.” (o. c.)
“Sabéis las cosas por venir... y sabéis todo cuanto pasa en el mundo. Os es patente lo que está dentro de los cerros y en el centro de la tierra. Veis lo que está debajo del agua, en las cavernas, en los agujeros y en las fuentes. Os llamáis ‘hijos de la noche’.” (D. Durán, Historia de las Indias)
“El nahualli es sabio, sabe hablar, tiene en su interior un depósito (de energía), no forma parte de la unidad (humana), no hay quien lo burle ni lo sobrepase.” (Códice Florentino)
“El buen nahualli tiene un corazón en su interior, es vigilante, atento, auxiliador, a nadie perjudica.” (o. c.)
“Sabéis las cosas por venir... y sabéis todo cuanto pasa en el mundo. Os es patente lo que está dentro de los cerros y en el centro de la tierra. Veis lo que está debajo del agua, en las cavernas, en los agujeros y en las fuentes. Os llamáis ‘hijos de la noche’.” (D. Durán, Historia de las Indias)
El lenguaje de los naguales
Uno de los cronistas que fueron testigos del trabajo de los naguales cuando aun se conservaban en toda su pureza las fórmulas de la antigüedad prehispánica, dejó el siguiente testimonio:
“En los nombres siguen la metáfora del color o alguna otra cosa. Estos nombres llaman Nahualtocaitl, o ‘nombre que usan los hechiceros’.” (Alarcón, Tratado de las Idolatrías)
Esto significa que las enseñanzas de los naguales no fueron claramente escritas, sino a través de alegorías. Por lo tanto, ahora se nos hace muy difícil descifrarlas. Debido a la presencia del nagual en el núcleo mismo de la cultura tolteca, casi todos los símbolos prehispánicos tienen dos, tres, cuatro, y hasta cinco niveles de lectura. Por ejemplo, una inscripción que a primera vista parece referirse a un suceso histórico, en otra lectura nos habla de un mito cósmico, en una tercera es un ejercicio de conciencia y en una cuarta nos da las coordenadas geográficas del pasadizo entre los mundos.
Me encanta cuando encuentre información clara y concisa en un artículo corto.
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